El método ROPA, cada vez más elegido en Mendoza por parejas lesbianas

Esta técnica permite que las dos mujeres que integran un vínculo compartan el proceso de fecundación "in vitro": una aporta el óvulo del bebé y la otra lleva el embarazo.

El método ROPA, cada vez más elegido en Mendoza por parejas lesbianas

Foto publicada en ellahoy.es

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Florencia Martínez del Río

Publicado el 01 DE AGOSTO DE 2019

Cada vez más mujeres están interesadas en el método de reproducción asistida llamado Recepción de Ovocitos de la Pareja (ROPA). Es una técnica que permite que las dos integrantes de una pareja de lesbianas que buscan un embarazo participen del tratamiento de fecundación in vitro, ya que una de ellas aporta el óvulo y la otra lleva el embarazo. Conocé la historia de Cecilia y Valeria, que mediante este procedimiento tuvieron en febrero a su primer hijo.

Gracias al avance de las legislaciones y de la ciencia, las parejas que no pueden tener hijos de forma tradicional ahora acceden a distintos métodos de reproducción asistida. En el caso de vínculos entre dos mujeres, que tienen una infertilidad que se denomina social y estructural, el método ROPA resulta más atractivo porque permite que ambas participen del proceso activamente, tanto en la creación como en el nacimiento del bebé. 

Leonardo Pelletán, biólogo molecular y director del laboratorio del Instituto de Medicina Reproductiva (IMR), afirmó a Unidiversidad: “Cada vez hay más mujeres interesadas en este método”, y explicó: “Es un tratamiento de fertilidad de alta complejidad. Antes de realizarlo, se estudia la salud reproductiva de ambas. También este método está destinado a aquellas mujeres que tienen inconvenientes en sus óvulos, ya sea porque son pocos o porque son de baja calidad”.

 

El método

Luego de realizados los estudios correspondientes, al igual que en cualquier fecundación in vitro, la mujer que vaya a aportar sus óvulos debe realizar un tratamiento de estimulación ovárica y se decide el mejor momento para extraerlos. La mujer receptora debe preparar su útero con medicación vía oral para después recibir el o los embriones (óvulos fecundados con los espermatozoides). Pelletán explicó que los embriones formados son estudiados para luego elegir el de mejor calidad para que sea insertado en el útero de la mujer receptora. 

Sobre la manera en la que consiguen las muestras de semen de los donantes, el doctor en Ciencias Biológicas egresado de la UNCUYO comentó que el IMR trabajan con un laboratorio de Buenos Aires. “Son muestras de calidad y que sabemos que funcionan”, afirmó.

 

En primera persona

"Elegimos este método porque las dos queríamos sentirnos parte del proceso y participar ambas del embarazo de alguna manera", contó a Unidiversidad Cecilia Tarquini, que junto a su pareja tuvo a su bebé en febrero de este año mediante el método ROPA. Además, las dos participan de la lactancia de su hijo gracias a la estimulación mediante medicación.

Ellas descubrieron este método al leer un artículo en internet. "Nos pareció genial. Tuvimos una experiencia muy linda. El método funcionó en el primer intento. La decisión de quién llevaría el embarazo y quién aportaría los óvulos estuvo basada solo en una cuestión de edad (tenemos 38 y 40 años), considerando la posibilidad de que en el futuro tengamos otro bebé", detalló Tarquini. Sobre la llegada de su primer hijo, Cecilia contó: "Lo que generó este bebé en nuestra familia es increíble. A la sociedad le falta mucho por cambiar, pero se hace camino al andar, una no se puede quedar esperando porque se te pasa la vida".

 

Madre, óvulo y genética

En el año 2015, un estudio del Instituto de la Fundación de Infertilidad de Valencia (FIVI), demostró que existe comunicación entre gestante y embrión. Antes se pensaba que la mujer gestante de embriones formados con óvulos de una donante no aportaba información genética.

Al respecto, Pelletán explicó: “No se trata de aporte de genes, sino de modificaciones” del genoma del bebé. “Se ha visto que en el lugar donde crece el embrión se pueden generar cambios, pero es un tema que todavía está siendo analizado por los investigadores”, remarcó el biólogo molecular.

Amigos que se eligen para ser padres

Un vínculo de amistad que sea tan fuerte, significativo y profundo, que los lleve a dar un paso que los mantendrá unidos de por vida: ser padres. La paternidad entre amigos es una de las nuevas formas de coparentalidad en la que dos personas se eligen mutuamente no para formar una pareja, pero sí una familia.

 

El rol de la psicología

Pelletán destacó que es clave que las personas que están en la búsqueda de convertirse en madres o padres acompañen el proceso con ayuda psicológica. Al respecto, la psicóloga Rocío Alaniz –que en su consultorio recibe a hombres y mujeres que desean realizar o están realizando un tratamiento– habló con Unidiversidad sobre la importancia de este tiempo de apoyo. 

“Hay un gran trasfondo emocional, se juegan cosas muy grandes. Las personas tienen que lidiar con el impacto de la infertilidad y con muchas situaciones que pueden generar estrés o ansiedad, con malas noticias, con diagnósticos que no esperaban o con que el tratamiento no tuvo el resultado esperado”, comentó la psicóloga. También señaló que, en ocasiones, debe tratar conflictos de pareja o hacer las veces de traductora de los médicos cuando estos tienen un lenguaje complejo.

Alaniz contó que recibe a muchas parejas de chicas en la búsqueda de ser madres, quizás más de lo que la gente cree. “Están muy invisibilizadas todavía. El proceso es el mismo que el de una pareja heterosexual, pero en el caso de las mujeres, deben enfrentar otras cosas en una sociedad a la que todavía le falta mucho por cambiar, pero los deseos propios exceden a los tiempos que tiene la gente”.

La psicóloga también afirmó que muchas veces debe brindar asesoramiento por falta de información acerca de los distintos procedimientos. “Llegan con muchas dudas. Una vez, una pareja me dijo que se habían casado creyendo que de esa manera el proceso sería más fácil. O llegan al consultorio preguntando si hay otras mujeres que han tomado la misma decisión y ahí se dan cuenta de que no son las únicas”.

Sobre el interés de las mujeres lesbianas por el método ROPA, Alaniz señaló que lo que más atrae es el hecho de que ambas forman parte del proceso. “A veces sucede que una no quiere llevar el embarazo y otra sí, o hay una que se sentirá más parte si aporta sus óvulos. Igualmente siempre serán ambas las madres del bebé porque la maternidad (o paternidad) no significa compartir genes ni llevarlo en la panza”.

 

La importancia de la legislación

Según Alaniz, para los heterosexuales, el hecho de tener que acudir a estos métodos para ser padres y madres se vive con un mayor pesar, mientras que las personas homosexuales lo ven más bien como una gran posibilidad para tener una familia. Para esto, opinó la profesional, ayudó la aprobación de la Ley de Reproducción Médicamente Asistida en 2013, que determinó que las obras sociales y prepagas deben cubrir los tratamientos, y los cambios establecidos en el nuevo Código Civil.

"La norma, además de ser una ampliación de derechos, les dio visibilidad a las distintas formas de tener un hijo o hija. El nuevo Código aporta transparencia y claridad porque se agregó una tercera forma de filiación de un/una niño/a, que es la de técnicas de reproducción asistida, además de la mal llamada natural y por adopción. Es decir que cualquier chico nacido de esta manera –comparta genes o no– puede tener su filiación y eso es algo que iguala", destacó la psicóloga.

El abogado Jorge Caloiro, especialista en Derecho a la Salud, por su parte, remarcó que todos los métodos, ya sea de fertilización asistida o de inseminación, deben ser cubiertos por las obras sociales y prepagas, y estas no deberían plantear ninguna objeción cuando los y las interesadas hacen el pedido del tratamiento.

Fertilización asistida: para algunas sigue siendo una odisea

Hasta la mitad de 2013, el sistema público de salud argentino no incluía dentro de sus prestaciones el abordaje de la infertilidad humana. Por ello, a partir de la sanción de la Ley 26. 862 (más conocida como Ley de Fertilización Asistida) se intentó generar un cambio sustancial en relación al acceso a procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistidas.

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