Con relevantes testimonios el juicio retomó su marcha

El Tribunal Oral Federal Nº1 de Mendoza retomó las audiencias del juicio de lesa humanidad que se cumple en ciudad. El primer testimonio de 2011 estuvo a cargo del periodista e investigador sobre el terrorismo en la provincia, Rodrigo Sepúlveda. El testigo hizo hincapié en las conclusiones de sus investigaciones que agregan la participación de médicos, jueces y curas al accionar de las fuerzas represivas. También declaró un ex preso político, quien reconoció a uno de los imputados como su secuestrador.

Con relevantes testimonios el juicio retomó su marcha

Gentileza Tribunales Federales

Sociedad

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 11 DE ENERO DE 2011

El lunes 10 de enero de 2011 y tras 17 días de receso el primer juicio de lesa humanidad que se cumple en la Ciudad de Mendoza retomó su marcha. En esta sesión tuvo lugar el testimonio de Rodrigo Sepúlveda, reconocido periodista del medio, quien en calidad de testigo general  expuso las conclusiones del documental que dirigió junto a Fernanda Santo:  “D2: Centro Clandestino de Detención”.

Sepúlveda explicó que el audiovisual tiene como soporte una investigación que tuvo como resultado la configuración de un esquema que esclarece la composición y el funcionamiento del aparato represivo y dictatorial que se instaló en la provincia entre el 1975 y 1983.

En la exposición se constató que el minucioso trabajo está basado en un relevamiento de documentos oficiales, testimonios de las víctimas y familiares, y confesiones de personas que actuaron dentro de las fuerzas represivas en la provincia. Motivo por el cual la fiscalía a cargo decidió convocar al comunicador a prestar declaración.

El testimonio estuvo dedicado a presentar en detalle los resultados que arrojó la investigación. Entre ellos el más relevante: el funcionamiento íntegro de una estructura que no sólo estaba compuesta por policías y militares sino que registraba entre sus filas a médicos, jueces, curas, etc.

Haciendo referencia al centro de operaciones D2, Sepúlveda afirmó que “no hay manera de que en una institución de esas característica alguien quede exceptuado como partícipe. Es evidente de que esto no fue obra de unas pocas personas.

En este sentido remarcó la colaboración de los médicos con el sistema represivo. Es que según han manifestado todas las personas que pasaron por el D2, los galenos también participaban en las sesiones de torturas.

Sepúlveda detalló que en el mayor centro clandestino de la provincia trabajaban al menos 13 profesionales de la salud. Hasta el momento ninguno de ellos ha sido señalado por la justicia.

Algunos de los médicos mencionados por el periodista de investigación fueron:  Ibrahim Prieto, Miguel Apolinares y Jorge Bajuk Radej.  Cabe señalar que en la actualidad el último profesional se desempeña en la obra social de la Universidad Nacional de Cuyo.

Luego del periodista brindó declaración Eugenio París, un ex preso político que además de haber atravesado 8 años en prisión en distintos centros clandestinos del país, sufrió duras torturas. “En donde más me agraviaron fue en el de D2 de Mendoza”, confesó el hombre.

Eugenió contó que el 13 de mayo de 1976 fue secuestrado de su lugar de trabajo por una patota de policías.

Durante su declaración reconoció al imputado Celustiano Lucero como uno de sus captores, quien estuvo presente durante la sesión.

Según  sus palabras, fue trasladado con los ojos vendados y las manos atadas en un Peugeot  504 al Palacio Policial, sitio donde funcionaba el D2. A partir de ese  momento, se expuso a Parisi a una serie de  vejaciones y torturas intensas y  permanentes.

Parisi también señaló la participación de médicos en las salas de torturas, ya que asegura que un profesional de este tipo era el encargado de de aprobar la continuidad de los golpes de electricidad cuando se lo sometía a la picana.