Los bandidos más renombrados

Bairoletto no fue una excepción: hubo muchos otros casos de personajes fuera de la ley que se convirtieron en símbolos. En la nota, algunos de ellos.

Los bandidos más renombrados

Foto del prontuario de Mate Cosido.

Sociedad

Historia de bandidos

Unidiversidad

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Publicado el 14 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Entre fines del siglo XIX y principios del XX, en medio de un Estado recién constituido, surgieron algunas figuras que representaron, para los sectores marginados, una resistencia al “progreso” en la que Argentina se estaba involucrando. En un país dirigido por las élites económicas, los bandidos rurales, criminales con fama de no robar a los pobres y de compartir el botín, fueron acogidos y muchos de ellos, venerados.

 

Mate Cosido

Segundo David Peralta, tenía una pequeña cicatriz en la cabeza que le dio su alias, que nada tenía que ver con la infusión. Había nacido en Tucumán, pero la parte más intensa de su vida ocurrió en el Chaco.

Trabajó en una imprenta, era culto y planificaba sus golpes al detalle. Se dedicó a robar a firmas como Bunge & Born, Dreyfus y La Forestal, empresas que aportaban grandes sumas de dinero a la Gendarmería para dar fin a sus correrías.

Mate Cosido, "el bandido de los pobres", escribió algunas notas en la revista Ahora en las cuales justificaba sus robos, explicando que los verdaderos ladrones eran los que explotaban al trabajador y al suelo argentino. Su fama de ladrón con conciencia llegó hasta Buenos Aires.

Al igual que Bairoletto, Cosido tuvo una novia que también estaba involucrada con un agente y eso profundizó la inquina policial. En 1940 fue emboscado y salió muy herido. A pesar de haber logrado escapar, nunca volvió a aparecer.

 

Martina Chapanay

Fue una guerrillera nacida en San Juan de Cuyo, en 1800; se discute si fue en las Lagunas de Guanacache o en el Valle de Zonda. Hija de Ambrosio Chapanay, último cacique huarpe de ese lugar, y de Mercedes González, una cautiva blanca robada a fines del siglo XVIII.

Entre otras hazañas, se distinguió por haber vengado la muerte del caudillo riojano Ángel "El Chacho" Peñaloza. La tumba de Martina Chapanay es centro de una devoción popular porque compartía el fruto de sus robos con los más humildes, y continúa reuniendo a cientos de devotos en el pueblo sanjuanino de Mogna, donde falleció en 1887.

 

Santos Guayama

José de los Santos Guayama nació alrededor de 1830 en Guanacache, provincia de San Juan. Su padre, Gregorio Guayama, se había asentado en la zona hacia 1826, ocasión en la que adqurió una finca llamada “Cruz de Jume” en el distrito Las Lagunas. Por la denominación de este lugar es que, con el correr del tiempo y la aparición del mito, José Santos Guayama recibirá el mote de "gaucho lagunero".

Luchó, entre otros, como lugarteniente de los caudillos Chacho Peñaloza y Felipe Varela. Como era común en los bandoleros populares, "robaba y repartía", protegía a los más pobres. Un dato curioso son sus numerosas "muertes": se han registrado por lo menos nueve comunicados oficiales sobre su muerte, lo que ratifica la obsesión por librarse de él. Arístides Villanueva, gobernador mendocino, puso especial empeño y no lo logró. Finalmente, Santos Guayama fue capturado y fusilado en San Juan a principios de 1879.

Fue amigo del cura José Gabriel Brochero, quien en varias oportunidades recomendó al gaucho reinsertarse a la vida pública, cuando las acechanzas hacían peligrar seriamente su existencia.  En un documento, el cura Brochero enumera a los cuatro mejores amigos que tuvo en la vida, incluyendo, entre ellos, a Santos Guayama. 

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