Un antídoto contra la impunidad

Marina Walker Guevara, la periodista mendocina que lideró la investigación de los Papeles de Panamá, dijo que acceder a datos oficiales es un derecho de los ciudadanos.

Un antídoto contra la impunidad

El equipo de investigación de los Papeles de Panamá. Foto: Gentileza Marina Walker

Sociedad

Acceso a la Información

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Verónica Gordillo

Publicado el 01 DE JUNIO DE 2017

Un ejercicio democrático: eso es el acceso a la información pública. Entrenar para flexibilizar los músculos, para que los ciudadanos comprendan que obtener datos oficiales es su derecho y que los funcionarios entiendan que brindarlos es su deber. Para la periodista mendocina que lideró la investigación de los Papeles de Panamá, Marina Walker Guevara, ese ejercicio democrático y las leyes que lo garantizan incrementan las chances de lograr transparencia en la gestión estatal, de evitar la impunidad y son una herramienta indispensable para controlar los actos de gobierno.

Walker Guevara, egresada de la UNCUYO y que reside hace diez años en Estados Unidos, dejó en claro que las leyes que garantizan este derecho no significan un avance por sí mismas. No son más que letra muerta si no hay decisión política de cumplirlas, si falta una reglamentación que determine plazos y sanciones para los organismos que no brinden la información.

La mujer, codirectora del Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ, por sus siglas en inglés) y recientemente ganadora del premio Pulitzer, subrayó la responsabilidad que tienen los medios de comunicación en este ejercicio. Dijo que la sociedad civil organizada y los periodistas deben utilizar con asiduidad esta herramienta porque las personas confían en su criterio.
 

Marina Walker dio una charla en los cilindros del Cicunc de la UNCUYO en junio de 2016 sobre la investigación de los Papeles de Panamá. Foto: Prensa UNCUYO

 

El poder de la información

¿Por qué es importante acceder a información pública?

En una sociedad democrática, los ciudadanos tienen el derecho de acceder a información pública, a saber cómo se gasta el dinero. Y eso sólo se puede conocer si se tiene la información adecuada, que no le pertenece a ningún gobierno, sino a los ciudadanos. También hay que entender el rol que cumplen los medios de comunicación en la democracia. Por supuesto que en regímenes autoritarios –sean de derecha o de izquierda– se trata de minimizar ese rol, porque constituyen una amenaza. La información es poder y un poder autoritario no quiere que ese poder se diluya. En sociedades democráticas, el periodismo ocupa un rol central de contralor del poder y los ciudadanos tienen el derecho de controlar y auditar el manejo de los recursos públicos.

¿Cuál es la relación entre la posibilidad de acceso a la información y la de transparentar los actos de gobierno?

Aunque parezca un cliché, es uno necesario: la transparencia es el mejor antídoto contra la corrupción. Impedir que los ciudadanos accedan a esa información, que les pertenece, genera una opacidad en la gestión pública, rompe el contrato social de confianza que debe existir con los ciudadanos e incrementa sustancialmente las posibilidades de corrupción porque, a no ser que se produzcan filtraciones, será virtualmente imposible el escrutinio público. No quiero decir que por tener acceso a la información no vamos a tener más corrupción, pero creo que las leyes de acceso a la información incrementan las chances de que la gestión pública sea transparente, que aquellos que cometen delitos con fondos públicos no se sientan a sus anchas, no se manejen con una impunidad tan radical. Además, empodera a los ciudadanos para ejercer su función desde un lugar más informado y real.

¿Este es un ejercicio que deben aprender los ciudadanos?

Me parece que tiene que haber un aprendizaje para la sociedad civil. De todas formas, no podemos esperar que cada maestro, cada arquitecto, cada albañil haga su pedido de información, creo que quienes más asiduamente deben utilizar la ley son la sociedad civil organizada y los medios de comunicación, y en eso tenemos una gran responsabilidad, porque los ciudadanos confían en nosotros. Me parece que a veces los periodistas fallamos en eso, porque para hacer un pedido de acceso a datos públicos hay que parar, reflexionar, planificar a mediano y corto plazo, "pelearse" con los burócratas porque se demoran, ponen trabas, no cumplen con la ley. Es un ejercicio, es todo un arte el de hacer cumplir las leyes; los periodistas tenemos que convertirnos en los grandes conocedores y usuarios de estas leyes en nombre del interés público. Después hay un proceso de saber qué hacer con la información, entenderla y traducirla para escribir una historia reveladora sobre un tema desconocido o sobre uno en que se ha mentido.

¿Existen límites en el acceso a la información pública?

Yo no tengo el conocimiento para decir cuáles son los límites, hay especialistas en temas de privacidad, pero entiendo que hay situaciones lógicas; por ejemplo, no publicar nombres de niños. También es cierto que muchas veces los gobiernos ponen limitaciones en nombre de respetar la privacidad o en nombre de la seguridad nacional y –en realidad– son formas encubiertas de negar la mayor cantidad de información.

¿Cuál es la situación respecto de las empresas privadas?

Las empresas privadas no entran en las leyes de información pública, porque no se sostienen con dinero de los contribuyentes. Sin embargo, cuando una empresa es contratista del Estado, entonces sí es responsabilidad del Estado ser transparente respecto de los contratos que ha otorgado, de los procesos de licitación, de los montos, entre otros datos.

En la investigación de los Papeles de Panamá que lideraste, trabajaron con base en una filtración, no información pública. ¿Qué se debe tener en cuenta en estos casos?

Esta fue una filtración de 11,5 millones de documentos que revelaban los dueños, los flujos de dinero y las relaciones detrás de decenas de miles de empresas que se crearon en paraísos fiscales. Para nosotros, lo más importante fue establecer si esa información tenía interés público. Para darte un ejemplo, si lo único que hubiéramos encontrado fuera gente desconocida, sin cargo público ni trascendencia social, entonces esa información no hubiera tenido interés periodístico, hubiera sido una data que alguien filtró por algún motivo, pero no hay historia. Pero estaban incluidos 14 actuales o exdirigentes mundiales, entonces estaba clarísimo el interés público por el calibre de los nombres y de las transacciones.

Datos públicos

El ejercicio periodístico expuesto en el caso de los Papeles de Panamá evidenció globalmente que el derecho a la información es esencial para la convivencia democrática.

 

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