Cuando morimos minuto a minuto

Fue notable cómo se mostró en carne viva la compulsión dolorosa de una madre desconsolada por la muerte de su hija. Cómo lo vimos los incautos televidentes.

Cuando morimos minuto a minuto

Alejandra Rodríguez, la mamá de la niña asesinada. Foto de Marcos García para Los Andes.

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Jorge Fernández Rojas

Publicado el 13 DE ABRIL DE 2016

La muerte violenta de Trinidad, la nena de 8 años de Fray Luis Beltrán, conocida en la mañana de ayer martes 12, puso en evidencia cómo los responsables de los noticieros televisivos (del mediodía, en este caso) también se mueren por un virtual e inasible punto de audiencia a costa de la sangre derramada por los mismos televidentes, pero en calidad de víctimas.

Eso pasó. Los televidentes quedaron absortos ante el dolor en carne viva de la madre de la niña que fue asesinada y calcinada. Ese fue el cometido logrado por la tele. Por eso los canales mantuvieron la pantalla caliente, incendiada con una actitud indolente y lejos de cualquier interés social y periodístico.

La cuestión es que se notó la ambición por ganar –o por lo menos mantener– a los televidentes como consumidores (ignorantes) de la desgracia producida por un hecho tremendo, por el horror que supone la indefensión de una niña que iba a la escuela y que nunca llegó a destino.

No hay explicación posible que no sea admitir que los móviles de los canales abiertos de Mendoza se apostaron en el lugar de la tragedia sólo para ver desgarrarse a la madre, que mostró todo su dolor por no poder llegar a proteger a su hija de la muerte violenta. Una imagen que se sostuvo hasta verla desangrar en su sentimiento para luego pasar a los “testimonios” de los vecinos que se condolían con la víctima. Todo para mantener a una audiencia que, a esa hora, ya es cautiva de la tele masiva y por la cual los canales pelean sin ningún remordimiento.

Un hombre de los medios con mucha experiencia lo describió así: “El Canal 7 intentó mantener en pantalla a la madre para llegar a las 13.00 y no perder a la audiencia que podía llegar a cambiar para seguir con la carnicería televisiva a partir de esa hora, pero en Canal 9”.

Como observación de la situación mediática y sintiéndonos parte de la escena, ayer al mediodía sacrificamos en vivo a una madre para ofrecerla al dios del rating. Fue una ofrenda macabra.

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