La búsqueda de la Justicia como conector

A casi cuatro años de la desaparición de Johana Chacón, se condenó a la máxima pena a los acusados de los femicidios en Ecuador, ocurridos en febrero pasado. Qué unión existe entre los casos de 3 de Mayo y de Montañita.

La búsqueda de la Justicia como conector

Silvia Minoli sigue buscando la verdad sobre Johana y Soledad, como lo hace desde los días en que ambas desaparecieron. Foto: Axel Lloret.

Identidad y Género

Unidiversidad

Milagros Martín Varela

Publicado el 18 DE AGOSTO DE 2016

A 19 días de que se cumplan cuatro años desde la desaparición de Johana Chacón, la Justicia ecuatoriana condenó a los dos acusados de haber cometido los femicidios de Marina Menegazzo y María José Coni, hecho que data de hace seis meses. Ambos son casos que, sumado también a la desaparición de Soledad Olivera, han marcado a la sociedad en cuanto a la concientización sobre la vulneración de derechos, principalmente hacia la mujer. Los sucesos de Marina y María José fueron en febrero de este año en Ecuador, mientras que las desapariciones de Soledad y Johana fueron en Lavalle en noviembre de 2011 y en septiembre de 2012 respectivamente.

Ayer, luego de siete jornadas de juicio oral, se conoció el veredicto que condenó a Segundo Ponce Mina y a Aurelio Rodríguez a 40 años de prisión por autoría y coautoría de los asesinatos de Marina y María José. Para los casos de Soledad y Johana, en casi cinco años sólo hay un acusado, Mariano Luque, que ha entrado y salido de prisión preventiva dos veces. Por Soledad se espera un segundo juicio, mientras que con el caso Chacón aún está esa deuda.

Silvia Minoli, la directora de la Escuela Virgen del Rosario de la localidad 3 de Mayo de Lavalle –a la que asistía Johana y aún concurren los hijos de Soledad–, y a quien se debe la visibilidad de las desapariciones de las lavallinas, marcó una diferencia que no debería pasar inadvertida.

La referente destacó que son casos en los que se han vulnerado los derechos y se ha ejercido la violencia de género de un “modo terrible, con mucha saña”. Esta situación, aseguró, no respeta clases sociales. “Tal vez la diferencia sea que donde hay una familia que apoya esto, que busca, que tiene los recursos, se aceleran los procesos y en el caso de Johana y Soledad, donde no hay familias presentes (...), lleva mucho más tiempo y mucho más esfuerzo”, agregó.

Por otro lado, los mendocinos nos hemos impresionado con la rapidez de actuación de la Justicia de Ecuador. Pero esto a su vez genera la incertidumbre que tuvieron desde un principio las familias y amistades de Majo y Marina: la hipótesis de que los acusados son apenas la “punta del iceberg” del delito cometido. En este sentido, Silvia Minoli sostuvo que es probable que haya sido un caso de trata de personas y que está segura de que los familiares llegarán a la verdad.

Verdad, algo que también buscamos todos los mendocinos con respecto a Johana y Soledad, y por lo que Minoli milita y lucha desde el principio. “Yo creo que estos dolores no se van más, son eternos. Se vive con estas ausencias constantemente. El tema de los juicios y de llegar a un veredicto creo que es cerrar una etapa y por eso yo hablo de una deuda del Estado y del Poder Judicial justamente con las víctimas, los familiares y los amigos que estamos alrededor”, expresó.

En cuanto al caso de Johana, este 4 de septiembre se realizará, como todos los años, una jornada de concientización que está organizando Silvia Minoli, en conmemoración de estos cuatro años sin la joven de 13 años, en aquel entonces, de la que nunca más se supo nada.

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