Libro que te quiero libre

Ante iniciativas que buscan fomentar la autogestión cultural en la provincia, un artículo acerca del difícil panorama, pero con un gran porvenir, de la autogestión editorial, a nivel nacional y sobre todo a nivel provincial.

Libro que te quiero libre

Cultura

Unidiversidad

Analía Martín

Publicado el 12 DE NOVIEMBRE DE 2012

Supongamos que tenés una idea, la plasmaste en un papel, en cientos, quedó una novela, un cuento. Se lo mostraste a tu mamá y a tu mamá le gustó (claro, es la vieja). Lo leyeron amigos, amantes, compañeros, familiares varios, tu gato se aguantó toda la lectura en voz alta y a todos les gustó. Querés publicarlo. Vas a las editoriales conocidas, y pensás: “Publican a Coelho, ¿no me van a publicar a mí?”. Golpeás la puerta y te hacen dos simples preguntas, a saber: “¿Usted tiene la suma gigante de dinero que pedimos para publicarlo? En caso de ser negativa la respuesta, ¿es usted alguno de los siguientes escritores: Gabriel García Márquez, Tolkien, Alejandro Dumas o su hijo, Víctor Hugo, Stephen King?”, entre muchos otros entre los cuales no está tu nombre. Dos “no”, más el de la editorial, suman tres. Y vos fumándote el último pucho en el cordón de la vereda con el manuscrito al lado.

Llega la Feria del Libro, y vas a ver esos que fueron elegidos por el Zeus de las publicaciones. “Caro, caro, carísimo, caro, pfff”, son las cosas que podés decir mientras recorrés los stands. Salís de la Feria pateando el folleto de Editorial Planeta hecho un bollo.

El bollo rueda hasta el pie de un micrófono. Hay alguien detrás del micrófono que dice “autogestivo”, medio que recita un poema, y luego dice “libre”, le da el lugar a otro que cuenta un cuento. “¡Che, lindo cuento!”, pensás. Luego siguen diciendo cosas como “participar”, “Comprá este libro del Centro Cultural…”, e incluso hay uno que dice “editamos tu libro”. Te lo dice a vos, que estabas ahí viendo todo eso con el manuscrito debajo del brazo. “¿Es tu libro? Mirá, en el stand donde está la bandera de los pueblos originarios, hay un grupo que edita. Fijate”.

Hay libros que sí, y libros que no

Carbónico Ediciones es una de esas editoriales autogestivas, es de Mendoza, y Claudio Rosales es uno de los integrantes. Esta editorial y el resto de las editoriales y publicaciones autogestivas mendocinas, no se encontraron presentes en la última Feria del Libro en el Centro Cultural Julio Le Parc, ubicado en San José, Guaymallén.

“Si tomamos la Feria del Libro como una exposición de productos, que son libros, con el pensamiento, la creación, de autores locales ¿por qué los autogestivos no han tenido el espacio que deberían tener?”, se pregunta Rosales en una entrevista con Radio Universidad.

“Desde mi editorial (Carbónico Ediciones) hemos publicado cuatro números en lo que va del año. No son cuatro títulos que están perdidos por ahí, están editados decentemente, tienen una distribución, los autores tienen experiencias que las han volcado ahí, etc. Entonces, ¿cuál es el concepto de una Feria? ¿Qué se ve en las Ferias del Libro? ¿Al librero que trae todas las editoriales?”, continúa inquiriendo Rosales.

“Tiene que ver con una cuestión que hace al concepto de la Feria, que es una cuestión netamente mercantil. Es un conglomerado de libreros que están vendiendo y remarcando los precios, porque una semana antes de la feria los mismo libros estaban mucho más baratos. Acá se está tratando de cocinar una versión de lo que es la cultura en Mendoza, de lo que va a ser la cultura para esta gestión. No creo que la Feria del Libro sea el lugar para venir a buscar la voz de los autores mendocinos”, se autorrespondió este escritor autogestivo.

“Al final, lo primero es la FLIA”

Aunque la ausencia de los grupos autogestivos mendocinos extrañó a varios, desde la organización de la Feria del Libro se convocó para brindar una charla a los autogestivos de Bs. As. representados en el colectivo FLIA (Feria del Libro Independiente Autogestiva). Aprovechando su visita, Radio Universidad entrevistó a Simón Ingouvelle, integrante y representante en esta ocasión de la FLIA. 

“FLIA es la Feria del Libro Independiente Autogestiva. Surgió como la contra Feria del Libro en Buenos Aires. Había un grupo de poetas que se llamaban ‘Maldita Ginebra’ que la venían haciendo, hace ya unos 15 años. Se plantaban en la puerta de la Feria del Libro –es una forreada la Feria del Libro, porque sale una fortuna alquilar un stand, todo el mundo va a perder o empatar pero creen que es importante estar ahí, le cobran al público, etc. –. En aquel momento, y ahora, había motivos de sobra para plantarse en la puerta y decir: ‘nosotros editamos, somos editores y escritores, y no vamos a estar acá adentro porque no podemos darnos el lujo y porque no queremos’”, dijo Simón Ingouvelle de la librería y galería de arte La Libre, que funciona en San Telmo, Bs. As.  

“El primer intento se hizo en el 2005, con personas que venían muy influenciadas de lo ocurrido en el 2001; o sea, organizándose en asambleas, con ideas no privativas, una cosa de sociabilización, de bases”. Ingouvelle pintó así el costado político-organizacional.

“Por otro lado, pasaba que se habían cerrado todas las grandes editoriales argentinas, había caído toda la riqueza editorial argentina en completa decadencia debido a la filosofía que reinaba. Además también pasaba que habían cerrado o habían sido compradas por un proceso de globalización. Ya no había ni una editorial donde golpear una puerta, ni siquiera para presentar un manuscrito que no te iban a publicar”, agregó Simón.

“Entonces, empezaron a autogestionarse de alguna manera, se fotocopiaban lo que escribían, pegaban los libros como podían, y empezaron a venderlos en la calle. Y en la calle se fueron encontrando con otros que estaban haciendo lo mismo, nos fuimos encontrando, y un día dijimos: ‘Che, ¿si en vez de hacer una “contra Feria del Libro”, hacemos una Feria del Libro Independiente?’ Que también es pararse un poco en contra de “algo” pero al menos no es dependiente”.

“En el 2006 se hizo una, salió muy bien y se empezaron a incorporar cada vez más. La gente que se autoeditaba, algunos lo hacían mejor, otros peor, y a los que le salía mejor empezaron a ofrecerse para editar a los demás, y a enseñar a otros, entonces se generó todo un movimiento. Cosa extraña esa, porque el escribir es muy individual. Se formó, entonces, un movimiento muy pensante, porque en los libros no va solo la poesía, los cuentos, va también el pensamiento”, contó Simón Ingouvelle.

La FLIA mundial

“Un día nos llegó un mail que decía: ‘Vamos a hacer la FLIA en Chile ¿Qué hay que hacer?’. Y nosotros no les dijimos nada, porque tampoco hay mucho para decir, solo que sea participativa y gratis. No se puede tampoco andar diciendo en otros lugares cómo tienen que hacer las cosas. Si ya levantan la palabra FLIA, es porque ya la tienen más o menos clara y no hay más que agregar. Después empezó la FLIA en La Plata, luego en Rosario y ya perdimos el rastro, hay FLIA Tapiales, FLIA Necochea, Misiones, hay en Bogotá, otra en Quito, París, Punta del Este, Montevideo, etc. Cada FLIA está intercomunicada, tratamos de no superponernos”, siguió Simón.

Hay muchas maneras de comunicarse con las Ferias del Libro Independiente Autogestivas que hay en todos lados. Basta con poner la frase en algún buscador de internet, o en Facebook. “Acá en Mendoza existe la Feria del Libre, me parece que más vale sumarse a esa iniciativa que armar una FLIA”, cerró Ingouvelle.

Y hablando de la Feria del Libre…

Desde el 2008 en Mendoza se empezó a gestar lo que ahora se conoce como Feria del Libre. Se trata de un grupo de editores, editoras, periodistas, artistas y un largo etcétera que, a los ojos del Ministerio de Cultura de la provincia, representaban la voz “under”. De tanto encontrarse en las sucesivas Ferias empezaron a organizarse y darle a esa voz “under” algo más “up”. “Nos encontramos todos los independientes, que más o menos estábamos en la misma, interactuando con el Estado pero de una manera orgánica, y empezamos a pensarnos. En ese pensarnos salió que lo cultural, actividad a la que nos dedicamos, implica un montón más de cosas que solo la publicación, el libro o la literatura en sí. La literatura está atravesada por un montón de temas hoy en día, al igual que los autores; no somos ‘el escritor que está en la torre de marfil que baja y dice algo interesantísimo’. Esto hace rato que no es así”, dijo en la misma entrevista Claudio Rosales.

“Nos hubiese gustado un montón estar en esta Feria pero, debido a la gente que está gerenciando este lugar (Centro Cultural Julio Le Parc), y está al frente de ciertas decisiones de Cultura -que son personas muy egoístas-, se ha hecho muy difícil llegar a algún acuerdo. Cultura (el Ministerio) ha querido discutir a lo grande, a lo nacional; y hacia adentro, hacia la provincia, no quieren dar el debate con los escritores, con los editores actuales, contemporáneos, que estamos vivos. Es mucho más fácil poner en un plotter el poema o las palabras de algún pensador que ya está muerto –y que seguramente sus palabras todavía tienen una carga muy fuerte-, pero es mucho más difícil poner a hablar a alguien como nosotros, o que nosotros tengamos una injerencia dentro de la feria”, concluyó Rosales.

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