Arístides Vargas: “El teatro ayuda a saber que la vida es tolerable”

Considerado uno de los grandes referentes de Latinoamérica. El mendocino Arístides Vargas se destaca como actor, director y dramaturgo. En 1976 el destierro político lo llevó a Ecuador. Hoy celebra la vida y promete el regreso a Mendoza.

Arístides Vargas: "El teatro ayuda a saber que la vida es tolerable"

Especiales

Natalia Bulacio

Publicado el 15 DE OCTUBRE DE 2014


“Cuando  uno quiere volver a la infancia busca lo lúdico, el juego. Soy extremadamente tímido. El teatro mejora ese lado, te ayuda a saber que la vida práctica es tolerable” dice el dramaturgo, actor y director de teatro mientras se graba En la caja, el programa de entrevistas que se emite a través de Señal U.

Arístides Vargas, calificado por la crítica ecuatoriana como el “poeta de la escena”, se crió en San Martín, Mendoza. Es el menor de siete hermanos, formó parte de un hogar humilde pero feliz. “Tengo recuerdos hermosos porque esa infancia tan intensa me salvó posteriormente de algo que pudo ser destructivo, como fue aquello de vivir muy joven la persecución de una dictadura”.

El teatro le llegó casi, casi por aventura. Durante unas vacaciones fue a saludar a un amigo que estaba tomando un taller de teatro; lo que vio lo deslumbró. “A mis quince años no tenía ni puta idea de lo que era el teatro y no tenía ni puta idea de lo que significaba la actuación. Me dio por mirar a través de una ventana a mi amigo, que permanecía allá dentro sentado, y vi lo que él estaba mirando. Y eso a mí me pareció extraordinario. Esa ventana me sacó de mi mediocridad de obrero adolescente; me sacó del lugar terrible donde estaba y me disparó hacia otro sitio”, dice el actor.

Pero la felicidad no iba a ser duradera. La larga noche de la represión se ensañó con Arístides y con muchos de sus compañeros. La dictadura generó heridas profundas, ya que a los veinte años huyó del país. Se fue a Buenos Aires y de allí, a Lima. Luego, todo lo demás que implicó escribir su historia latinoamericana. “Ahí comienzo a descubrir otras cosas, un viaje doloroso y a la vez extraordinario, un viaje de desarraigo, replanteo de mi propia identidad; y llego al Ecuador”.


Teatro como sinónimo de vida

Nadie puede dudarlo: el teatro es la vida de Arístides Vargas. Su largo y agónico exilio, que también filigrana su obra, lo llevó a diseñar maneras de producir la variedad que se da en el género y a sacar, uno tras otro, temas de la galera, porque esa galera es nada más y nada menos que su vida.

“Incluso el teatro comercial tiene algo de irrealidad; los actores y las actrices fingen ser otras personas. Vos pagás entrada para que te muestren eso, que es una mentira. El juego es que regula las relaciones entre los seres humanos. Por eso, el teatro”, sostiene con vehemencia Vargas.

La historia en Ecuador lo reunió con otros exiliados y pronto promovió el teatro infantil en giras por los colegios. Luego sobrevino el tiempo de La Mojiganga y, finalmente, la formación de uno de los grupos alegóricos del teatro Latinoamericano: Malayerba.

Hay algunos temas recurrentes y que continúan con vigencia en el mundo de Malayerba. Uno es el exilio; otro es la memoria y la necesidad de la reconstrucción; el otro es la migración. Para Vargas, el exilio es un estado bastante lamentable del ser humano y un castigo que equivale a la muerte. Por eso vive el teatro como espacio de redención. “Generar una realidad propia te permite lidiar con esa inmediatez de la vida que se parece mucho a la muerte. Un actor llora, pero finge que está llorando, pero de verdad está llorando. Es una paradoja, el actor es un fingidor. El teatro es el momento de jugar un plan de eternidad “dice Vargas.


El dramaturgo que escribe para curar (se)

“La escritura es una posibilidad de ensayar la vida, es otra manera de reinventarla, reestudiarla. Vos sabés que sí, es posible reparar, sanar”, completa el actor.

Arístides Vargas asegura ser un escritor no inocente. “Soy un escritor traumatizado por ciertos hechos que ocurrieron en la Argentina. Porque la dictadura no sólo denigró al pueblo argentino sino también al proyecto humano. Con el tiempo me di cuenta de que las técnicas artísticas solo son herramientas para desencadenar algo propio. Si no hablás no te curás, vos mismo tenés que decir lo tuyo”.

Para Vargas es importante que se entienda desde los Estados que la tarea del enriquecimiento espiritual de los pueblos pasa por la cultura. Debe haber una interpretación política de ella y entender la función que tiene el teatro, que no es una función productiva sino la producción de símbolos, de mitos comunes, de formas.

La producción de estos bienes simbólicos no parece ser suficiente a la hora de que los responsables políticos le den un lugar importante a la cultura  en las sociedades. “A nuestros gobernantes no hay que convencerlos, hay que educarlos, deben saber que dentro de la cultura es el arte, quizás, la dimensión más profunda. Tienen que preguntarse para qué el arte y qué sentido tiene hacerlo en la contemporaneidad”, concluye el director.


Doctor Arístides y su autorreparación histórica

La Universidad Nacional de Cuyo lo galardonó hace un tiempo con el Doctorado Honoris Causa, máximo reconocimiento que da esta casa de estudios. Al respecto, Vargas aseguró: “Lo vivo de manera muy emocionada porque es un reconocimiento que hace la universidad a una carrera que no terminé, debido a la etapa del exilio y la dictadura”. En esta afirmación incluía a la clase del 74, los que estaban en la Escuela de Teatro que funcionaba en la calle Las Heras. David Blanco, Juan Carlos Amaral y Laura Lahoz fueron algunos de sus compañeros.

Convencido de haberle ganado la batalla a la muerte, Arístides sostiene entre sonrisas: “A vivir tienes que enfrentarte tú solo y sacarle partido a la vida, desde el punto de vista de la sensibilidad, verla y vivirla de una manera diferente”.

Este actor reconocido mundialmente, que simula todo el tiempo ser un niño jugando, siente nostalgia por su lugar. “Argentina no es un paisaje, sino personas, una patria de afectos, donde están nuestros amores”. La gran novedad es que el artista promete un paulatino retorno a la tierra del sol. Poco a poco va a ir regresando. “Lo que me queda es mostrar algunas cosas que he hecho fuera de aquí y que ni se imaginan. Es un proyecto interesante, hacer dos trabajos anuales en esta provincia”, señala Vargas. Y vuelve a sonreír emocionado. 

En la caja con Arístides Vargas

El canal de televisión digital universitario Señal U pondrá al aire el miércoles 15 a las 22.00 la entrevista a Vargas en la segunda temporada de En la caja. Con la dirección de Diego "Chino" Flores, se puede ver el programa en el canal 30 de TDA o en www.senalu.tv.


Fotos: Cristian Martínez - Señal U 


Fuente: Edición UNCUYO

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