El Día de los Muertos sigue vivo en todo el mundo

Cada vez que llega el 2 de noviembre, muchas ciudades de Latinoamérica y Estados Unidos y gran parte de Asia, miles de personas salen a las calles y cementerios para celebrar la fecha y así recordar y venerar a sus ancestros. Mientras que en México el festejo es Patrimonio de la Humanidad, en Argentina dejó de ser feriado nacional con la llegada de la dictadura.

El Día de los Muertos sigue vivo en todo el mundo

En México el festejo por el Día de los Muertos fue declarado, en 2008, Patrimonio de la Humanidad

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Publicado el 02 DE NOVIEMBRE DE 2017

Máscaras fúnebres, arreglos florales, cantatas por las calles y los cementerios. Son todas postales que se ven en muchas ciudades de Latinoamérica cada 2 de noviembre, durante el Día de los Muertos, una celebración de origen mexicana que honra a los ancestros y que coincide con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos.

Es una fecha importante en ese país y, en menor grado, en países de América Central o América del Sur. Pero el festejo pisa fuerte en Haití, India, Japón, China y otros países asíaticos y cada uno con su impronta. Incluso, algunas comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población mexicana este día no pasa desaparcibido. En 2008, la Unesco declaró la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México. Por lo tanto, los muertos y sus festejos están más vivos que nunca.

La creencia popular es que las almas de los seres queridos que se fueron regresan de ultratumba durante el Día de Muertos. Por ello, se los recibe con una ofrenda donde se coloca su comida y bebida preferida, fruta, calaveritas de dulce y, si fuese el caso, juguetes para los niños. Tampoco faltan las fotografías de los difuntos y las coloridas flores de cempasúchil.

Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las prácticas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas (ya que el Día de los Muertos se celebra tanto el 2 de noviembre como el 1).  ¿Por qué? El primero de noviembre es el día de los santos inocentes, en honor a los niños fallecidos, y el día siguiente, el día de todos los difuntos.

Una parte muy esencial de ésta tradición implica visitar los cementerios. Ya sea durante el día o la noche, las familias acuden y colocan velas sobre las tumbas como una forma de iluminar el camino de las almas en su regreso a casa.

Algunas familias se quedan a dormir ahí, ya que permanecen abiertos las 24 horas durante esta fecha. En estas veladas se suelen contratar grupos musicales que interpretan las canciones preferidas de los difuntos al pie de su sepulcro.

En Argentina este día solía ser feriado nacional hasta que la junta militar de la dictadura lo quitó del calendario junto con los festejos de Carnaval. Hoy, tiene fuerte arraigo conmemorativo en Salta, Corrientes, Chaco, Tucumán y Jujuy. Aunque ya no se paralizan las actividades como antaño.

En la región del Noreste, la fecha no pasa desapercibida. Roscas, carteles, flores, bebidas y ricos platos son parte de la ofrenda que los vivos le hacen a sus queridos muertos.

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