Apropiación cultural: ¿dominación o intercambio de prácticas?

Si bien se estudia en la Antropología desde hace mucho tiempo, el concepto es relativamente desconocido para la sociedad. Qué implica y cuáles son los límites con el diálogo entre distintas culturas.

Apropiación cultural: ¿dominación o intercambio de prácticas?

Foto ilustrativa tomada de graziadaily.co.uk

Sociedad

Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 15 DE AGOSTO DE 2019

Muchos argentinos seguramente recuerdan con añoranza esos momentos de la infancia en los que se preparaban para actuar en el acto del colegio primario con la excusa de las fiestas patrias. Estaban quienes representaban, por ejemplo, a San Martín, Belgrano y otros a los vendedores ambulantes. Algunos de estos personajes, supuestamente típicos de la época, eran "negritos", como nos enseñaron a llamarlos nuestras docentes, por lo que, para representarlos en el escenario, nos pintaban la cara con corcho quemado. 

Desde hace algún tiempo, los colectivos afrodescendientes en Argentina, a través de su lucha por políticas de reconocimiento y visibilización, han logrado que prácticas como esta (denominada blackface) sean discutidas a través del concepto de apropiación cultural.

“Se entiende por apropiación cultural la adopción de ciertos usos, costumbres, símbolos, iconografías (entre otras prácticas) de una determinada cultura que no es la propia, habitualmente con fines estéticos y/o comerciales y, por lo tanto, abstraídos del contexto particular en el que fueron creados y en el que adquieren sentido”, explicó a Unidiversidad la socióloga santiagueña Carolina Saganías, afrodescendiente de tronco colonial (es decir, de los primeros esclavos africanos que fueron traídos entre fines del siglo XVIII y principios del XIX) por parte de su padre.

Esta problemática puede tener diversas manifestaciones. A fines de junio, a la cantante y actriz Ángela Torres le llovieron agresivas respuestas cuando subió a su cuenta de Instagram una foto luciendo trenzas afro. Más allá del tono de las réplicas, la artista respondió de forma comprensiva y señaló que detrás de las trenzas “solo había un gusto personal”, y que “si eso generó que hablemos de un tema importante como la apropiación cultural, bienvenido sea el debate”. Además, borró la foto en cuestión.

Shirley Valencia (52) es una enfermera ecuatoriana que vive hace nueve años en Mendoza. Su tatarabuelo fue un esclavo llevado a la región ecuatoriana de Valle del Chota, según cuenta. Ella explicó a este medio: “Las trenzas tenían antes su mensaje. Se usaban como mapas entre los esclavos, enseñándose unos a otros el camino a seguir para escapar. La gente debería usarlas sabiendo su historia”.

¿Dónde está el límite entre este planteo y lo que puede entenderse como libertad para construir la propia identidad, por ejemplo, a través del vestir y del peinado? “Tal vez no existe tal límite”, sostuvo el antropólogo Diego Escolar. “Por eso es muy importante ver la intención y el contexto”, agregó.

Escolar, que se desempeña también como investigador del Conicet y es miembro del Comité Académico del Doctorado en Ciencias Sociales de la UNCUYO, puntualizó en lo que desde su disciplina entienden como apropiación cultural. Esto es, cuando la práctica es adoptada por “gente de otra cultura, en general dominante”. Citando al filósofo Antonio Gramsci y su concepto de hegemonía cultural, Escolar apuntó que “la cultura también es un terreno de la lucha social y política (…) La hegemonía implica apropiarse o resignificar cosas de otro grupo al que querés dominar, en general, y darle otro significado. Se dice que los grupos que pueden imponer en la sociedad los significados de las cosas son los que dominan finalmente”.

¿Dónde está la afrodescendencia mendocina?

Cultura Unidiversidad Diversidad Cultural / por Orlando Gabriel Morales - Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales, CCT CONICET Mendoza / Publicado el 12 DE OCTUBRE 2015 Un censo de población realizado en Mendoza en el año 1777, por iniciativa de la corona española, indicó que el 24% de los habitantes estaba conformado por negros y negras.

Más allá de si el caso de Ángela Torres puede ser entendido como una apropiación cultural o no (para Escolar no lo es), Saganías fue más allá: “Uno de los ejemplos más gráficos que se me viene a la mente es el uso de los diseños textiles de la tradición aborigen mexicana, con patrones y motivos únicos, apropiados inescrupulosamente por marcas internacionales. También el uso de indumentarias rituales como ‘disfraces’ sin prestarles el debido respeto, como uso decorativo o motivo de broma”. Para Shirley, “cada uno es dueño de hacer lo que le gusta. Para mí no hay ninguna ofensa en el intercambio cultural”, fenómeno al que calificó como “positivo”.

Invisibles

La historia oficial nunca nos habló sobre los descendientes de los esclavos que fueron traídos desde el continente africano. Sobre estos últimos, de acuerdo a las estadísticas del historiador nigeriano Okon E. Uya, se estima que fueron 12 millones los que llegaron al continente americano entre los siglos XVI y XIX. También se calcula que por cada una de estas personas que llegaban vivas, otras cinco morían por inanición, diarrea, deshidratación, por heridas derivadas de crueles castigos o por el suicidio. Esta información y otras pueden consultarse en la publicación del Inadi “Argentina también es afro”, disponible en este enlace.

La socióloga Saganías apuntó que sistemáticamente se ha negado la presencia de afroargentinos de tronco colonial en los censos, en la participación estratégica en las distintas guerras independentistas y en un vasto abanico de símbolos y elementos culturales (lenguaje, música, ritmo, danza, instrumentos, comidas, literatura, etc) que son parte de nuestra identidad nacional.

El censo de 2010 incorporó una pregunta destinada a registrar a la población afrodescendiente. El estudio arrojó un total de 149 493 personas que se autorreconocían como afrodescendientes, lo que representaba el 0,4 % de la población total.

Una nueva mirada sobre la negritud argentina

Quienes estudiamos la historia de la esclavitud y abolición en el Río de la Plata (actual Argentina) recibimos muchas veces de nuestros interlocutores el comentario convencido de que en nuestro país no hubo esclavos o que fueron muy pocos, tan pocos que ¿realmente vale la pena estudiarlos?

A través de la historia se instaló la idea, sostuvo Escolar, de que se había exterminado a los africanos. Esto fue falso, “pero incluso ese significado es hegemonía —subrayó el antropólogo—, al punto tal que se negaba la existencia misma”.

Saganías, por su parte, cerró con una reflexión: “Sería fácil atribuir estas apropiaciones a la mecánica con la que operan el capitalismo y el fenómeno de la globalización (…) No es tan simple, sobre todo cuando la cultura apropiadora históricamente ha ejercido un papel dominante sobre la cultura cuyo símbolos pretende ‘imitar’, y en este sentido se aprovechan, en beneficio propio, de aspectos de la cultura oprimida omitiendo su significado original y su historia”.

"Íntegro, integro, integró", el reflejo de la discriminación a la población afro

Ana Paula Penchaszadeh, científica del Conicet, estrenó -junto a la artista visual Gaby Messina- un corto audiovisual llamado Íntegro, integro, integró, que muestra el racismo y la xenofobia que existe en el país. Desde el arte y la ciencia, se buscó visibilizar la discriminación que sufre la población afro en Argentina.

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