Gustavo Cerati, en un lento degradé

Primero el impacto, después la incomprensión, el pesimismo y la fuerza natural de una madre y una familia que deja la esperanza suspendida en “un lago en el cielo”.

Gustavo Cerati, en un lento degradé

Cultura

Unidiversidad

Natalia Calderón Alvarez*

Publicado el 05 DE SEPTIEMBRE DE 2014

Casi  tres décadas de un legado musical de innegable talento, que despertó pasiones y algunas que otras críticas, como corresponde a ese género bello y maldito que es el rock.


La década del ochenta presentó el primer punto de giro para el cambio en el rock argentino: la prohibición de pasar música cantada en inglés durante la Guerra de Malvinas, en 1982, una medida paradójica que lleva de la censura de una cultura al resurgimiento de otra, que se fue preparando para la expresión liberadora definitiva que se alcanzó con el advenimiento de la democracia, entre 1983 y 1984. El sonido de la resistencia juvenil a la dictadura cívico – militar, que tuvo que apelar a la metáfora y resistir las redadas policiales durante los setenta, se sacudió el horror y lo transmutó en la alegría y el desenfreno de la “nueva ola” (new wave), influenciado por grupos como Specials o Television.

 

Durante esta transición, dos estudiantes de publicidad: Gustavo Cerati Clark y Héctor “Zeta” Bosio, se reunieron para formar un trío al estilo de los ingleses The Police. Finalmente, incorporaron al baterista

 

En 1984 se editó “Soda Stereo” el primer disco de la banda, con producción del vocalista de Virus, Federico Moura. Para el lanzamiento, los Soda innovaron con algo que los distinguiría del resto de las bandas del momento: la realización del videoclip del tema “Diétetico”, que difundieron antes que el propio disco. Así, se constituyeron en la primera banda argentina con una propuesta multimedial, que explotaba la imagen con idea de marca. Algo esperable de la mente de publicistas y músicos, con el aporte práctico - creativo de Alfredo Lois, camarógrafo y responsable de las grabaciones de los primeros videos.

 

El impacto de la propuesta fue el esperado, el público y la crítica recibieron el disco debut con elogios y fruición. Tanto así que el segundo disco “Nada personal” (1985) tuvo un debut con puesta espectacular en el estadio Obras Sanitarias, templo del rock y primer paso en la consagración.

 

En 1986 Soda Stereo volvió a marcar otro hito para el rock argentino con la realización de una gira latinoamericana que tuvo un éxito inesperado. Esto sumado al videoclip “Cuando pase el temblor”, abrió las puertas a la difusión en los incipientes canales musicales y estalló el fenómeno Soda Stereo a nivel continental, como quedó demostrado después de la presentación en el Festival de Viña del Mar en 1987 cuando ganaron la Antorcha de Plata, galardón que entrega el público. El desafío de satisfacer a un número de seguidores cada vez mayor fue posible con discos como “Signos” (1986), “Ruido blanco” (1987), “Doble Vida” (1988)

 

La década de los noventa recibió a Soda Stereo como la banda más importante de Latinoamérica. Lejos de estancarse en fórmulas de éxito, el siempre preeminente liderazgo de Cerati llevó a la banda a definir el sonido de una década y a sumar nuevos recursos estéticos, como la electrónica.

 

(1990) es considerado uno de los mejores discos de la banda, inaugurando el nuevo rumbo sonoro y con mayor preciosismo lírico. Allí se editó la canción más popular: "De música ligera", además de otros clásicos de la banda como "Canción animal", "Un millón de años luz", "(En) El séptimo día" y "Té para tres".

 

Giras internacionales que abrieron aún más el mercado hispanohablante, conciertos multitudinarios (250 mil personas en Buenos Aires, en diciembre de 1991) fueron la antesala de “Dynamo”, el disco de 1992, que fue presentado en TV en estéreo. Nuevamente  a la vanguardia de lo comunicacional y lo “marketinero”. Aspecto criticado por quienes defendían un rock más de garage y visceral, polémica de las “hinchadas” de las bandas que fue contestada más de una vez con ironía por parte de Cerati, pero a la que siempre superaba con la calidad de las composiciones, que redundaba en la justificada masividad.

 

En 1994, los Soda descansaron de la vorágine y Gustavo lanzó su primer disco solista “Amor Amarillo”, demostrando que se podía tomar distancia de su mayor creación y recrear una atmósfera más íntima y experimental.

 

A mediados de la década, se publicaron “Sueño Stereo” (1995) y “Confort y música para volar” (1996), a partir del recital acústico – enchufado- orquestal que realizaron para la cadena televisiva MTV. La banda continuó con su prolífica producción y la vertiginosidad de sus presentaciones, lo que no hacía pensar en la decisión tomada en un año después del unplugged.

 

 

¿Nada más queda?

 

En 1997 Soda Stereo anunció su disolución, por motivos personales, y se despidió con una gira latinoamericana que culminó con dos shows en el Estadio River Plate, el 20 de septiembre, inmortalizado en el “Gracias Totales” del propio Gustavo. Durante el tour se grabaron versiones en vivo, que fueron editadas en dos discos separados, bajo el nombre de "El último concierto A y "B".

 

Lejos del vacío que podía producir el cierre de una etapa gloriosa del rock, Cerati no se quedó quieto y dio rienda suelta a sus proyectos solistas, algunos encarados durante sus años con Soda, como “Plan V”. Su mayor creación llegó con “Bocanada” (1999), disco ambiental y experimental, grabado parcialmente en los Abbey Road de Londres y con la canción “Puente” como una suerte de himno de resurgimiento.

 

Desde ese momento, Gustavo se dedicó a fluir como compositor, con la libertad de su trayectoria y superándose disco a disco. “Siempre es hoy” (2003) se acerca más al pop, pero también a las reminiscencias folclóricas, grabando el tema “Sulky” con Domingo Cura. “Ahí vamos” (2006) lo devolvió a un sonido rockero y distorsionado con “La excepción” y consagrando a “Crimen” como nueva canción emblema.

 

Los vimos volver

 

Diez años después de lo que parecía una despedida definitiva, Soda Stereo decidió reunirse para realizar una gran gira continental titulada “Me verás volver”. Tal vez atendiendo al deseo de un público fervoroso o de productores que vieron el negocio seguro en la “moda” por los conciertos y giras de bandas ya disueltas, que iniciara Pink Floyd con el concierto a beneficio Live 8 en 2005.

 

La grilla de conciertos de la gira - reunión superó el millón de entradas vendidas a través de nueve países de América, realizando 23 conciertos en solo dos meses. La despedida sucedió en diciembre de 2007, luego de llenar nuevamente River en seis ocasiones, superando el récord de los Rolling Stones.

 

En el vértigo de la eternidad

 

“Fuerza Natural” (2009) fue el útimo disco de Gustavo Cerati, en el que volvió a contar con colaboradores de lujo como Fernando Samalea (batería y percusión), Gonzalo Córdoba (guitarras), Anita Álvarez de Toledo (coros) y "Bolsa" González (batería). Además, se sumaron varios invitados (Sterling Campbell, ex Duran Duran y David Bowie; Didi Gutman; Byron Isaacs, ex Willie Nelson y Elvis Costello; y Glenn Patscha). El resultado fue un disco conceptual, un verdadero viaje que por paisajes amplios, por “momentos de placer”.

 

La gira de presentación volvió a planearse de manera grandilocuente, por el país y Latinoamérica, trayéndolo a Mendoza en abril de 2010, por última vez. Un mes más tarde, el 15 de mayo, Gustavo Cerati sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) durante su estadía en Caracas. Luego fue trasladado a Buenos Aires, donde permaneció internado por poco más de cuatro años en estado de coma, con extenso daño cerebral, pero con la enorme esperanza de Lilian Clark, su madre, de que pudiese haber una mejoría que no llegó. Lamentablemente el jueves 4 de septiembre, en horas de la mañana Gustavo cruzó el puente hacia esa eternidad tan vertiginosa como su indeleble carrera musical.

*. Productora de Radio Universidad: “Cuidado con el Perro” (Lunes a Viernes, de 9 a 11) y “Casi Casi Viernes 13” (Miércoles, 20.30hs)

Fuente: www.rock.com.ar

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