Disquerías, vinilos y la pasión como motor de resistencia

Nada de Spotify, apuestan a la atención personalizada, la especialización por estilos y las ediciones raras. El auge del formato físico.

Disquerías, vinilos y la pasión como motor de resistencia

Foto: Amadeus Rockeria

Sociedad

Unidiversidad

Unidiversidad / Ernesto Gutiérrez

Publicado el 06 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Pueden contarse con los dedos de una mano, pero saben que cantidad no es sinónimo de calidad. Y es esa, precisamente, una de las claves de su supervivencia en tiempos de crisis para el rubro que algunos abrazan con pasión: Las disquerías.

En tiempos de formatos virtuales como spotify, el streaming, la piratería y la cada vez más extendida oferta de música en espacios no convencionales, los disqueros mendocinos siguen dando pelea, apostando por su valor agregado: el vinilo, la especialización por género o estilos, ediciones raras o fuera de catálogo y atención personalizada son las estrategias para seguir en pie.

Uno de los que resiste al embate de los formatos digitales es la disquería Amadeus Rockeria. Su dueño, Jorge Zupo, quien dialogó con Unidiversidad, dijo que no conoce lo que es Spotify y que cuando quiere escuchar música pone un CD. Y si no, un disco de pasta o un vinilo. No sabe (al menos esa impresión es la que da) que es uno de los últimos disqueros de Mendoza. Cuando se lo cuentan dice que trabaja de lo que le gusta.

“Decidí abrir la disquería cuando había salido de la secundaria y durante un tiempo trabajé con un amigo en una disco. Conocimos a un hombre que arreglaba los equipos de la radio Red 101, José Villegas, y con él nos empezamos a ir hasta Chile a comprar CDs, algo que en Mendoza prácticamente no había. Hasta que en un momento llegamos a tener 450, que era mucho, y decidimos abrir una disquería. Eso fue en 1991 y empezó funcionando en el local 20 de la galería Independencia”, recordó Zupo.

Para acomodarse a las vicisitudes del mercado musical, salvo algunos agregados que hizo como merchandising de bandas o productos de informática, sigue conservando intacto un volumen discográfico que no se encuentra en ningún otro local: más de 30 mil títulos, desde vinilos de clásica y tango, hasta CD de metal y magazines de pop.

(Disquería Amadeus Rockeria)

“Sólo así podemos pagar el alquiler y darnos algún gusto, porque vendiendo compacts no podés pagar ni un mes de local, es una realidad. El 80% de nuestras ventas son de merchandising. Solamente el que realmente le gusta la música nos va a comprar un disco”, expresó.

Pasión por el vinilo, en la voz de dos hombres de radio  

La excusa oficial para el fanático del vinilo es que no solo tiene un sonido superior al resto de los formatos: “Es una forma de tener una historia musical más real y humana. Vivir el olor del celofán, de la funda interior, sacarlo del empaque, colocarlo con amor sobre la tornamesa, aguardar a que suene, a través de la aguja, y dejarse llevar”, expresó Ernesto "Ernie" Vidal, musicalizador y productor de Radio U.

Pero en tiempos de inmortalidad, es el objeto el que cobra valor: “A muchos jóvenes hoy no les importa el estado de las tapas, la calidad del sonido, eso ha muerto. Tengo colecciones originales, invaluables. Hoy encontras réplicas, da pena lo que la tecnología ha hecho con la música”, describió por su  parte Cristian Gambetta, conductor de “Colección Vinilo” en FM Ayer, con más discos en su colección.

“Uno tiene una relación diferente con la música en el momento que te sentás a escuchar un vinilo. Hoy volvió al tema suelto con spotify, ya no se escuchan discos enteros. En cambio, con el disco te relajás en el sillón, ponés el lado entero. Quizás como requiere un trabajo mayor, uno le da más importancia a la experiencia, es lo que los jóvenes no aprecian”, concluyó Gambetta.

Un club para fanáticos 

Una experiencia particular nació en la pasada década del '90, cuando Adrian Salcedo y Gustavo “Ringo” Obregón seleccionaban en las bateas los vinilos de sus bandas y artistas preferidos. Spinetta, Charly o Soda Stereo estaban en la fascinación de un rock argentino que pisaba cada vez más fuerte.

Es por este entusiasmo, de varios años, que Mendoza tiene un espacio para intercambiar música en formato de vinilo y acompañar el resurgimiento de estos discos como otra forma de escuchar melodías. El Club del Vinilo ofrece recuperar esa magia para amantes del formato.

“Cada vez son más los aficionados que traen sus vinilos y casetes para vender o intercambiar. Lo hacemos una vez por mes, mes y pico, y si la gente ve que todavía no hay fecha empiezan a presionar para el próximo”, contó Salcedo y agregó: “Somos una comunidad que va creciendo en Mendoza. Es un club que reúne a jóvenes y grandes, todos por el amor del vinilo”.

El próximo domingo 15 de septiembre, de 18 a 23, se celebrará una nueva edición del Club del Vinilo que comenzó de la mano de Gustavo “Ringo” Obregón e Inti Pujol en la Casa Colmena. “Esta vez será en el Bombal y promete nuevamente canje y venta de vinilos, bandejas, tragos y cosas ricas para comer”, detalló Adrián.

Números de ventas

El mundo parece ir en la dirección contraria, hoy la música se escucha desde un celular y es portátil, sin embargo, el álbum de vinilo sigue fascinando a los melómanos.

Según las últimas cifras de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), en el periodo de 2018-2019 se vendieron más de 42 millones de nuevos discos de vinilo en todo el mundo.

Argentina también acompañó las ventas ya que en el mercado del vinilo. Las mismas fueron del 15,9%, lo que representa un crecimiento en 2019 de más del 21% respecto al periodo 2017-2018, según datos recientes de la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF).

DJ Uter, conductor del programa Vieja Nueva Escuela en Radio U, nos comentó. “Hoy el vinilo se está trabajando en dos mercados, un mercado para el formato histórico de los DJ, la música electrónica, en la que se sigue editando mucha música todavía en vinilo, a pesar del avance de lo digital. El otro mercado es la gente que sigue viendo al vinilo como un objeto de colección, como una cuestión de llegar a la música de una manera física muy contraria a lo virtual".

Uter fue un poco más allá y concluyó sobre el disco físico: "Debemos agregar la fidelidad del sonido que no ha sido superado por ningún otro formato hasta el momento. Esto se ve reflejado en los valores que registra Argentina y el mundo en este rubro”.

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