Fueron…

El 24 de marzo conmemoramos la Memoria colectiva pero con recuerdos recientes y resentimientos históricos.

Fueron…

En marcha. La llama de la Memoria casi se apaga por las diferencias actuales e históricas de un país pendular. Foto: Unidiversidad.

Provincial

Día de la Memoria

Unidiversidad

Jorge Fernández Rojas

Publicado el 26 DE MARZO DE 2017

Conmemorar lo que pasó hace 41 años con todo lo que significa a esta altura de la vida democrática en nuestro país y en Mendoza se torna complejo. Las diferencias entre sectores distanciados históricamente se priorizan por delante del propósito de conservar y hacer crecer el modo en que queremos vivir, convivir.

Tal cómo se presentó este 24 de marzo de 2017 no fue más que la confirmación de lo que había se había anticipado con los cruces entre las facciones herederas de las vestutas brechas y/o grietas nacidas con el golpe de 1955.

Las pujas se dieron entre los dirigentes y de allí bajó con virulencia y encontró caldo de cultivo en personajes emblemáticos como Hebe de Bonafini, quien blanqueó que Madres de Plaza de Mayo ya no son un organismo de derechos sino que era un sector del kirchnerismo.

A la vez quedó expuesta Estela de Carlotto la titular de Abuelas de Plaza de Mayo al recibir el mandoble de Bonafini cuando la insultó al decirle traidora por firmar un convenio entre Abuelas y la Provincia de Buenos Aires gobernada por la prosista María Eugenia Vidal.

Sólo esa escena de quebradura a la vista dejó en claro cómo estamos los argentinos al exponerse la fractura entre las mujeres que simbolizan la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

El viernes marcharon (6 mil, 10 mil, 15 mil o 20 mil según sea la fuente). Marcharon los que lo vienen haciendo hace años, y había quienes lo hacían por primera vez.

La verdad es que toda manifestación es política. Por lo que se vio y se notó estamos perdiendo la tolerancia (condición ineludible para convivir) y en ocasiones como estas no debe haber margen   Es una obligación ciudadana ser tolerantes tratándose de la conmemoración del inicio de una parte fatal de nuestra historia.

Todos los sectores deberían entenderlo. Sin dejar de pensar en cómo estamos ahora respecto de este aspecto que nos duele desde hace más de 35 años si contamos el sacrificio de Malvinas que la dictadura se dedicó a sí misma.

Y es cierto que el acto de cada 24 de marzo es de las madres y las abuelas que siguen buscando a sus descendientes entre escombros genocidas. Poner en discusión la cantidad de desaparecidos es negar el hecho o intentar minimizarlo. Querer cambiar la fecha del golpe para reducirlo a un mero feriado tampoco contribuye con el proceso de verdad, justicia y mucho menos de reconciliación.

También es cierto que descalificar a un gobierno votado por sus ciudadanos de dictador es desproporcionado en esta época y quienes así lo piensan, deberían mejorar su oferta de gobierno para ganar con los votos lo que perdieron también en las urnas.

Es verdad. Cómo no pensar que el acto es político, es otra negación en si mismo, pero es un acto político que nos debe contener a todos.

Negar por un lado y repudiar por otro, es darle paso al odio y el odio es la expresión más dura del miedo ignorante.

Es sabio Quino y es sabido que lo es. Y a él se le atribuye este buen consejo: “No es necesario decir todo lo que se piensa, pero si es necesario pensar todo lo que se dice”.

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