Dos investigadoras ganaron premio que rescata a "personas invisibilizadas" en el sistema científico

Las especialistas argentinas de Conicet recibieron el "Premio Ben Barres" por sus estudios sobre patógenos. La distinción es otorgada por la organización sin fines de lucro "eLife".

Dos investigadoras ganaron premio que rescata a "personas invisibilizadas" en el sistema científico

Fuente: Telam

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Publicado el 24 DE NOVIEMBRE DE 2020

Las protagonistas de esta nota son Daiana Capdevila y María Eugenia Segretin, científicas del Conicet que  recibieron el "Premio Ben Barres", el prestigioso reconocimiento internacional que otorga la organización sin fines de lucro "eLife", por sus estudios sobre patógenos. Esta distinción fue fundada por el Instituto Médico Howard Hughes, de Estados Unidos; la Sociedad Max Planck, de Alemania y el Wellcome Trust, del Reino Unido, "eLife" brinda apoyo económico a proyectos de investigación liderados por grupos invisibilizados en la ciencia ya sea por género, etnia u origen.

"Este premio busca visibilizar la ciencia de calidad que hacemos todas las personas invisibilizadas en el sistema científico, las personas que comienzan sus carreras independientes, mujeres y disidencias, que no vivimos en países que invierten grandes sumas de dinero en ciencia, de distintos orígenes y personas con discapacidades", comenzó diciendo Daiana Capdevila, investigadora del Conicet en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

Capdevila señaló que "es la segunda vez que se da este subsidio que justamente lleva el nombre de Ben Barres, un reconocido neurocientífico trans fallecido en 2017, que luchó para eliminar las dificultades que el sistema científico impone a esos colectivos". La científica recibió este año el Premio Nacional L'Oréal-Unesco "Por las Mujeres en la Ciencia" en la categoría Beca, indicó que "además, es una ayuda económica importante que nos permite seguir pensando que podemos hacer ciencia de punta, en un momento en el que todavía esperamos que los subsidios en el país recuperen su valor ya que alcanzan para experimentos muy acotados", explayó la especialista.

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En el mismo sentido, María Eugenia Segretin, investigadora en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular "Dr. Héctor N. Torres" (Ingebi), que depende del Conicet, sostuvo que "recibir este premio nos permitirá acceder a las tecnologías de vanguardia para abordar el objetivo de nuestra investigación, además de generar un contexto beneficioso para el establecimiento de nuevas colaboraciones y de futuros desafíos".

El estudio sobre el "Streptococcus pneumoniae" y la "Phytophthora infestans" 

En 2018, cuando realizaba su beca posdoctoral en Estados Unidos, Daiana Capdevila y colegas de la Universidad de Indiana publicaron un trabajo en esa revista que describe cambios a nivel atómico que ocurren en una proteína llamada AdcR presente en el neumococo (Streptococcus pneumoniae), un microorganismo que causa desde infecciones del oído y sinusitis hasta neumonías y meningitis, dos de las principales causas de morbilidad y mortalidad en niños y adultos mayores.

"En el laboratorio estudiamos sistemas modelo para entender como las proteínas de las bacterias toman nuevas 'formas' en respuesta al estrés. Nuestros sistemas modelo son justamente las proteínas que miden el estrés. Cuando la bacteria trata de infectar el cuerpo humano hay un montón de fuentes de estrés que cambian y las bacterias que sobreviven son las que cuentan con la capacidad de adaptarse; esa capacidad se ve reflejada en ciertas propiedades de las proteínas que estudiamos", describió Capdevila.

El Streptococcus pneumoniae es uno de los patógenos que figura en la lista de prioridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el desarrollo de nuevos fármacos.

Por su parte, en 2018, María Eugenia Segretin, participó como coautora en un trabajo publicado en "eLife" liderado por colegas del Reino Unido en el Imperial College London, en Londres, y The Sainsbury Laboratory, en Norwich, en el que se describe cómo una "proteína efectora" de un tipo de parásito llamado Phytophthora infestans (que produce una enfermedad conocida como tizón tardío de la papa o patata) es liberada al interior de la célula vegetal para manipular su maquinaria interna en beneficio propio y en detrimento de la planta.

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La científica explicó que "unos años después comencé a interesarme especialmente en el patógeno de plantas Phytophthora infestans, el oomicete responsable de la gran hambruna irlandesa, y que representa una amenaza constante para la producción de papa a nivel mundial; de no ser controlado, y si las condiciones ambientales son propicias, este patógeno puede destruir campos cultivados con papa en una semana".

La investigadora explicó que "en particular, constituye un serio problema en nuestro país dado que las dos variedades de papa más cultivadas en Argentina (Spunta y Kennebec), son susceptibles a Phytophthora infestans".

"En ese camino, mi objetivo es estudiar la variabilidad local de este patógeno en Argentina, en particular el repertorio de unas proteínas llamadas efectores que resultan claves en la interacción planta-patógeno", concluyó la científica María Eugenia Segretin.

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