Borges, Perón y la Argentina actual

En su visita a Mendoza, Víctor Laplace, actor y director de  la obra teatral “Perón y Borges”,  reflexionó sobre el presente político del país en relación con el mensaje del espectáculo basado en una charla ficcional entre dos personajes de nuestra historia tan míticos como antagónicos. “La obra muestra que desde la discordancia y el debate pueden emerger mundos posibles”, asegura.

Borges, Perón y la Argentina actual

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Entrevista: Gustavo Corrales / Edición: Penélope Moro

Publicado el 17 DE MAYO DE 2011

Desde principios de año “Borges y Perón” es presentada en las distintas provincias del país, mayo fue el turno de Mendoza. Se trata de una adaptación para teatro del libro de Enrique Estrázulas que reúne en un encuentro de ficción al mayor líder justicialista, Juan Domingo Perón, y al eximio escritor, Jorge Luis Borges. Conocidas las discrepancias ideológicas de los míticos personajes, el desafío de la obra es exponer sus coincidencias y visiones dispares sobre los distintos hechos de la realidad argentina en el tiempo que les tocó compartir.

Laplace no sólo dirige el espectáculo sino que además interpreta el papel de Perón, tal como ya lo ha hecho en otras obras teatrales y cinematográficas. Quizá la  más destacada de las recreaciones que ha realizado del político fundador del peronismo, fue la de la película Evita Perón, dirigida en 1996 por Juan Desanzo y escrita por José Pablo Feimman.

El actor diferencia esas dos interpretaciones al explicar que en el film, Perón ocupa un papel secundario y se enmarca en un contexto totalmente distinto al de 1973, año en que se recrea teatralmente su encuentro con Borges. “En la obra personifico a un Perón que viene del exilio, después de los golpes. Y que se propone dialogar con Borges para conciliar puntos de vista disímiles desde la palabra”, explicó.

En  el libro de Estrázulas, Borges, quien es personificado en la obra por el destacado actor Jean Pierre Noher,  y Perón, se muestran como “dos argentinos que han llegado a una etapa de su vida signada por la sabiduría, lo que les permite confrontar sus ideas y conciliarlas”, aduce Laplace para argumentar que ese debate “posibilita el crecimiento cultural y social en contraposición al odio que destruye toda posibilidad de consenso”.

Para el director y actor de “Borges y Perón”, la palabra es el recurso central de la obra y lo que le otorga validez. “Desde la palabra estos dos hombres tan dispares se miden la cancha, palabras que surgen de lo humano, de las carencias, de los dolores y de los afectos de estos personajes fundamentales de nuestra historia”, aseguró.

Respecto a la respuesta del público, Laplace opinó que la obra consigue algo que a la vez es un gran logro para el teatro en general, y es el hecho de que la gente salga “feliz y conmovida”. 

“El nuestro es un país muy pasional y confrontativo, y el espectáculo instala la idea de que desde el debate se llega a la reflexión, que es justamente lo que se da entre este Borges y este Perón ficcionales”, explicó. Además, para el actor, la obra provoca que el público también concilie ideas al rescatar de ambas figuras cosas con las que está de acuerdo y con las que no.

“Hoy hay esperanzas renovadas”

En relación a esa confrontación que caracterizó el vínculo entre Juan Domingo Perón y Jorge Luis Borges, Laplace analizó el panorama actual de la Argentina.                     

“Hoy la confrontación nace de quienes no entienden que por primera vez nace un  país diferente desde el advenimiento de la democracia”. Para el actor este escenario simboliza una “primavera”, que solo puede asimilarse a los primeros tiempos del gobierno de Ricardo Alfonsín, tras la recuperación democrática.

“Los golpes militares barrieron con toda una clase pensante que hoy vuelve a renacer”, opinó. En este sentido, también se refirió a la década de los `90 como una época en que “se complicó todo y dejó de haber dirigentes para dar lugar a personas que dirigían según sus propios intereses”.

Bajo este punto de vista, el actor entiende que en el presente hay que valorar las nuevas conquistas sociales que no hace tanto parecían “imposibles”.  Insistió en que la confrontación actual está dada por quienes “no quieren que la cosa se reparta un poco más”.

“A mí de todo este proceso lo que más me conmueve es el hecho de que la política vuelva a ser una posibilidad importante para los jóvenes, que la política deje de ser mala palabra, y que vuelva a hacer cosas por la gente”, valoró.

De esta manera subrayó el hecho del interés por la política que se ha adueñado inéditamente de los más jóvenes. “Veo chicos que están metidos hasta los huesos en político, y con la mística que teníamos nosotros a los 20 años cuando estábamos metidos en el peronismo de base”, observó ya no desde su rol de actor sino de militante p. En este punto recordó que su acercamiento al peronismo  se produjo desde la metalúrgica, uno de los primeros oficios que tuvo antes de convertirse en actor, cuando tenía sólo 14 años.

Luego de las primeras y grandes reivindicaciones políticas y sociales dadas en el primer momento del peronismo, los años trasncurridos entre 2003 y el presente, simbolizan para Laplace “un proceso muy próspero y positivo, de transformación, de ideas y de negociación”.