La cuarentena agravó la desigualdad social en Mendoza

La falta de ingresos y de servicios básicos, sumado al hacinamiento de las viviendas, dificultan el cumplimiento del aislamiento en los barrios populares, a diferencia de zonas con mejores condiciones económicas.

La cuarentena agravó la desigualdad social en Mendoza

Foto: Diario UNO

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Publicado el 15 DE ABRIL DE 2020

Investigadores de la UNCUYO entrevistaron a referentes comunitarios, políticos y sindicales para conocer la manera en la que los diferentes sectores sociales están enfrentando la cuarentena. El informe “Pandemia y aislamiento en Mendoza: condiciones de vida e impactos subjetivos” relevó las dificultades que existen en los barrios populares para cumplir el aislamiento por la falta de ingresos y de servicios básicos, el hacinamiento y las malas condiciones de las viviendas. Además, el estudio indicó que los principales problemas de convivencia familiar son la violencia de género, el maltrato infantil, los abusos sexuales y las adicciones.

Pasados los primeros quince días del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno nacional, sociólogos de la UNCUYO analizaron cómo las y los mendocinos afrontan esta cuarentena. Los investigadores indagaron en la manera en la que los diferentes sectores sociales enfrentan esta situación, tanto desde el punto de vista de las condiciones materiales de vida como de las subjetividades, partiendo de la desigualdad económica, social y territorial que existe.

El relevamiento consistió en entrevistar a referentes de organizaciones barriales, comunitarias, de pequeños productores, estudiantiles, docentes de primaria y secundaria, y sindicatos de diferentes zonas de la provincia (Malargüe, San Rafael, General Alvear, Tunuyán, La Paz, Rivadavia, San Martín, Maipú, Luján, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras y Capital).

En resumen, el informe reveló que la pandemia agravó la desigualdad que ya existía en la provincia, siendo una crisis sanitaria, económica, política y social, pero también psicológica, que afecta más a quienes viven en condiciones vulnerables. Además, el estudio puso de manifiesto las dificultades en la convivencia familiar y la desestructuración de la vida cotidiana, "aspectos agravados cuando las condiciones materiales de vida son indignas".

El estudio de los sociólogos remarcó que la cuarentena es cumplida por personas que tienen asegurado el cobro de sus salarios, empleados estatales y jubilados; los que perciben asignaciones o algún tipo de plan/subsidio, y los que tienen ahorros disponibles. Sin embargo, este cumplimiento se dificulta para aquellas personas que viven el aislamiento en malas condiciones de vivienda, con hacinamiento y dificultades de acceso a los servicios básicos. Además, según el informe, el principal problema de convivencia familiar es el de la violencia de género, seguido por el maltrato infantil, los abusos sexuales y las adicciones. 

Acerca del acccionar policial, los referentes comunitarios, políticos y sindicales entrevistados expresaron que los que viven en los barrios más vulnerables tienen una mirada crítica hacia las fuerzas de seguridad en la calle: abusos de poder, discriminación, detención de changarines por no tener autorización para circular y de pequeños productores con su producción. En otros barrios tienen un vínculo diferente, afirmando que "la policía no va, o si lo hace, es para controlar que todo esté bien". 

 

Cumplimiento de la cuarentena y las dificultades del “Quedate en casa”

La mayoría de los entrevistados consideró necesaria o atinada la prohibición de salir de casa. Sin embargo, mencionaron diferentes condiciones que imposibilitan cumplir con esa medida en los sectores más vulnerables, que no tienen asegurado un ingreso ni tienen ahorros. “No se trata solo de la necesidad de salir a buscar el ingreso, sino de tolerar el aislamiento en malas condiciones de vivienda, con hacinamiento y dificultad de aprovisionamiento”, indicó el informe.

En la zona rural, por ejemplo, continuaron las labores de la cosecha y otras tareas vinculadas al agro (Beltrán, San Martín, General Alvear, Tunuyán). “Hay quejas porque controlan a los pequeños agricultores que venden en ferias y verdulerías, pero no a los empresarios bodegueros”, señaló el estudio realizado por integrantes del proyecto de investigación “Mendoza: territorio, población, estructura y conflicto”, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Sobre las posibilidades de prolongación de la cuarentena, en la mitad de los casos apareció la imposibilidad de seguirla por la insuficiencia de recursos, sobre todo en "independientes, desocupados y precarios". Una entrevistada dijo: "Quisiéramos cumplir, pero las condiciones de falta de dinero para comer nos llevan a tener que trabajar y ganar el día a día". 

Los empleados del sector privado, por su parte, manifestaron el temor a perder el trabajo, por ejemplo, en el comercio. “Los referentes de los sindicatos docentes señalan específicamente las dificultades que atraviesan los docentes suplentes y los celadores, que en general realizan changas para complementar sus ingresos”, destacó el informe.

 

Condiciones de las viviendas, los servicios y la conectividad 

El análisis detalló que existen fragmentaciones territoriales y desigualdades sociales que afectan a la población en condiciones diferentes para enfrentar la pandemia. En los barrios más precarios, el mayor problema es el hacinamiento; en el caso de los obreros rurales, las condiciones son peores, aseguró el estudio. 

Por ejemplo, en Malargüe se afronta el problema de calefaccionar las viviendas, debido a las temperaturas muy bajas, y de señales de comunicación, tanto de telefonía como de internet. En La Paz, el principal inconveniente es la falta de agua, al igual que en El Algarrobal, donde se suman la precariedad de las casas, el hacinamiento y la poca conectividad. 

Acerca del acceso a internet y el tipo de comodidades para que los chicos hagan tareas escolares de forma virtual, varía según la zona. “Muchas familias se conectan desde los celulares y pocos hogares tienen computadoras”, señaló el informe.

 

Violencias, maltratos y miedos 

El principal problema de convivencia familiar es el de la violencia de género, seguido por el maltrato infantil, los abusos sexuales y las adicciones, indicó el informe de los sociólogos. El estado de ánimo predominante es de preocupación, angustia y resignación. En menor medida aparecen los sentimientos de incertidumbre, bronca, miedo, optimismo, ansiedad y tristeza. 

En los barrios populares, predominan la falta de dinero y de espacios para la privacidad, el estrés del encierro, la depresión y la descarga de los problemas en los integrantes de la familia. También surgieron problemas de intolerancia entre vecinos.

 

Salud

La mayoría de los consultados afirmó que existen hospitales, centros de salud o postas sanitarias en sus zonas, pero que no hay seguridad en cuanto a la capacidad para atender en la emergencia. El informe "Pandemia y aislamiento en Mendoza" detalló: "En Malargüe, el Hospital Regional está prácticamente paralizado y ya ha avisado que si llega un solo caso a ese departamento, no tienen forma de contenerlo. En otros casos, fallan los transportes, es decir, las ambulancias, el servicio es malo porque colapsan los turnos o hay escasez de insumos y recursos. En los barrios periféricos y precarios, la atención de salud es precaria e ineficiente. Una docente hizo referencia a las dificultades que tienen las personas con discapacidad y sus familias ahora que las terapias están suspendidas".

 

Pedidos al Gobierno

En el relevamiento sobresale la propuesta de conformar un gran comité provincial de crisis, con participación popular, de las organizaciones sociales y de los sindicatos para que aporten la mirada de los sectores más vulnerables y de la clase trabajadora. Los reclamos principales son: más presupuesto para la emergencia, control de las fuerzas policiales, instruyéndolas en respeto por las libertades individuales; garantizar el agua en todos los barrios y para los cultivos; bolsones alimentarios que incluyan carne, lácteos, verdura y frutas, que se compren a los pequeños productores; incluir kits sanitarios y remedios; ollas populares/asistencia con alimentos; suspensión de pago de servicios; creación de empleos, incremento de salarios y créditos a pymes; garantizar el acceso a internet para estudio y trabajo; atender necesidades de los estudiantes, y flexibilizar las obligaciones en las tareas impuestas a docentes. 

 

Leé a continuación el informe "Pandemia y aislamiento en Mendoza: condiciones de vida e Impactos subjetivos"

Informe pandemia y aislamiento mendoza de Unidiversidad

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