"La situación de Japón es más crítica por el terremoto que por el accidente nuclear"

El especialista Jorge Barón, doctor en Ingeniería Nuclear, explica en esta entrevista las consecuencias del desbastador terremoto seguido por tsunami que afectó recientemente a Japón. Asegura que el accidente nuclear desatado en las centrales de Fukushima estaría controlado. Frente a la sobredimensión mediática que se le ha otorgado a la cuestión remarca la necesidad de entender el asunto en perspectiva: el problema de fondo de los japoneses son los terribles efectos del sismo y no así los de la radiación. 

 "La situación de Japón es más crítica por el terremoto que por el accidente nuclear"

Jorge Barón en la conferencia sobre Fukushima.
Foto: Axel Lloret

Internacionales

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 18 DE MARZO DE 2011

El destacado investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y especialista en accidentes nucleares severos, insiste en la importancia de mantener la calma en la población tras sostener que los niveles de alarma que se desprenden de los medios masivos de comunicación conllevan a peores efectos  sobre las personas que los de la posible radiación en sí.

En esta nota Barón explica con claridad las estrategias de emergencia desarrolladas por el gobierno japonés para afrontar la situación. Además,  afirma que Argentina se encuentra apta para hacer frente a un incidente de estas características.

¿Japón estaba preparado para enfrentar un accidente natural de esta magnitud?

Te diría que bastante bien preparado,  fundamentalmente para lo que es el terremoto. Hay que tener en cuenta que se trató de un terremoto muy grave y las centrales nucleares en particular y el país en general,  lo afrontaron bastante bien. Si un accidente de esta dimensión ocurriese en un país más pobre no estaríamos hablando de diez mil muertos, sino de muchísimos más. Quizás el caso más claro es el de Haití, allí el terremoto ocurrido el año pasado, de bastante menos intensidad, provocó muchas más muertes.

¿Y respecto al riesgo nuclear que desató el accidente?

Las centrales resistieron muy bien el terremoto, operaron como debían operar. Lo que ocurrió es que no estaba previsto un tsunami de tal tamaño, porque esto si bien no afectó directamente las centrales nucleares las perjudicó indirectamente. Fijate que una de las cosas que sucedió después del terremoto fue la pérdida total de los suministros eléctricos y la caída de la red eléctrica de la región. 

Las centrales nucleares necesitan constantemente  evacuar calor de decaimiento, es decir calor residual que siguen generando. Para ejemplificar podemos figurarnos cuando uno anda en auto en un día de verano y el motor se calienta mucho. Cuando eso pasa, el motor se para y el ventilador sigue funcionando un rato hasta que se enfría. Bueno, algo parecido hay que hacer con las centrales nucleares y en este caso al no tener suministro eléctrico se hizo a través de generadores diesel autónomos que están para ese fin en las centrales. Esto funcionó bastante bien mientras tuvieron combustible, pero cuando se agotó los tanques auxiliares que servían para reponer gasoil ya no se podían utilizar, porque al estar ubicados a la orilla del mar fueron destruidos por el tsunami.

Esto quiere decir que después de algunas horas los japoneses se quedaron sin posibilidades técnicas de generar energía eléctrica propia para refrigerar. A partir de ahí comenzaron a hacer acciones con lo que tenían, que es fundamentalmente agua de mar, recordemos que son centrales a orillas del mar y que después de accidentes de esta naturaleza no hay agua corriente porque en general las cañerías se rompen. Por eso se acudió al agua marítima y a sistemas de bombeo autónomos, es decir a camiones de bomberos que bombeaban agua y la van inyectando dentro de los reactores.


¿En qué medida afecta al ambiente la liberación de productos radioactivos de estas plantas?

Este modo de refrigeración provisorio es bastante precario, imaginémonos que es como una olla que está hirviendo entonces se le mete agua por un lado y eso produce un efecto como el de la olla a presión que va aumentando justamente la presión, y cuando lo hace es necesario aliviarla. Para eso lo que se está  haciendo es ventear cada tanto abriendo una válvula que libera el vapor generado adentro hacia la atmósfera. Además de liberar el vapor, se liberan algunos productos radioactivos que son volátiles, gases nobles fundamentalmente, algo de iodo y cesio.

Estos materiales liberados a la atmósfera se dispersan con los vientos, como si fuera el humo que sale de una chimenea y dependiendo de la dirección que tome la corriente de aire causan mayor o menor impacto en la región. Hasta ahora las noticias que tenemos es que todas las liberaciones han sido de pequeña magnitud, entendiendo como pequeño que no han causado efectos sobre la salud de la gente. Dentro del estado de emergencia en que está Japón, que no haya efectos negativos sobre sus ciudadanos es una cosa beneficiosa.

El otro elemento que se libera con el vapor es el hidrógeno. El hidrógeno se genera cuando hay metales calientes que en presencia de agua se oxidan. Ese proceso de oxidación produce hidrógeno que dentro del reactor no provoca ningún problema pero cuando sale a la atmósfera entra en contacto con el aire. A su vez,  el hidrógeno y el oxígeno son explosivos y generan las explosiones que hemos estado viendo en televisión. Esta situación es propia de la estrategia que están siguiendo en ese país para lidiar con el accidente, es decir, la gestión del accidente dentro de la planta.

Pero la radiactividad a largo plazo tiene efectos negativos ...

Si. La radioactividad una vez transmitida al ambiente hace que algunos radionucleidos puedan llegar a causar ciertas dosis radiológicas en las personas. Entonces lo que se busca en ciertas medidas de emergencia es que esas dosis sean muy pequeñas, tan pequeñas como para que no hayan tantos efectos sobre la salud.

En el caso de que las dosis sean grandes pueden producirse efectos de dos tipos. Los agudos, que son aquellos que ocurren rápidamente; por ejemplo si nosotros nos ponemos bajo los rayos solares unos minutos, la radiación ultravioleta del sol nos enrojecerá la piel; en cambio si nos quedamos bajo un sol de verano un hora seguida se nos empollará la piel. Ese es un efecto agudo y directo de  la radiación que sale de los reactores. Ya en dosis mucho más altas, si es que se llegara a dar, puede causar hasta la muerte de la persona. Hasta ahora no han ocurrido consecuencias de este tipo y no es esperable que ocurran si la emergencia es bien gestionada.

Me refiero a gestionar la emergencia fuera de la central, concientizando a la gente para que se refugie dentro de sus casas, que no esté expuesta a la nube mientras pasa, y en el caso de estar expuesta que incorpore tabletas de iodo, de este modo lo que se logra es evitar que se concentre iodo reactivo en tiroides . Si fuera necesario también se debe evacuar a la población hacia zonas de menor fondo de radiación.

Todas estas acciones Japón las tienen en claro, muchas ya la está ejecutando. Y si se hacen bien, que es lo que creemos que están haciendo,  no deberían causarse grandes impactos en la población.

Es bastante tranquilizador escucharlo luego de los altos niveles de alerta que se están difundiendo por distintos medios de comunicación en los que se sobredimensiona la cuestión nuclear ¿Qué opinión le merece el tratamiento mediático que se le está dando al asunto?

Creo que se ha generado una situación a la podríamos calificar de tonta. Te doy un ejemplo quizá un tanto exagerado, cuando sucedió el desastre de Chernóbil se acuñó un término nuevo que se llamaba “radiofobia”, eso llevó a situaciones de muy alto stress, a enfermedades asociadas a esa tensión que en gran medida fueron causadas por la prensa y no por la radiación en sí. De hecho,  hoy veía un programa en la televisión de Estados Unidos que me causó gracia, y un poco de pena también, porque contaban que ya había mucha gente en ese país que quería empezar a tomar las tabletas de iodo. Entonces entrevistaban a un médico sobre si convenía o no tomar las tabletas, a lo que el médico les dijo que era un despropósito ingerirlas cuando no existe la necesidad y cuando hay personas que pueden ser  alérgicas al iodo y no lo saben. El problema de las radiaciones de la central japonesa las va a tener solo una región de Japón, pensar que en Estados Unidos se distribuyan estas medicaciones no tiene sentido.

El mensaje que se da a través del tratamiento mediático causa mucho más daño que las radiaciones en sí. Por eso es muy importante recalcar que todas estas contramedidas para enfrentar la radiación tienen sentido cuando efectivamente existe radiación a niveles tales que requieran de ellas. La magnificación que hacen algunos periodistas o medios sobre este evento accidental genera un pánico innecesario en la población y degrada su calidad de vida. Hay que ser cuidadoso con este tema, lamentablemente hay varios medios que no lo están siendo.

¿Cuáles son las fuentes más confiables para informarse?

Hay comunicaciones oficiales que emite el Organismo Mundial de Energía Atómica de la ONU, son informes muy escuetos que hacen poco para los titulares televisivos o de matutinos pero que informan sobre lo importante y lo real. También las fuentes del gobierno japonés que van describiendo los avances o los retrocesos de la situación, y  por supuesto que ante la posibilidad de efectos perjudiciales para la salud los reportarían.

En Argentina se está advirtiendo que muchos conocedores del tema, quienes se desempeñan en las centrales nacionales de energía atómica, en la Autoridad Regulatoria Nuclear ó en la Nucleoeléctrica Argentina se han puesto a disposición de los medios para llevar esa tranquilidad que necesita la población. Desde luego que es una situación grave pero se está gestionando, no se ha abandonado y seguramente en unas pocas semanas más esté completamente bajo control.

También es importante tener en cuenta esta situación en perspectiva. Estamos hablando de un accidente nuclear que ocurre en un país que está desbastado por un terremoto y un tsunami, que presenta serios problemas de suministro eléctrico, de agua, de combustible, y que ocurre en pleno invierno con nevadas en varios sectores. La situación, más allá de lo nuclear,  para muchas familias japonesas debe ser desesperante si recordamos que hay problemas para el abastecimiento de comida y de calefacción. Creo que debemos ayudarlos en ese tipo de rubros, de la misma manera que nos organizamos para colaborar con Chile luego del terremoto de 2010.

Sin embargo para los medios es mucho más grave la cuestión nuclear,  que sólo ha provocado un muerto hasta el momento y no por las radicaciones sino por la caída de una grúa, que las decenas de miles de muertos que causaron el terremoto y el tsunami.

¿Argentina está preparada para enfrentar una situación de estas características?

En particular nuestras centrales nucleares están ubicadas en zonas de baja sismicidad, por lo tanto no están expuestas al mismo riesgo que las japonesas. También hay que entender que las ubicaciones de las centrales de Japón están expuestas a este riesgo por las características físicas del territorio. De todos modos, que en Argentina no existan centrales nucleares costeras no quiere decir que estamos libres de todo riesgo, ya que existen ciertos  riesgos residuales sobre los que se han diseñado nuestras centrales para hacerles frente.

Tenemos preparados planes de emergencia que se ensayan cada año y que nos llevan a una situación donde podemos afirmar que nuestras centrales son muy seguras. Es necesario entender que “seguras” no quiere decir que no exista la posibilidad de que tengamos un accidente sino que esas probabilidades son muy bajas y que si ocurrieran tenemos los medios para hacerles frente de modo tal que las consecuencias sobre la población sean leves. Además, no sólo tenemos la capacidad técnica sino también los organismos de control, como la Autoridad Regulatoria Nuclear, que supervisan y verifican los niveles de seguridad de nuestras instalaciones de una manera muy eficiente.