La sobrevivencia en el sistema capitalista

Microemprendimientos para vivir mejor.

La sobrevivencia en el sistema capitalista

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Especial microemprendimientos

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Carla Valeria Iacovino, becaria de Prensa de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Publicado el 10 DE MAYO DE 2016

La economía social, por lo general, incluye la economía familiar. Los emprendimientos familiares tienen como característica distintiva que la unidad productiva es la unidad familiar. Estos microemprendimientos surgen del ingenio popular, que nunca descansa. Donde hay una vacante, una necesidad, una oportunidad a cubrir, allí están los emprendedores. Lo que tienen en común y como elemento sustancial es la necesidad de generar un recurso para vivir mejor, subsistir como familia, mejorar y ampliar su condición de vida; así lo explicó el licenciado en Economía Roberto Roitman, director del Centro de Estudios de Economía Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

La variedad de microemprendimientos existentes es notable. Su comunicación es de red y más informal, es decir, por amigos y terceros. En la actualidad se destacan las famosas industrias de garaje, como la de Steve Jobs (Apple). Además, presentan una característica muy concreta: mucha mano de obra y poco capital; la relación capital-trabajo está más cargada para el trabajo que para el capital. Por eso, en general, los emprendedores empiezan con alimentos y textiles. Los sistemas de microcréditos funcionan muy bien, porque una pequeña parte de dinero rápidamente se traduce en aumento de la productividad y genera puestos de trabajo; incluso es barato.

El director del Centro de Estudios de Economía Social de la FCPyS detalló que el problema de todos los microemprendimientos es que tienen que subsistir en un mundo capitalista, insertarse en un mercado que es adverso y que tiene otras reglas. La necesidad de agruparse tiene su base en el problema de producir a escala. Por ejemplo, quien hace un mueble es más ineficiente que una empresa que hace mil por día. La idea es ganar escala para ganar productividad y mejorar la competitividad, aunque no siempre sucede.  Es cierto que eso lleva al trabajo registrado y al no registrado. “Quizás el producto de la Economía Social no tiene el mismo precio que el de una gran fábrica industrial, pero representan aspectos diferentes”, advirtió Roitman.
 

Las instituciones son fundamentales

Por otra parte, el especialista reveló que "en la provincia de Mendoza logramos una Ley de Economía Social, donde la Universidad, concretamente la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, tuvo un rol muy importante e incluso recibimos un premio en el Congreso de la Nación”. Esta ley expresa, entre otras cosas, que el Estado, por ser un gran consumidor, debe destinar por lo menos el 10 % de sus compras a efectores de la Economía Social, lo que generaría mercado. El Estado debe tener políticas públicas que promocionen, divulguen e incluso favorezcan el desarrollo de los microemprendimientos. También destacó en su rol espiritual a la Iglesia como una institución muy importante, sobre todo en períodos de grandes crisis.

Respecto del rol específico de la universidad, Roitman señaló que “tiene mucho para aportar, tiene un lugar ganado en la sociedad y ha recuperado el concepto de prestigio. Hace muchas cosas interesantes, pero debería ponderarse en qué medida colaboran difundiendo su conocimiento o ayudando a la sociedad los miembros de la comunidad universitaria. Justamente para eso se estudia”.

En este sentido, enfatizó que la Universidad tiene que aprender, escuchar, apoyar y dar lo que sabe para construir conocimiento. “Además, en estos procesos de creación de conocimiento colectivo debe realizar ejercicios de modestia grande y acciones importantes, en la medida en que es capaz de salir del medio. Por ejemplo, los proyectos ‘Mauricio López’ son muy útiles, aunque les sirven más a los estudiantes que a las organizaciones”, puntualizó.
 

Ser capaces de vivir mejor

El economista también señaló que “todas las organizaciones y microemprendimientos son una parte muy importante del desarrollo local. El aporte es muy interesante porque contribuyen a la recuperación de la identidad regional, de la historia y de la cultura”. Justamente, la Asociación Rural de Puente de Hierro (Aruph) que visibilizó un distrito, es un grupo muy respetado y prestigioso, que ha ganado un lugar destacado entre las organizaciones de la Economía Social.

Al mismo tiempo, aseguró que en este tipo de asociaciones encuentran contención todos los integrantes y son ineludibles cuando se intenta resolver casos como la drogadependencia o la violencia, ya que los ingresos se vuelven una variable fundamental a tener en cuenta en el esquema. Este tipo de emprendimientos asociativos permiten y ayudan mucho para tener independencia económica.

“La mayor parte de las actividades que realizamos en nuestra vida cotidiana no tiene que ver con el fin de lucro, sino con la producción y la reproducción de los seres humanos, con vivir mejor y mejorar nuestra calidad de vida”, concluyó Roitman.

 

Por: Carla Valeria Iacovino, becaria de Prensa de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales