“Éramos obreros de una fábrica que no existía”

En materia de cultura, una de las grandes noticias que nos deja el 2012 es la sanción de la Ley Nacional de la Música. Edición Cuyo entrevistó a Raúl Rivero, músico de Camino al Pachacuti y referente del movimiento de Músicos Independientes de Mendoza (MIM).

"Éramos obreros de una fábrica que no existía"

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Cultura

Unidiversidad

Analía Martín

Publicado el 30 DE DICIEMBRE DE 2012

Desde 2006 se venía peleando por una Ley Nacional de la Música. En 2008 comenzaron los debates y, finalmente, el 28 de noviembre de 2012 los artistas pudieron festejar su ley, que a la vez, es la ley de todos y todas porque, tal como dijo Raúl Rivero: “La música está presente en todos lados, todo el tiempo, todos los días y se articula con la mayoría de las disciplinas y de las artes. Es decir, la música siempre es necesaria”.

Los primeros encuentros comenzaron en 2006 tras la derogación del decreto que promulgaba una ley confeccionada casi 50 años atrás. Hoy, la Ley Nacional de la Música estará destinada a estimular recitales en vivo, la producción de música grabada, la enseñanza del arte de la música, la difusión de los artistas nacionales y la promoción cultural y social.

El gran objetivo de la ley es la creación del Instituto Nacional de la Música (INAMU), al que instituye como principal órgano de fomento, promoción, apoyo, preservación y difusión de la actividad musical.

“La aprobación y creación del Instituto es la primera parte. Esto nos va a ubicar entre la sociedad, nos da a conocer en la comunidad, y empieza el proceso de forjarnos, ver cuántos músicos hay, censarnos”, agregó el músico mendocino. “Nosotros queremos llegar a la segunda parte, que es la de financiación del Instituto, que hay un poco ahora pero es escaso, y la de derechos laborales para los músicos porque [un músico] también es un trabajador”.

El antes y el después

“Nosotros no podíamos pelear, o sentirnos obreros de una fábrica que no existe. No existía la ley de la música, no existían los ámbitos laborales para la música, al menos de manera formal y establecida. Existen muchos sindicatos de música pero sin mucho peso porque no existía el trabajo establecido, con sus reglamentaciones y demás. Se podía pelear por algunas cosas pero no era algo que nos alcanzaba a todos”, explicó Raúl Rivero.

El Instituto Nacional de la Música tiene la función fundamental de promover, fomentar, difundir y apoyar todo lo que tiene que ver con la música, sobre todo con la música en vivo. El funcionamiento va a ser muy similar al que tienen el INCAA y el Instituto Nacional del Teatro en cuanto al manejo de los fondos y los programas.

“Con respecto a la música en vivo, se van a empezar a crear los ámbitos para reglamentar todo lo que tiene que ver con las ordenanzas municipales y las leyes provinciales. Algo a destacar de la creación del Instituto es una de las áreas que se llama Cultural-Social, que está destinada a acercar la música a todos los lugares a los que no llega habitualmente. Eso sería: cárceles, hospitales, escuelas marginales, etcétera, y los artistas cobrarían un caché. Nosotros nos basamos en el INT y el INCAA para armar el INAMU”, explicó el músico.

Una ley realmente inclusiva

Dentro del universo de la música hay distintas galaxias, entre las que se encuentra la galaxia de la música electrónica. Por su condición musical, por sus circuitos y ambientes, hay quienes se han tomado muy a pecho esto de ser una estrella, y puede que lo sean. La idea de la Ley Nacional de la Música es que esas estrellas no se conviertan en fugaces.

A la hora de llevar adelante un evento, siempre merodean la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, AADI (Asociación Argentina de Intérpretes (SADAIC) y la de Interpretes y Productores fonográficos (ADICAPIF), buscando siempre recaudar algún dinero, en teoría, “por el bien del artista”. El problema es cuando se acercan a artistas que no se han inscripto. Un motivo por el cual no se inscriben es porque se aduce que su música no se puede tabular.

Al respecto, el integrante del MIM dijo: “SADAIC, ADI y ADICAPIF son entes recaudadores, ellos responden a distintas leyes. SADAIC se tiene que ajustar a los derechos de autor y compositor; ADI a la de intérprete, y ADICAPIF es de intérpretes y fonogramas, es decir, todo lo que es audio. Hay todo un área, dentro de la organización que venimos llevando adelante los músicos, que está profundizando en el tema muchísimo y que, con la creación del Instituto, se va a poder profundizar aún más; sobre todo en cómo escribir y armar las reglamentaciones adecuadas. Para cualquiera que quiera saber en qué instancia se encuentra este tema, puede acercarse al MIM –calle España 1248, 2º piso, departamento 23– y ahí lo van a informar acerca del derecho de autor para que se saque todas las dudas. Para todo hay una respuesta legal. Nosotros hacemos mucho hincapié en el derecho de autor porque es lo que le está faltando al músico. La gente que se dedica a la música no tiende a la organización, sobre todo los DJ y la gente que hace música electrónica; son muy individualistas, entonces no conocen mucho de lo que se está logrando”.

“Pasa que hay mucho también de estrellato, de sentirse en la cresta de la originalidad, y creen que eso los sitúa en un lugar distinto a los demás. La música electrónica empezó cuando se crearon los pedales. La música del Chavo del 8 es uno de los primeros ejemplos de música electrónica, entonces no es algo que sea tan de vanguardia y tan original. Una de las cosas que tiene de fundamental la música electrónica es cómo maneja todo lo que es la producción, los tiempos, los climas. Tiene un comienzo, una segunda parte, hay un desenlace, vuelve al diálogo y hay una explosión; todo esto está medido y muy bien marcado. Es un espacio que lo tienen pero hay que profundizar. Esta ley está para incluir a todos, y para sentirnos incluidos”, expresó Rivero.

La música no es un servicio

Son innumerables las dificultades que encuentran los artistas a la hora de ponerle un precio a su trabajo. Ya de por sí es una tarea difícil para cualquiera, pero cuando se trata de un arte y el difícil campo laboral de un artista, hacerse monotributista para poder cobrar puede ser un verdadero dolor de cabeza.

“Hace bastante venimos peleando porque se deje de pensar en el músico como un prestador de servicio, el cual tenía que hacerse monotributista para poder facturar, con todo lo que ello implica. Por ejemplo, la Ley de Contabilidad de la provincia, cuando vos como músico sos un prestador de servicios, el tratamiento que tiene del músico, del actor, del bailarín, del cineasta, etcétera, es el mismo que el que vende guantes descartables o tiene una empresa de limpieza. Cosa que en realidad no es lo mismo porque el músico no es tercerizado, en realidad depende del Estado. Ahora viene una pelea fuerte para empezar a tener una relación de dependencia con el Estado y tener otra modalidad impositiva. Esto se va a empezar a llevar a cabo cuando se empiece a implementar la ley, pero sobre todo cuando esté el INAMU. De todas maneras, se vienen muchos cambios a nivel impositivo, no sólo en cuanto a la manera de facturar como músicos, sino en muchas otras áreas. Hay que esperar a ver cómo se desenvuelven esos cambios”.

Ley Nacional de la Música y Ley de medios: letras hermanas

Si la música está presente en todos lados, en cada persona, en cualquier momento, y siempre ha sido así, no es de extrañar que esté también presente en la Ley de Medios.

“Cuando se redactó la ley de medios, todos los músicos peleamos para que se pusiera que alguna parte de lo que recauda AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual) fuera al Instituto Nacional de la Música, que en ese momento ni siquiera estaba creado. Esto fue aceptado y el 2% de lo recaudado por AFSCA irá a parar al Instituto Nacional de la Música. Es decir, ya tenemos reglamentada una parte presupuestaria”.

Más tarde agregó: “Además, la Ley de Medios exige el 30% de música nacional, de lo cual el 15% debe ser de música independiente; eso va a exigir a empezar a producir, a poner en valor todas las obras que ya están hechas, a hacer todo un censo de músicos, de obras, de materiales, etc. En esto el MIM ya viene trabajando hace bastante, tiene un compilado de música independiente que ofrece a todas las radios”.

Quienes estén interesados en conocer más a fondo la nueva letra pueden ingresar en http://www.musicosconvocados.com/sancion%20dip.%20musica.pdf

Por supuesto que aún queda mucho por andar, el país se encuentra estrenando ley pero, sin duda, la sanción de esta norma significa mucho para los y las artistas. Y demás está decirlo: para este arte milenario.

 

Videos:http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=uwBdxclYX9w