Desarrollo emprendedor

El autor es Secretario de Desarrollo Institucional y Territorial de la Universidad Nacional de Cuyo

Desarrollo emprendedor

Foto: Axel Lloret

Sociedad

Emprendedurismo

Unidiversidad

Héctor Smud

Publicado el 29 DE OCTUBRE DE 2015

La Universidad siempre tuvo como principal actividad formar gente para el trabajo. Investigación, extensión y vinculación completan la trilogía de sus objetivos, pero está claro que la formación de profesionales para que luego se inserten en el mundo laboral ha sido por años el leiv motiv de todas las universidades. Pero hoy la salida laboral, como se la conocía, ha cambiado mucho.

Jóvenes de hoy, generación Y, nativos digitales, millennians, no piensan su vida laboral de la misma manera que sus predecesores. Ya se está formando la generación Z. El 45 % de la fuerza laboral en la Argentina nació entre 1980 y 1995. Escuchamos y leemos a sociólogos, psicólogos y otros especialistas contarnos que los jóvenes quieren formar grupos de trabajo desafiantes y que se comprometen con proyectos y no con puestos de trabajo.

El estudio “Empresa de los sueños de los jóvenes de 2013” muestra que la mayoría de ellos preferiría construir su propio emprendimiento antes que obtener un empleo. Necesitan darle sentido a sus vidas, entusiasmarse, sentir desafíos. No están dispuestos a esforzarse toda la vida para alcanzar el objetivo al final del camino. Piden esfuerzo presente contra satisfacción presente. Esperan la gratificación en una experiencia laboral cotidiana que dé indicios valederos para su proyecto e imaginan que esos valores sólo se alcanzan siendo dueños de sus propios destinos y sus propios proyectos.

Saben cómo les gustaría que les ofrezcan los productos o servicios y están dispuestos a aportar para diseñar su propio futuro. Son los emprendedores, los generadores de ideas, los dueños del empuje más allá de todo esfuerzo y que valoran el conocimiento tecnológico, la facilidad para acceder a la información, la cultura colaborativa y la transparencia en todas sus formas. El poder no pasa por ser el dueño de la información sino por saber cómo encontrarla y procesarla.

Todo esto impone para la UNCUYO un significativo desafío. No se refiere sólo a algunas áreas del conocimiento o algunas facultades. Tenemos desde hace años una Incubadora de Empresas, pero aunque es exitosa resulta insuficiente como única herramienta. Hay que generar cultura emprendedora y en eso trabajamos. Nuestras facultades deben plantearse el reto de un cambio cultural: el nacimiento de empresas de generación de valor social, el crecimiento de aquellas de la economía naranja, la formación para puestos de trabajo que hoy no existen. Las nuevas tecnologías por venir plantean un tremendo desafío. Emprendámoslo.

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