La historia por ellas

La historia personal de María Assof de Domínguez, integrante de las Madres de Plaza de Mayo de Mendoza, se reconstruye continuamente a través de su discurso público, reflejo de su lucha y la de sus compañeras. También lo hace con la historia reciente, provincial y nacional, con la lucidez y coherencia que le dan el compromiso con los valores democráticos y la defensa de los derechos humanos. El 12 de diciembre en la Legislatura, durante un homenaje y presentación de un proyecto de ley para conformar un Archivo de la Memoria de las Madres, y con un emocionante, espontáneo y concienzudo discurso, María iluminó en el Salón de los Pasos Perdidos, los caminos de la historia y la democracia. Detalles del proyecto y discurso completo de la referente.

La historia por ellas

Sociedad

Unidiversidad

Sebastián Moro

Publicado el 16 DE DICIEMBRE DE 2013


El proyecto de Ley que plantea la creación del primer “Archivo de la Memoria de las Madres de Plaza de Mayo Mendoza”, fue presentado en la Legislatura Provincial el 12 de diciembre, promovido por la Dirección de Protección de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos de Mendoza, en conjunto con la Asociación Madres de Plaza de Mayo Mendoza e impulsado por la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. Contó con el apoyo de organismos de derechos humanos, la Fundación Derecho y Cultura, la Asociación de Ex-presas y Ex-presos Políticos, integrantes de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, agrupaciones estudiantiles universitarias, organizaciones sociales y políticas.

En el marco de los festejos por los 30 años de la recuperación de la democracia, también fueron homenajeadas a sala llena las Madres de Mendoza, además de María Domínguez, Agustina Corvalán de Vera, Margarita Barrera Oro e Isabel Figueroa de De Marinis, “por su lucha inclaudicable en la construcción de la cultura democrática”. En la apertura de la actividad se exhibió un corto audiovisual de gran calidad, con los principales ejes del proyecto; entre ellos, la digitalización de todo el archivo documental de las Madres. A continuación se ofreció un panel de reflexión en relación con nuestro presente y nuestra historia reciente. La mesa estuvo integrada por el diputado provincial Lucas Ilardo; el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, el diputado Néstor Piedrafita; Daniel Tagarelli, ex-preso político; el director de Protección de Derechos Humanos, Rubén Cuello, y María Domínguez. Para Cuello, “el proyecto tiene por objetivo la creación de un archivo donde se recopile, seleccione y clasifique la documentación que ya existe, que han conservado las Madres a lo largo de años e incluir toda otra documentación que aporten particulares u organizaciones afines. La idea es que dicho espacio esté abierto al público y sea de utilidad tanto para investigaciones históricas y actividades de formación, como así también a los fines de aportarse prueba en sede judicial.”


Donde está la esperanza

“Tanto abogados, fiscales y jueces, como el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanosque prepararon las carpetas para los juicios, han hecho un trabajo extraordinario y no podemos quejarnos. Y ojalá, como nos prometieron, el próximo juicio empiece el 17 de febrero, porque este año lamentablemente no se ha hecho nada”. Ese fue apenas uno de los fragmentos, a la vez lúcidos y valientes, que María Domínguez (madre de Walter, secuestrado y desaparecido por la dictadura cívico-militar en Godoy Cruz en diciembre de 1977, junto con Gladys Castro, su compañera, embarazada de seis meses) ofreció al público en la presentación del proyecto. Fueron poco más de 20 minutos los que transcurrieron con la voz de María, de a ratos graciosa y suspicaz, por momentos conmovida o interrumpida por sus recuerdos íntimos, siempre narrando la historia y la lucha, sacando el dolor, denunciando a los responsables de ayer y hoy. Los gritos de apoyo, el cálido “vamos María” por parte de los y las presentes, explican el porqué de lo histórico de su discurso, que Edición UNCUYO reproduce completo a continuación:

“Buenos días. Primero, yo no soy presidenta, nosotras no tenemos presidenta, soy una de las integrantes de las Madres de Plaza de Mayo de Mendoza. Somos las que paseamos todos los jueves de 11.30 a 12.00 con los pañuelos en las cabezas, así que cuando tengan un tiempito, si pueden, nos acompañan. Porque pasa mucha gente y nos dicen: `Sigan madres, sigan madres`, pero nos falta compañía también. Muchas veces hemos andado solas y a nosotras nos gusta que nos acompañen.

La verdad es que no sé nada de lo que están haciendo, pero sé que es algo muy importante porque nosotras nunca pensamos en tener este tipo de archivo. Nosotras dejamos las cacerolas y salimos a la calle a buscar a nuestros hijos. Muertas de miedo hicimos lo que pudimos: adonde veíamos esperanzas íbamos, todos los días salíamos a buscar alguna noticia, pero en todos lados se nos cerraban las puertas. Lo que nos quedó es hacer lo que seguimos haciendo, denunciar en la plaza todos los jueves, no nos importó ni el Punto Final ni la Obediencia Debida, nosotras seguimos igual reclamando, hasta que llegó nuestro querido Néstor y en algo se nos ha reconocido. Si no hubiera sido por la voluntad política que tuvo ese hombre, de bajar los cuadros de los asesinos en la Casa de Gobierno (sic), de luchar para que empezaran los juicios que se están realizando, aunque ya están viejos y ninguno quiere decir nada de lo que hizo porque todos son unos cobardes. Si están tan seguros de que nuestros hijos eran terroristas, eran asesinos, ¿por qué no lo reconocen? ´Sí, lo hicimos porque estamos convencidos de que hacíamos bien`. Y no, no hablan nada, no dicen nada. Se sientan ahí como monigotes y todavía tenemos que mirarles las caras de asesinos.

Nosotros teníamos recortes de diarios y muchísimas cosas, recogidas a lo largo de tantos años. Hay muchas fotos a las que ni siquiera le hemos puesto fecha. Hemos tenido que improvisar, tuvimos que salir a la calle, la mayoría somos amas de casa, sin escuela secundaria porque en el tiempo nuestro no era nada fácil hacer un secundario. La mayoría éramos de familias numerosas y, por ejemplo, con mi madre tenía que aprender primero a coser y después a trabajar. Por eso el mensaje que podemos hoy dejarles las Madres a los jóvenes es que se capaciten, que estudien, porque lo peor que puede tener un ser humano es ser ignorante, no haber estudiado. Cuando pasó esto, yo ni sabía quiénes gobernaban el país y la provincia. Lo único que me importaba era que no aumentaran las cosas porque toda la vida aumentaron las cosas. Por lo menos ahora tenemos aumentos, antes ni eso, y las cosas aumentaban igual. Ahora parece que muchos argentinos están disconformes. Pero viven muy bien, a veces el que se queja se queja de lleno. Yo no digo que está todo OK, falta mucho, falta muchísimo todavía. Pero el país estaba en bancarrota cuando entraron Néstor y Cristina. De eso nadie se acuerda, no se acuerdan las mujeres que van al supermercado cuando tenían que hacer trueque, no se acuerdan cuando cada provincia tenía un papelito diferente como dinero. Nadie se acuerda de que Menem saqueó el país ni que nos quedamos sin fábricas. Él siguió el plan económico por el cual no están nuestros hijos hoy acá y por el cual nosotras hemos luchado todos estos años: el plan económico de Martínez de Hoz, que me da asco nombrarlo. No fue él solo tampoco, venía adiestrado desde Norteamérica. Porque los gobiernos norteamericanos son los más terroristas que hubo, que hay y que seguirá habiendo. Porque ellos se creen los dueños del mundo. Ojalá que un día eso se termine.
 
”Tantísimas cosas malas han pasado en este país. Después estuvo la Alianza, que antes de irse dejó que vinieran 40 mil millones de dólares de Washington, de los cuales nadie vio ni un centavo. Con la famosa Ley de Trabajo, del inteligente de (Alberto) Flamarique, ¿cuántas conquistas les quitaron a los trabajadores? De eso nadie se acuerda, parece. Ahora, de todo lo que está mal, culpan a esta pobre mujer. Al final, la verdad, si yo fuera ella, ya me hubiera mandado a mudar a mi casa.
 
”Nunca pensamos en digitalizar los archivos; que lo hagan ahora lo agradecemos muchísimo, es muy importante. Nosotras nos vamos a ir, entonces, todas las generaciones tienen que enterarse de lo que pasó en este país. Nuestros hijos han pasado a ser parte de la historia argentina, les guste o no les guste. Y las Madres en cierto modo también, porque nosotras seguimos sufriendo en carne propia. Parece mentira, han pasado 36 años del secuestro de mi hijo y para mí ha sido ayer. Y eso nos pasa a todas, aunque una se ría, aunque una ponga cara de felicidad, el daño se produce todos los días, todos los días. Muchachos guapos, trabajadores, estudiosos, que soñaban un país mejor, un país para todos, porque tenemos un país hermoso, un país rico, donde todos tendrían que estar bien, donde todos tendrían que vivir bien. Esto, desgraciadamente, ha sido así por las dictaduras que hubo hasta el año 83. ¡Si no dejaron terminar ningún gobierno constitucional! Así que, ¡miren si podemos estar contentas y juntas por los 30 años de democracia! Y ojalá fueran 30 y 60 años más, para que las generaciones venideras no sufran lo que sufrieron nuestros hijos, lo que sufrimos nosotras, que ninguna madre más tenga que sufrir el secuestro de sus hijos.

“Nos queda agradecer lo que van a hacer ustedes y ojalá sea de utilidad en los colegios, para que nunca se pierda la memoria. Nosotras seguimos por eso. Somos viejas ya, nos cuesta mucho ir a la plaza o a cualquier acto. A veces no tenemos ganas de ir, la verdad. Pero lo seguimos haciendo porque esto no se tiene que olvidar nunca, nunca. Lo que pasaron nuestros hijos y nosotras también. Los que estuvieron presos también, que gracias a Dios sobrevivieron muchos, pero murieron muchos también, en la tortura. Ha sido algo muy horrible lo que vivió nuestro país y la sociedad. Por eso agradecemos mucho, en nombre de todas las madres que quedamos y somos poquitas. Por lo menos hemos podido ver a las hermosas cosas que están pasando. Estamos un poco afligidas por estas semanas, pero vamos a salir adelante. Yo creo que el pueblo argentino quiere vivir en democracia. Muchísimas, muchísimas gracias”.

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