Abre las puertas el museo soñado por Allende que Pinochet fulminó

Joan Miró, Eduardo Chillida o Noemí Gerstein fueron algunos de los artistas que donaron sus obras al político chileno, que buscaba un "museo para el pueblo". Más de cuarenta de ellas se reúnen ahora en la exposición "Debut".

Abre las puertas el museo soñado por Allende que Pinochet fulminó

Foto mssa.cl.

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Unidiversidad / Fuente: abc.es

Publicado el 03 DE JULIO DE 2018

El bombardeo del Palacio de la Moneda durante el golpe militar en Chile en 1973 no solo acabó con el proyecto político de Salvador Allende, sino también con una iniciativa artística que buscaba crear un museo "para el pueblo" con obras donadas por artistas de todo el mundo.

Allende comenzó esa empresa en 1971 con un enfoque totalmente innovador, ya que buscaba crear un espacio de expresión amplio con una fuerte mirada "ética y estética" mediante la recopilación de trabajos de cientos de autores que simpatizaban con la "vía chilena del socialismo". Sin embargo, muchas de esas obras, en concreto las donadas entre 1972 y 1973, nunca llegaron a su destino final y fueron depositadas clandestinamente en los almacenes del Museo Nacional de Bellas Artes hasta 2017.

Ahora, 47 años después, el Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) muestra en la exposición "Debut", 43 de estas donaciones provenientes de Suiza, Estados Unidos, Francia y Japón, formadas tanto por trabajos gráficos como pictóricos y escultóricos.

En ella se enmarcan creaciones como la del expresionista abstracto de Robert Motherwell, las serigrafías de Tetsuya Noda o el fondo "Armando Zegrí", perteneciente al escritor chileno del mismo nombre que instaló en 1953 una de las primeras galerías de arte latinoamericano en Nueva York. Son piezas que se unirán a las más destacadas de la colección del museo, entre las que resaltan las de Joan Miró, Eduardo Chillida y Noemí Gerstein, que fueron expuestas en una de las tres exhibiciones que el museo alcanzó a realizar hasta su caída en 1973.

 

Institución itinerante

La directora del MSSA, Claudia Zaldívar, explicó que el objetivo de la institución es "conjugar arte y política" para dar vida al proyecto pionero de Salvador Allende. "El éxito de la idea inicial del Museo de la Solidaridad fue crear una red de artistas e intelectuales de izquierda a nivel internacional que luego siguió viva con otras causas posteriores, como fueron la palestina, la nicaragüense o la lucha contra el apartheid", indicó Zaldívar.

A través del trabajo de las embajadas, las obras de arte podían recorrer el mundo sin caer en manos de los censores y el museo acabó convertido en una institución itinerante en constante crecimiento. De este modo, el regalo que Allende (1970-1973) quería hacerle al pueblo chileno terminó convertido en un ideal de corte colectivista que buscó, mediante el arte, denunciar las situaciones de injusticia social en todo el planeta.

Es un planteamiento que, sigue Zaldívar, entiende el arte no como "un objeto lindo para colocar en el salón", sino como un ejercicio de análisis que sirve para "poner sobre la mesa cuestiones como la escasez del agua, la inmigración o la falta de utopías en la sociedad moderna"; en definitiva, "los conflictos contemporáneos".

Por ello, el edificio que aloja al museo y que sirvió como centro de torturas durante la oscura época militar alberga una triple exposición que comprende las tres etapas que sufrió el proyecto: su creación, su diáspora forzada por el miedo a la represión y su posterior regreso a Chile.

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