Los argentinos duermen dos horas menos que hace 50 años

Durante el último tramo del siglo XX y estos primeros años del siglo XXI, en este país se duerme dos horas menos que en la década del 70. Así lo reveló un reciente estudio realizado por el Conicet. Cuál es el impacto mental y físico a corto y largo plazo. Los detalles y el análisis de los expertos.

Los argentinos duermen dos horas menos que hace 50 años

Fotografía extraída del blog "La vida y más".

Sociedad

Unidiversidad

Unidiversidad /Télam

Publicado el 25 DE ENERO DE 2018

El estudio que buscaba conocer los horarios, duración y calidad de sueño en nuestro país dio como resultado final que 50 años atrás dormíamos dos horas más que en la actualidad. El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas advierte sobre los problemas que acarrea el dormir mal.

Para conseguir las estadísticas Crono Argentina realizó la encuesta “¿Cómo, cuánto y cuándo dormís?” a personas mayores de 13 años. Las preguntas estuvieron relacionadas con sus preferencias diarias y hábitos de sueño. Además, se obtuvo la información de datos demográficos (edad, lugar de residencia), sociológicos (estado civil, trabajo, estudios, hábitos de consumo) y de biotipo (altura, peso). El trabajo que realizaron los científicos fue cruzar todos los datos obtenidos a través de la página web http://www.cronoargentina.org/.

Los investigadores involucrados en el proyecto son los argentinos Diego Golombek y María Juliana Leone, con colaboración de la holandesa Marina Giménez. Todos pertenecen al laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ)-Conicet. La cronobiología es la disciplina que investiga el tiempo que tiene que ver con nuestros ritmos biológicos.

Diego Golombek comentó a Télam Radio que en la actualidad “no hay datos fidedignos a nivel nacional sobre el sueño”.

“Las deficiencias del sueño tienen una relación directa con alguno de los fantasmas contemporáneos, como la obesidad, la diabetes e incluso el tabaquismo. Dormir por debajo de las ocho horas diarias implica estar cansado y cambiar el estado de ánimo. Eso hace que uno se enferme más, porque se está más susceptible tanto a las infecciones como al cáncer”, explicó Golombek.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas para mantener un óptimo estado físico, emocional y mental.

 

Tabaquismo

Fumar puede provocar el edema de Reinke, enfermedad relacionada directamente con el humo del tabaco, que provoca irritación crónica de las cuerdas vocales. Consumir cigarrillos provoca congestión nasal. Debido a que la respiración que debería hacerse por nariz, al estar esta obstruida comienza a realizarse por la boca,aparecen los ronquidos. Además pueden sentirse apneas, que son episodios de ahogo en la noche por el colapso total o casi total al interior de la faringe: la persona para de respirar momentáneamente y experimenta una baja en los niveles de oxígeno de la sangre.

La nicotina, un compuesto activo que provoca adicción al tabaco, es un estimulante; por lo tanto, afecta la calidad del sueño y puede provocar insomnio. Según los estudios, pese a todas las normativas internacionales contra el tabaco, las mujeres hoy fuman más que antes.

 

Ansiedad

Según informa elespectador.com, la falta de sueño se relaciona con la tendencia a comer en cantidades mayores en calorías y carbohidratos, pero depende de la elección de cada persona consumir o no alimentos "chatarra".

Por otra parte, conducir con sueño disminuye los reflejos que se necesitan al manejar. Al salir a la calle, cualquier persona debe tener todos sus sentidos alerta a cualquier cicunstancia, aún siendo peatón.

Al parecer, bajar un cambio y dedicarle tiempo al buen descanso, no sólo de calidad sino también de calidad, es escencial para nuestra calidad de vida y nuestra salud a mediano y largo plazo.

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