Dañar el ambiente es dañar la salud

El “Impacto de las condiciones socioambientales sobre patologías orales y salud general en los pobladores del Noreste de Mendoza”  bajo la lupa de un equipo de investigación de la UNCUYO.

Dañar el ambiente es dañar la salud

Lagunas del Rosario, Lavalle, Mendoza

Sociedad

Unidiversidad

Milagros Molina

Publicado el 25 DE SEPTIEMBRE DE 2013

“El asesinato es suicidio”. Con esta conclusión que linda lo dramático, Franz Hinkelammert (economista, filósofo y teólogo de la liberación) nos muestra cómo el ser humano, al preocuparse por su propia existencia y no por la naturaleza con la que convive a la hora de tomar los recursos de esta, amenaza los fundamentos de la vida humana y la naturaleza.  

¿Puede tener impacto la situación ambiental de una determinada zona en la salud de sus pobladores?

En el noreste de Mendoza, concretamente en la zona del desierto de Lavalle, el equipo de investigación dirigido por el sociólogo Mario García Cardoni denominado: “Impacto de las condiciones socioambientales sobre patologías orales y salud general en los pobladores del Noreste de Mendoza”  descubrió a las claras que sí.

Como resultado de investigaciones anteriores, este equipo de la Facultad de Odontología, financiado por la Secretaría de Ciencia Técnica y Posgrado de la UNCUYO, encontró la presencia de daños en tejidos blandos, cuya causa podía ser el consumo de agua con arsénico en altas dosis, entre otros elementos tóxicos. Esto los llevó a asociar el estudio de la salud con situaciones de carácter ambiental en el lugar.

García Cardoni profundiza sobre este estudio y convoca a la reflexión.

¿Cómo llegan a esta hipótesis de la relación entre condiciones ambientales y salud?

Nuestro proyecto anterior formó parte de un Programa de Investigación y Desarrollo, conformado por varias disciplinas y unidades académicas de nuestra universidad. En él relevamos los datos sobre salud de la población del noreste de Mendoza, sobre todo en relación con las condiciones de salud oral.

En esta segunda parte continuamos con el relevamiento de la zona –desde lo odontológico y lo social-antropológico– y lo asociamos a otras problemáticas que serían condicionantes, como es la problemática ambiental, además de las culturales que veníamos estudiando, la relación con la tierra, la población originaria (pueblos huarpes), el agua, la educación, entre otros aspectos, para seguir en la línea del programa y contribuir con los aportes científico-técnicos desde el punto de vista de la salud, para el desarrollo sostenible y el ordenamiento territorial del espacio rural de la zona estudiada.

¿De qué herramientas metodológicas se valieron para llevar adelante este estudio?

Nuestra metodología consistió en continuar realizando relevamientos en el área en cuestión, a través de instrumentos de recolección de datos cuantitativos, como odontogramas y la toma de muestras de agua de consumo de diferentes procedencias.

Además, utilizamos técnicas cualitativas, como las entrevistas personalizadas con los pobladores sobre sus costumbres, hábitos en relación con su vida cotidiana, su percepción sobre los cambios ambientales y las consecuencias de los mismos en la vida del lugar. También nos relacionamos con los distintos referentes, entre quienes identificamos a efectores de salud y a jefes de las once comunidades que se esparcen en el área de secano.

Para realizar este abordaje, nosotros partimos de una concepción distinta de la salud, desde lo social y no desde lo estrictamente individual, biologista, positivista, que ve solamente el objeto de estudio. Por eso atendemos a todos los aspectos sociales de la salud: la accesibilidad sanitaria, los problemas de la tierra, los problemas que tienen con el agua, los problemas laborales, aspectos que tienen que ver con una mirada sociológica más amplia.

Los centros de salud tienen apenas lo básico. Los profesionales de la salud que atienden en esa zona son escasos y hacen un esfuerzo muy grande para prestar la atención necesaria dentro de sus posibilidades. La odontología urbana ha avanzado a perfeccionamientos hasta hace unas décadas inimaginados, sin embargo, en las áreas no irrigadas de Lavalle es difícil practicarla sin equipos de rayos X, sin posibilidades de realizar endodoncia, por mencionar algunas tecnologías utilizadas para salvar piezas dentales.

Otro problema importante es el del agua, que es un eje central para la vida. En este lugar nosotros encontramos “hidroarsenicismo crónico”, que se denomina así por la cantidad de arsénico que existe en el agua. Esto produce problemas de salud comprobados por infinidad de investigaciones.

El arsénico es un metaloide naturalmente presente en el aire, el suelo y el agua. Se debe a su presencia en el basamento vulcánico de la Cordillera de Los Andes y se concentra en algunas áreas, como también se ha comprobado que existe en las napas subterráneas de la zona. Su presencia en el agua y en los alimentos para consumo humano, aun en pequeñas cantidades y a través de los años, debido a su poder acumulativo, es capaz de producir, en el hombre predispuesto, serias lesiones en diversos órganos, entre ellos, la piel y las mucosas.

Actualmente, ¿en qué momento de la investigación están?

Luego de hacer este diagnóstico y averiguar cuáles son los intereses y las problemáticas de la zona, comenzamos a reconstruir su historia. En esta reconstrucción advertimos que la zona del noreste de la provincia de Mendoza pasó de ser lagunas y sembradíos a una vasta zona semidesértica, por la construcción de los diques Cippoletti, Carrizal y San Juan (ya que las lagunas se alimentaban de los ríos San Juan y Mendoza), y, en los últimos tiempos, el Dique Potrerillos. Esto trajo como consecuencias, por un lado, que el Río Mendoza en esa zona esté irremediablemente seco. Las actividades de subsistencia de sus pobladores desde hace unas décadas son la cría de ganado caprino y vacuno, en algunos casos, la producción de artesanías y la explotación del junquillo. Actualmente, la falta de agua y de pasturas dificulta cada vez más su subsistencia.

El gobierno ha intentado paliar la falta de agua de consumo humano con una cañería instalada desde un pozo de Gustavo André hasta San Miguel, por un lado y San José, por otro. Pero el caudal no es suficiente y la provisión se corta, en muchas ocasiones, durante semanas. Están intentando sumar el caudal de otro pozo de la zona. Sin embargo, solo los pobladores que tienen sus puestos cerca de la cañería cuentan con este beneficio. Hay una gran parte de la población que siguen tomando agua de los pozos balde, que son pozos de alrededor de diez metros de profundidad, sostenidos por palos, de donde sacan agua subterránea con ayuda de animales con un sistema de roldanas.

Justamente por esto, nosotros postulamos esta relación entre las condiciones socioambientales, culturales, económicas y de salud.

Ya tomamos las muestras de agua; las analizaron en el instituto de la Facultad de Ingeniería y tenemos los resultados, porque estamos cerrando este ciclo de la investigación. Todas exceden los cánones internacionales permitidos (hasta los pozos de agua de las escuelas). Por esto nosotros promovemos la necesidad de que sea una zona declarada con hidroarsenicismo crónico. Esto podría generar políticas para tratar esta situación y proteger a sus pobladores, pero aún no hemos logrado que se apruebe la ley. Esta ya ha sido presentada, tiene media sanción y está a la espera de su definitiva aprobación en la legislatura Provincial.