El vino es saludable, las gaseosas light no

La autora es diputada nacional por Mendoza en el bloque Libres del Sur.

El vino es saludable, las gaseosas light no

Foto ilustrativa tomada de telemundo.com

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Impuesto al vino

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Graciela Cousinet, diputada nacional por Mendoza (Libres del Sur)

Publicado el 06 DE NOVIEMBRE DE 2017

Mendoza lleva décadas luchando para que se establezca el vino como una bebida que ayuda a la salud de las personas. El último Congreso de Cardiología realizado en Italia hace tres años concluyó que dos copas de vino por día en las comidas ayuda a mejorar la circulación sanguínea, que el vino es vasodilatador y que ayuda al organismo a incorporar una cantidad de minerales que son básicos para la salud. Además, está científicamente comprobado que ayuda a desarrollar los elementos que combaten el colesterol malo.

Dos errores imperdonables observamos en el paquete de medidas que quiere aplicar el gobierno de Macri: por un lado, incluir al vino como bebida no saludable, y, por el otro, excluir a las gaseosas ligth de este rango, exceptuándolas de pagar el aumento de impuesto. Nada más absurdo y equivocado.

Así como está comprobado por profesionales de la salud que el vino es bueno, también se está estudiando que las gaseosas llamadas light -que tienen edulcorantes- están siendo las causantes de muchas enfermedades cardiovasculares y de diabetes.

Tomar refrescos dietéticos puede causar aumento de peso, el síndrome metabólico, diabetes y enfermedades del corazón. Los edulcorantes pueden interferir en la respuesta normal del cuerpo para el azúcar, y en la desregulación de los niveles normales de azúcar en la sangre.

El azúcar falso engaña a al cuerpo para que piense que está teniendo las calorías asociadas con el sabor dulce. Pero eso significa que el cuerpo no sepa cómo procesar azúcar real y no libera la hormona que controla el azúcar en la sangre y la presión arterial. Además, el hecho de “engañar” al cerebro ingiriendo bebidas edulcoradas pero sin calorías puede provocar un efecto no deseado. Un producto dulce vacío puede despertar ansiedad y deseo de ingerir azúcares reales, haciendo crecer el consumo de alimentos ricos en carbohidratos, lo que puede provocar un aumento de la grasa corporal e incluso problemas de diabetes.

Por otro lado, la Academy of General Dentristy (Academia General de Odonotología) explica en un informe que el consumo excesivo de refrescos dietéticos puede erosionar los dientes tanto como la metaanfetamina o la cocaína.

Evidentemente quienes asesoran en esta materia al Gobierno nacional tienen un desconocimiento total de los últimos informes que se están haciendo sobre las bebidas llamadas light.

En Argentina la obesidad en adultos aumenta 1 % por año, el 40 % es hipertenso, el 20 % diabético y el 25 % de las mujeres tienen el colesterol elevado. También sabemos que somos uno de los países del mundo que más consume gaseosas.

Es tarea del Estado poner las reglas que apunten a mejorar la alimentación de las personas. Poniendo al vino como bebida nociva para la salud y exceptuando de esta categoría a las bebidas gaseosas light cometen un error grosero.

Hemos presentado en el Congreso de la Nación un proyecto para formular una Ley de Etiquetado, porque tenemos derecho de conocer y saber qué estamos consumiendo. No vemos preocupación por parte del Gobierno y sus representantes en el parlamento por tratar el tema.

El problema de la salud por mala alimentación debería ser un eje central en las políticas a tomar. Una reformulación impositiva marca indefectiblemente un rumbo y pone en evidencia cuáles son las prioridades de un gobierno. Queda claro en este caso que no es la salud un eje central, mucho menos aún el incentivo a las economías regionales, tema sobre el que ya se ha explayado muy bien la vicegobernadora de Mendoza, Laura Montero.

Finalmente quiero anticipar que votaré por una tasa cero de impuestos internos para el vino.

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