Amigables con el ambiente y la sociedad: empresas B en Mendoza

Además de generar ganancias, el cuidado de la naturaleza, la igualdad de género y la inclusión son prioridades en estas compañías.

Amigables con el ambiente y la sociedad: empresas B en Mendoza

Foto ilustrativa publicada por Casa Rosada

Sociedad

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Unidiversidad / Florencia Martínez del Rio

Publicado el 31 DE AGOSTO DE 2019

Que una compañía o emprendimiento busque algo más que rédito económico parece un imposible; sin embargo, hacia allí estarían orientándose las nuevas formas de negocio. Cuidar el medio ambiente, tener paridad de género, incluir a personas con menos posibilidades, emplear a quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o hacer un manejo correcto de los desechos son algunas de las prioridades que tienen las Empresas B, además de generar ganancias. Qué hacen en Mendoza las firmas que cuentan con esta certificación.

Dejar de querer ser "la mejor del mundo" para ser "la mejor para el mundo" es el cambio de objetivo de las compañías de triple impacto que buscan crear valor social, ambiental y económico. La certificación B o Bcorp, según su nombre en inglés, no está determinada por el tamaño o la facturación de la compañía, sino que una empresa la obtiene cuando se compromete a combinar su negocio con la solución de problemáticas socioambientales.

De esta manera, la Empresa B lleva la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), surgida a mediados de los 90, a otro nivel. “Entre ambas hay que buscar similitudes, no diferencias, pero la RSC no tiene que ver con el negocio, en cambio una empresa que quiera ser B tiene que cambiar su estatuto y buscar un impacto social y ambiental”, señaló a Unidiversidad Guillermo Navarro, coordinador de Unculab, perteneciente a la secretaría de Extensión y Vinculación de la UNCUYO.

Empresas B mendocinas

Dentro de esta economía con impacto social se encuentran varias empresas mendocinas: bodegas que hacen vinos orgánicos, fábricas que prefieren contratar a personas con síndrome de Down, compañías que reciclan materiales, firmas que colaboran con diversas asociaciones civiles o que trabajan con los sectores marginados son algunos de los ejemplos que existen en la provincia.

Energe, empresa catalogada como B desde hace 4 años en Mendoza, incorporó en su estatuto los objetivos de cuidar el ambiente y generar oportunidades sociales para personas en situación de vulnerabilidad. En diálogo con Unidiversidad, su cofundador, Alexis Atem, explicó: “Nos dedicamos a buscar soluciones a problemas mediante la energía solar, los productos que fabricamos cuidan el medio ambiente, pero además tenemos distintos programas de impacto social como el del primer empleo, que se trata de darles la oportunidad a quienes menos posibilidades tienen de dar sus primeros pasos en una empresa”.

A su vez, Atem contó que la gran cantidad de varones trabajando en comparación con las mujeres hizo que la búsqueda de la paridad de género fuera un objetivo empresarial más. “Vimos que teníamos una proporción demasiado elevada de hombres y fuimos revirtiéndolo con el tiempo hasta lograr la equidad”, dijo el cofundador de Energe, que además comentó que eligen comprarles insumos a empresas que “también tienen este concepto en su génesis”.

Sobre por qué considera importante que las compañías incorporen estos objetivos, Atem señaló: “Para las empresas, tiene una linda ventaja porque de esta manera se solucionan problemas reales, que existen y a los que el Gobierno o las ONG les cuesta llegar. Vivimos en un mundo donde hay muchísimo consumo y esto da la posibilidad de consumir algo que además hace bien al resto, va más allá de generar riqueza porque ayuda a personas sin oportunidades, por ejemplo. Para que esto funcione, tiene que haber complicidad de todos los sectores, incluido el de los consumidores".

Xinca es otra de las empresas mendocinas B, no solo por producir calzado a partir del recilado de residuos, sino también porque dentro de su estatuto se encuentra la misión de darle oportunidades a la comunidad postergada. Esta fábrica de zapatillas sustentables les da trabajo a personas que se encuentran en contextos de encierro y que forman parte de talleres sociales.

Alejandro Malgor, uno de sus fundadores, contó a Unidiversidad: "Trabajamos con 80 internos del penal San Felipe. Buscamos darles herramientas para la reinserción en la sociedad. También perseguimos la igualdad de género y la creación de oportunidades". La ropa de trabajo de Xinca está hecha por mujeres que integran una organización de madres solteras.

Certificación

Para recibir la certificación, la empresa debe realizar primeramente una autovaluación mediante un cuestionario que se encuentra gratuitamente en la web para analizar su impacto. Las preguntas están orientadas a evaluar la gestión y desempeño de la organización desde distintos aspectos. Esta certificación, que debe renovarse cada dos años, implica que las empresas deben cambiar sus estatutos para que quede establecido que su objetivo es contribuir a una mejora de la sociedad y del medio ambiente, además de atender a los intereses económicos de sus accionistas. Al respecto, Malgor y Atem coincidieron en que la idea es que estos objetivos se den de manera natural y que en el futuro no haga falta que exista una certificación. 

 

Las Empresas B tendrán su encuentro en Mendoza

Con el fin de crear una economía más amigable con el medio ambiente, donde el éxito se mida por el bienestar de los individuos, de las sociedades y sobre todo, de la naturaleza, se desarrollará un encuentro en Mendoza en el cual se trabajará para concientizar y entender los métodos de las empresas que se autodefinen como "tipo B" o "triple impacto".

Mendoza, Ciudad+B

Entre el 11 y el 13 de septiembre, en la Nave Cultural, Mendoza será sede del Encuentro +B. En este evento se reunirán empresarios, emprendedores, académicos, inversores y abogados de todo el mundo. La edición 2019, que se realizará con apoyo de la UNCUYO, fue denominada “Vivamos el Impacto” y sus ejes serán la inequidad, la crisis climática y la fuerza del mercado ante estos problemas.

“La Universidad será anfitriona no solo brindando el espacio físico, sino también por el trabajo colaborativo que se viene haciendo, conformando un ecosistema, realizando talleres. Este encuentro es una responsabilidad y compromiso de seguir en el camino de vincular la universidad con las realidades sociales y transformarlas atendiendo al impacto social y ambiental”, destacó Navarro.

Mendoza fue elegida como sede de este encuentro por ser la primera Ciudad+B de Argentina. Además, la Municipalidad de Capital fue el primer municipio de Latinoamérica en dar prioridad en las licitaciones a las empresas de triple impacto, ya que en 2018 aprobó una ordenanza en la que incorpora ese criterio como uno a considerar a la hora de realizar las contrataciones de la comuna.

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