Cultura, universidad y región

Reconstrucción histórica e historiográfica.

Cultura, universidad y región

Primer rectorado de la UNCUYO, 1939. Foto: Centro de Documentación Histórica de la UNCUYO.

Ciencia y tecnología

Especial conflictividad e identidad

Unidiversidad

Marisa A. Muñoz - Facultad de Filosofía y Letras, UNCUYO / Incihusa-Conicet Mendoza

Publicado el 06 DE JULIO DE 2018

La historia cultural de Mendoza está estrechamente vinculada a la reconstrucción histórica e historiográfica que llevaron adelante sus propios escritores, intelectuales y críticos. En este sentido, el proceso de inscripción de las crónicas del pasado cultural en nuestra provincia comienza en las primeras décadas del siglo XX, pero cobra volumen en los años 50 y 60 con la publicación de memorias institucionales y con la sistematización de trabajos en archivos y centros documentales.

El denominado “regionalismo literario” de la generación de 1925 en nuestra provincia formó parte de un movimiento amplio que se expresó en la filosofía, lo jurídico, la educación, las ideas políticas, las artes plásticas y musicales. La idea de región en estas expresiones empezó a consolidarse en las materializaciones alcanzadas en textos y obras.

La literatura, la poesía y la prosa alcanzaron cierta singularidad en la medida en que, sin estar desconectadas de la cultura nacional y mundial, encontraron formas de expresión propias: tópicos vanguardistas y rupturistas con el modernismo literario y narrativas vinculadas a lo telúrico y a lo social.

Algo semejante se puede señalar en el ámbito de la filosofía con la obra del pensador positivista Agustín Álvarez (1857-1914), en sus ensayos de interpretación nacional, y de Angélica Mendoza (1889-1960), intelectual, militante y traductora. En el ámbito de la educación y la renovación pedagógica, son ineludibles las referencias a las figuras de Carlos Vergara (1859-1929) y Florencia Fossatti (1888-1978).

 

Arturo Andrés Roig leyendo a José Martí. Foto: biblioteca personal del doctor Arturo Andrés Roig, provista por la autora.

 

Quien propuso las primeras cartografìas de la cultura filosófica y literaria de la provincia de Mendoza fue Arturo A. Roig (1922-2012). El análisis del periodismo en el siglo XIX y principios del XX en Mendoza lo orientó en la búsqueda de libros y folletos de autores olvidados o desconocidos que no habían entrado en las Academia, como "Agustín Álvarez: sus ideas sobre la educación y sus fuentes" (1957) y La filosofía de las luces en la ciudad agrícola. Páginas para una historia de las ideas argentinas (1968).

Su libro Los krausistas argentinos (1969) significó una novedad que modificó el panorama de las ideas, no solo regional, sino también a nivel nacional y latinoamericano respecto de la presencia del espiritualismo y del positivismo desde mediados del siglo XIX hasta 1930. Gran parte de los textos vinculados con la cultura regional se encuentran publicados en Mendoza, en sus letras y sus ideas, editado por primera vez en 1996 y reeditado en 2005 y 2009.

Estos trabajos pioneros en el ámbito de la historia de las ideas de la región colaboraron en la delimitación del campo cultural a partir del relevamiento de publicaciones, ediciones y prácticas de producción y socialización de la cultura, así como contribuyeron a visibilizar los alcances de las figuras del editor, escritor, profesor e intelectual en Mendoza.

 

La incidencia de la UNCUYO

La creación de la Universidad Nacional de Cuyo en 1939 marcó una inflexión en el proceso de gestación de la identidad cultural y de la conciencia regional. En la primera década del siglo XX, en la Argentina ya existían tres universidades: la de Córdoba, fundada por los jesuitas en el año 1613; luego la de Buenos Aires, creada en 1821, y en 1905 se funda la de La Plata. Le siguen las universidades del Litoral y de Tucumán, nacionalizadas en 1919 y 1921, respectivamente, y dos décadas más tarde, la de Cuyo.

El carácter y criterios en torno a lo regional fue la nota distintiva en la creación de las tres últimas instituciones mencionadas. Lo regional, en el marco de la planificación universitaria, aludió a la preexistencia de una unidad territorial, social, política y económica que potenciaba la conformación de una cultura propia. Este supuesto de unidad será puesto en cuestión y en algunos casos oficiará como una lentificación en los procesos de cohesión de las instituciones académicas.

La región de Cuyo, como sabemos, está conformada por las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. La Universidad fundada en 1939 replica ese esquema tripartito. La cuestión es que la unidad histórica de Cuyo, que hace de base de fundación de la universidad, ya se había disuelto en el siglo XIX, tal como lo plantea Arturo Roig al delimitar este proceso de autonomías provinciales desde 1820 hasta fines de siglo. Este desfasaje explica en parte ciertos obstáculos de integración que caracterizaron el vínculo de estos centros de estudio.

En el año 1973, en el marco del denominado “Plan Taquini”, se opera una reorganización de la educación superior en la Argentina, en medio de protestas estudiantiles y estallidos sociales. Las universidades de San Juan y San Luis finalmente quedan independizadas de la Universidad Nacional de Cuyo.

El cambio de escala en la matrícula universitaria y la formulación de una demanda local corrieron paralelos a los procesos de descentralización y modernización por los que se quería encauzar la política de organización de las universidades argentinas. Se puede advertir que la relación entre lo nacional y lo regional o provincial no ha dejado de estar atravesada por tensiones y por la relativa autonomía de las regiones. Al inicial binomio regional-nacional de la cultura universitaria y literaria, en sentido amplio, se le sumaron otros: capital-interior, centro-periferia, regionalismo-universalismo, y también los desafíos y dilemas de la internacionalización y circulación del conocimiento de una cultura propia, singular y plural.

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