Cuando los cementerios quedan chicos

Cómo se contrarresta la falta de espacio en algunas necrópolis municipales. El abandono de los familiares, un problema cada vez más común.

Cuando los cementerios quedan chicos

Una postal del cementerio de Capital.

Sociedad

Unidiversidad

Unidiversidad / Mariano Rivas

Publicado el 22 DE FEBRERO DE 2018

Hasta mediados del siglo XX, lo usual en los cementerios era comprar el título de una parcela, que así pasaba a pertenecer a una persona sin necesidad de renovación. Sin embargo, este procedimiento tuvo que ser modificado al comenzar a colapsarse los cementerios municipales.

Así, empezaron a alquilarse las sepulturas y nichos por una determinada cantidad de años. Hoy, los cementerios municipales conviven con los cementerios parque –más caros, con otro concepto y generalmente privados– y la alternativa de la cremación, vista con rechazo en otras épocas por cuestiones religiosas, pero que hoy es cada vez más elegida.

 

El plazo por el que se alquila el espacio está entre los cinco y diez años. La cifra que se paga solo una vez en ese período suele partir de los $ 1000, en el caso de los nichos que no están en la planta baja –es decir, aquellos que son de más difícil acceso–, y va incrementándose a partir de ahí. A esto se le suma un costo de mantenimiento anual que está entre los $ 100 y $ 200.

 

Debido a que el lugar es limitado, los cementerios tienen que tomar medidas para generar sitios. Por ejemplo, en 1961 el por entonces colapsado cementerio de Godoy Cruz comenzó a implementar los alquileres por tiempo limitado: primero, por 60 años; luego por 40, 20, hasta llegar a los actuales 10 años para los nichos y a los cinco años en el caso de las sepulturas.

 

Cementerio municipal de Guaymallén. Foto: Sitio Andino / Cristian Lozano.

 

Reducir los restos

Actualmente es a través de la reducción que se contrarresta la falta de lugar en las necrópolis municipales. La reducción de los restos, si estos están en condiciones, se produce al vencer los contratos de alquiler y con la autorización de la familia. Muchas veces también se opta por la cremación y la colocación en urnas. También se pueden renovar los alquileres, aunque los cementerios recomiendan a los familiares la reducción.

En Guaymallén, según contó a Unidiversidad Javier Puebla,director de Rentas y administrador de la necrópolis municipal, hay muchos menos entierros que en décadas pasadas, a pesar de que el funcionario calificó de “colapsado” el cementerio. De albergar cerca de siete inhumaciones por día se pasó a esa misma cantidad a la semana. Incluso, muchas personas eligen trasladar los restos de sus seres queridos a un parque de descanso.

 

Los cementerios parque

En cierta forma, los cementerios parque, que ofrecen lugares amplios con paisajes más naturales alejados del concepto clásico del cementerio sombrío, han sido de ayuda para quienes tienen la tarea de administrar las necrópolis municipales. Al dar otra opción para el descanso de la persona fallecida, aligeran la demanda de nichos y sepulturas.

La ventaja de estas otras opciones, como la cremación y los cementerios parque, es que el familiar no tiene que seguir pendiente de un contrato. El costo económico en ambos casos es mayor, pero se paga solo una vez. A la vez, el cementerio se evita uno de los problemas que han ido surgiendo con el paso del tiempo. Esto es que, mientras más lejano sea el familiar vivo del fallecido, más posibilidades hay de que se desentienda de los restos y de que incluso no pague la concesión. Así, muchas personas acuerdan ser cremadas al fallecer para así evitar a sus descendientes "el problema” de tener que disponer de sus restos.

 

 

Qué se hace en caso de abandono

“Si en el estado de la cuenta nunca ha habido pagos o ya se ha vencido el alquiler de la sepultura o del nicho, Rentas lo que hace es notificar a los familiares para que se acerquen al municipio a regularizar la deuda o para ver qué van a hacer con los restos”, señaló a Unidiversidad Carlos Pérez, jefe de Departamento del cementerio municipal de Godoy Cruz.

 

¿Y si no hay respuesta de los familiares? “Se inicia un expediente con la deuda y la ubicación exacta de la sepultura o nicho para que el intendente emita un decreto para sacar los restos y mandarlos a una fosa común”, completó Pérez.

 

Además, a la fosa común u osario van también aquellos restos que nunca fueron reclamados. En Guaymallén hay 2500 restos de personas fallecidas cuyos familiares son deudores. El director de Rentas afirmó que se está buscando regularizar la situación y construir un osario para, agotadas las demás instancias, poder depositarlos allí.

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