Amigos que se eligen para ser padres

El vínculo, muchas veces más duradero que el de las parejas, los motiva para maternar o paternar. Especialistas hablan de este nuevo modelo de familia que suma adeptos en Mendoza.

Amigos que se eligen para ser padres

Foto publicada en www.ancopa.org

Sociedad

Día del amigo

Unidiversidad

Laura Zulián

Publicado el 19 DE JULIO DE 2019

Un vínculo de amistad que sea tan fuerte, significativo y profundo, que los lleve a dar un paso que los mantendrá unidos de por vida: ser padres. La paternidad entre amigos es una de las nuevas formas de coparentalidad en la que dos personas se eligen mutuamente no para formar una pareja, pero sí una familia.

Rocío Alaniz, psicóloga y educadora y orientadora en sexualidad, explica a Unidiversidad que esta decisión de paternar y maternar entre amigos tiene que ver con el valor propio de la amistad, y con la idea o vivencia de que muchas veces estas relaciones son más perdurables que las propias de pareja y con que hay un marco legal argentino que hace que la coparentalidad sea una posibilidad real.

“Ser padres entre amigos surge desde un lugar libre y autónomo de dos personas que deciden ser padres. En la mayoría de los casos son personas que tienen una muy buena relación afectiva, una amistad profunda y la verdad que comparten el deseo de ser padres pero no la conformación de la pareja”, comenta Rocío.

Especialistas explican que ser padres no implica necesariamente tener una pareja afectiva ni tampoco el ser amigos y padres conlleva que no puedan tener sus parejas por fuera del vínculo de paternidad.

“Con la coparentalidad se abre una nueva puerta sobre la manera en que dos personas pueden tener hijos. Si son amigos y no tienen un vínculo afectivo como pareja, pueden tener una muy buena comunicación como padres. Si los adultos son personas sanas y desean tener hijos y lo pueden hacer”, comenta el licenciado en Psicología y terapeuta de parejas, Mauricio Girolamo.

Rocío Alaniz cuenta la idea de copaternar en sí no es nueva, sino que lo que sí ha cambiado es la posibilidad real de que las dos personas figuren como padres de los chicos y la habilitación social que, si bien sigue siendo muy heteronormativa, se viene rompiendo desde los espacios personales hacia lo social.

El psicólogo y sexólogo Germán Gregorio Morassutti comenta en este sentido que hay muchas parejas del mismo sexo que hacen estos acuerdos con amigos para ser padres y que tiene que ver con el interés de brindar afecto, contención, cubrir necesidades básicas y que cualquier persona que esté interesada en ejercer y hacerse cargo de ese rol, puede hacerlo.

“Copaternar y comaternar es algo que se viene haciendo hace muchos años, sólo que hoy está el aval social y cultural. Copaternar es tan viejo como las sociedades mismas, lo nuevo es el nombre, las habilitaciones de lo social y el reconocimiento legal que existe actualmente”, explica la psicóloga.

Todo legal

En 2015, el nuevo Código Civil le dio lugar a estas nuevas figuras porque lo que importa es la voluntad procreacional, es decir, la voluntad de ser padres. En el artículo 562 de esta norma se introduce justamente este concepto y define que “los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre (...) con independencia de quién haya aportado los gametos”.

La coparentalidad, avalada por el Código Civil y también por otras normas como la ley de reproducción asistida y la de matrimonio igualitario, ha venido a abrir un nuevo panorama tanto para personas homosexuales como para aquellas que desean ser padres pero consideran que no han encontrado una pareja afectiva para serlo.

“Estas dos personas que deciden tener hijos y no lo hacen a través de un acto sexual, lo que hacen es hacer un tratamiento en una clínica de fertilidad y esto está legalmente amparado”, afirma la psicóloga especializada también en reproducción asistida.

Padres y amigos, aún mejor para el niño

Padres que son amigos y tienen una buena relación puede ser incluso mejor para el niño ya que lo importante es cubrir las necesidades afectivas y vinculares del pequeño.

“Lo mejor que le puede pasar a un hijo es que los padres funcionen como un bloque en criterios de crianza, límites, valores, ideas de la vida; que tengan una comunicación clara, una forma de respeto importante, si esos padres son amigos y decidieron tener un hijo pero no viven en la misma casa, eso no es un elemento traumático”, asegura Girolamo.

Aunque aún no hay estudios de casos sobre esta figura familiar de amigos padres, la psicóloga Rocío Alaniz cuenta que en consulta ha escuchado casos en los que estos amigos han decidido convivir durante algún tiempo, por ejemplo para vivenciar el embarazo y el parto juntos y sostener sus vínculos amorosos por fuera de la pareja que va a copaternar.

“Se trata de tener un hijo con alguien con quien me lleve bien, que tenga una relación significativa y la amistad ahí aparece como una relación perdurable en el tiempo, por ahí más que las parejas. Por supuesto que esta amistad va a tener que establecer pautas, como todas las personas que van a realizar una actividad conjunta y más con esta prolongación de que no va a terminar nunca como lo es ser padres”, explica Alaniz.

Para Morassutti “sería fabuloso” que los padres tengan buenos vínculos, cordiales, ya sea que tengan relaciones sexuales entre ellos o no, porque el vínculo parental se va a sostener hasta la muerte. “Los chicos la tienen muy clara, de saber que existen familias diferentes, de una mamá, de un papá, de abuelos que crían, cualquier vínculo que se establezca entre personas y permita el desarrollo de los integrantes, es una familia”, explica.

 

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