La paradoja sobre el aborto: entre el "perdón" del Papa y la penalización

Católicas por el Derecho a Decidir de Argentina plantearon, frente a la decisión de Francisco I de autorizar a los sacerdotes a absolver a quienes hayan abortado, la incongruencia entre la postura del sumo pontífice y la de los legisladores argentinos que no quieren debatir su despenalización.

La paradoja sobre el aborto: entre el "perdón" del Papa y la penalización

Foto: gentileza Facebook Católicas por el Derecho a Decidir

Sociedad

El Papa y el aborto

Unidiversidad

Fuente: Católicas por el Derecho a Decidir

Publicado el 02 DE SEPTIEMBRE DE 2015

La organización Católicas por el Derecho a Decidir de Argentina, un colectivo que promueve los derechos de las mujeres desde una perspectiva ética, teológica, católica y feminista, especialmente los que se refieren a la sexualidad y la reproducción humana, emitieron un comunicado respecto de la decisión del papa Francisco de conceder a los sacerdotes la absolución del "pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos de corazón", durante el Jubileo de la Misericordia que comienza el próximo 8 de diciembre y se celebrará hasta el 20 de noviembre de 2016.

Textualmente, dijeron:

Las declaraciones del Papa dan cuenta de un avance en la posición de la jerarquía de la Iglesia Católica frente al aborto, en tanto reconoce las situaciones complejas que llevan a las mujeres a decidir sobre su cuerpo y el dilema moral que ello supone, cuando deciden en el marco del mal menor según la doctrina católica.

Como líder religioso, es importante que el Papa se identifique con una postura más flexible sobre la construcción del pecado y su conexión con el aborto. Que nos saque una carga más en el marco de subordinación en el cual la religión nos ha colocado. Nos han asignado el mandato de portadoras de la obligatoriedad de la procreación, del sacrificio, de la voluntad de amar sobre todas las cosas y en todas las circunstancias. Estos mandatos no le fueron asignados a los varones con la misma fuerza. Sin embargo, en estas declaraciones quedan afuera aquellas mujeres que no lo viven como drama, sino como una elección, una decisión consciente y moralmente válida, en la cual pudieron reconciliar sus decisiones reproductivas, su proyecto de vida con sus creencias religiosas.

Pero el Papa es también el líder político de una de las Instituciones que más han hecho para criminalizar el aborto en nuestra región y para considerar “delincuentes” a las mujeres que voluntariamente deciden interrumpir un embarazo. El aborto, como crimen, es un acto de opresión y de violencia que, como mujeres católicas, tenemos que confrontar. Como sociedades democráticas nos debemos un marco legal amplio que permita incluir el pluralismo y la libertad de conciencia necesarios para albergar la diversidad de prácticas y decisiones de las mujeres.

Si el mismo Papa no condena a las mujeres que abortan, ¿por qué nuestros/as representantes se escudan en reparos religiosos para eludir debatir la inmoralidad de la criminalización penal que todavía subsiste en nuestra legislación? Legalizar el aborto es la única estrategia democrática que permitirá resguardar la libertad de conciencia y la toma de decisiones éticas de las mujeres, en un país respetuoso de los derechos humanos.

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