Diez observaciones sobre la segunda vuelta

El fallo de las encuestas, el ajustadísimo resultado del balotaje, los votos en blanco y otros aspectos son analizados por El Estadista.

Diez observaciones sobre la segunda vuelta

Foto: gentileza chacoinfo.com

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El Estadista

Publicado el 21 DE JULIO DE 2015

Lo que se anticipaba como una victoria cómoda del PRO terminó siendo un ajustado balotaje. Horacio Rodríguez Larreta (PRO) se impuso y gobernará la Ciudad por los próximos cuatro años, pero la magra diferencia que le sacó a su competidor, Martín Lousteau (ECO), permite hacer otras observaciones.

1. Pese a que las encuestadoras pronosticaban una brecha entre 10 y 15 % a favor de Rodríguez Larreta, la diferencia entre uno y otro terminó siendo de apenas 3,28 % (54 745 votos).

2. A diferencia de las elecciones porteñas de 2011, 2013 y las primarias y generales de 2015, el PRO no logró imponerse en la totalidad de las comunas. En 9 de ellas (3, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 15) se impuso Lousteau, mientras que en las 6 restantes (1, 2 , 4, 12, 13, 14), ganó el jefe de gabinete macrista.

Los mejores resultados de Larreta se dieron en las comunas de mayor poder adquisitivo. En Recoleta se alzó con el 65,5 %, en Palermo con el 58,75 %, en la comuna 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) con el 59,54 %. Esto le permitió compensar sus magros resultados en las comunas donde ECO se impuso con mayor cantidad de votos, como sucedió en la 5 (54,14 %), la 7 (52,34 %), la 9 (52,91 %), la 10 (53,58 %), y la 15 (54,44 %).

3. Se trató del balotaje más reñido de la historia de elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. El antecedente más cercano había sido en 2003, cuando Aníbal Ibarra venció a Mauricio Macri por 53 % a 46 %. En los dos que habían competido, el PRO y el Frente para la Victoria (FpV), en 2007 y 2011, Macri había ganado más del 60 % de los votos y la diferencia había sido superior al 20 %.

4. Hubo 89 444 votos en blanco. Esta modalidad de voto, que buena parte de la izquierda y algunos sectores del kirchnerismo usaron para mostrar su disgusto por ambas opciones, trepó al 5,05 % de los sufragios emitidos, una cifra alta aunque –como advierte María Page– si se contabilizan los votos en blanco y los nulos juntos, la cifra asciende a 5,9 %, similar al 5,5 promedio del resto de los balotajes.

5. Para el PRO no fue cómodo el desafío de reemplazar a su líder. Por primera vez en las elecciones ejecutivas de las que participó el partido, Macri no encabezó la boleta. En diálogo con El Estadista, el primer candidato a legislador porteño Francisco Quintana remarcó: “La elección del domingo demuestra que nos hemos convertido en un partido político competitivo más allá de la figura de Mauricio, que sigue siendo el pilar fundamental de nuestro partido pero donde, sin embargo, también hay alternativas atractivas electoralmente hablando”.

El desafío era complejo desde el vamos para Rodríguez Larreta. En sus cortos 19 años de elección de jefes de Gobierno, la Ciudad de Buenos Aires había tenido cuatro balotajes (2000, 2003, 2007 y 2011). Según la Constitución porteña, para evitar la segunda vuelta, hace falta alcanzar la mayoría absoluta, es decir, más de la mitad de los votos válidos emitidos.

6. No ocurrió, como esperaban desde el PRO, que las PASO funcionaran como una primera vuelta y aceleraran el efecto polarizador, dándole la victoria en primera vuelta a su candidato. Sin embargo, el PRO ganó y demostró por tercera vez su fuerte arraigo en el electorado porteño.

7. Lousteau hizo una muy buena elección y festejó. A pesar de no haber ganado, haber recortado la diferencia a apenas 54 745 votos lo dejó en un buen lugar. ¿Buscará posicionarse como referente de la oposición porteña de cara al futuro? Si es así, su desafío ahora es retener la mayor cantidad de los votos que logró, muchos de los cuales habían elegido al FpV o la izquierda y optaron por ECO como “mal menor”, y consolidar su frente político ECO.

8. Para eso, será fundamental la Legislatura. En el órgano legislativo porteño convivirán tres grandes bloques sin mayoría: PRO, con 28 diputados; ECO, con 14; y el FpV, con 13. Desde allí, ECO puede consolidarse como primera fuerza de oposición.

9. Como ya se ha analizado en El Estadista, cada distrito tiene su propia dinámica ajena a lo nacional. El enfrentamiento en la Ciudad de la UCR y el PRO, que a nivel nacional son parte del mismo frente, es una prueba más de la territorialización de la política y la fragmentación de los partidos en las últimas décadas. Asimismo, el resultado consolida la tendencia triunfal de los oficialismos, que se rompió en solo dos elecciones en lo que va del año (Mendoza y Tierra del Fuego).

10. Así y todo, la CABA es siempre un distrito "vidriera" y más aún, siendo la base donde se asienta la candidatura presidencial de Macri. Por eso, hacer un análisis nacional es inevitable.

El líder PRO aspiraba a lograr un póquer de elecciones ganadas que lo mostraran triunfador antes de las PASO del 9 de agosto. Pero lejos estuvo de cumplirse su plan. Ganó en Mendoza, no pudo en Santa Fe ni Córdoba y aunque sumó la CABA, el triunfo dejó un sabor agridulce. Como contrapartida, festejaron Daniel Scioli, Sergio Massa y Ernesto Sanz.

En un contexto polarizado como el actual, las malas noticias para el PRO son buenas para el FpV. Pese a que ML está lejos de ser uno de los suyos, la mayoría del electorado kirchnerista en la Ciudad votó al exministro de Economía para ajustar el margen con HRL y esmerilar las chances de Macri, una estrategia que resultó exitosa. Más aún, para instalar que el PRO sigue siendo únicamente una fuerza local sin proyección nacional.

En tanto, desde el massismo, la lectura de los resultados que intentarán imponer fue que 1 de cada 2 porteños rompió con la polarización FpV-PRO y que las encuestas –que a Massa lo dan tercero lejos de Macri– fallaron gravemente.

Por su parte, Sanz se subió al escenario del búnker de ECO a festejar. Aunque marcha lejos en términos de popularidad, instalación mediática e intención de voto en comparación con Macri, el precandidato del radicalismo se podría beneficiar de la buena elección de su candidato porteño de cara a las primarias dentro del frente Cambiemos.

En tanto, el Frente Renovador busca instalar que el error que mostraron las encuestas pone en duda los sondeos que lo muestran tercero muy lejos del PRO y que en las elecciones porteñas se rompió la polarización macrismo/kirchnerismo, lo cual pondría en duda el no lugar que le atribuyen los analistas al massismo.

 

Vea la nota original aquí: Lo que dejó la segunda vuelta

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