Los usos prácticos de pensar en las nubes

Desde el uso de celulares hasta las políticas de lucha antigranizo cuentan con el cielo como ámbito de intervención común. La estratósfera también resulta materia de políticas públicas, de allí la importancia de la realización en la UNCuyo del VII Congreso Argentino de Tecnología Espacial.

Los usos prácticos de pensar en las nubes

Foto: European Southern Observatory

Sociedad

Unidiversidad

Rodrigo Farías

Publicado el 11 DE JUNIO DE 2013

Hace algunos días la UNCuyo fue la sede del VII Congreso Argentino de Tecnología Espacial (CATE). Un encuentro que, de la misma manera que sus ediciones anteriores, tuvo por objetivo establecer marcos de interacción entre profesionales de distintos países, como así también la difusión, divulgación e intercambio de experiencias de los proyectos que se están llevando a cabo actualmente en la materia. En este sentido, participaron especialistas de Brasil, Estados Unidos y México, integrantes de la Compañía ARSAT y alumnos de 38 universidades.

El encuentro se desarrolló entre el 15 al 17 de mayo en la Facultad de Filosofía y Letras y participaron la Asociación Argentina de Tecnología Espacial (AATE), el Ministerio de Agroindustria y Tecnología de la Provincia, el Consejo Profesional de la Ingeniería Aeronáutica y Aeroespacial y autoridades de  la  Universidad Nacional de Cuyo.

La participación del Ministerio de Agroindustria y Tecnología de Mendoza se produjo debido a la importancia estratégica que tiene para la región el desarrollo espacial.

Pablo de León, presidente de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial, en una entrevista con Edición UNCuyo, se explayó acerca de las implicancias prácticas que tienen para la comunidad en general el estudio y el conocimiento del espacio.

¿Qué es lo que se está haciendo en materia espacial actualmente en la Argentina?

Se están haciendo unos cuantos proyectos, se está trabajando en propulsión de vehículos espaciales. Argentina ha sido uno de los pioneros en propulsión eléctrica a través del trabajo de un especialista de Córdoba, Héctor Brito, quien ha desarrollado un motor de plasma que permitirá muy posiblemente alcanzar grandes velocidades en satélites de naves especiales. También se están haciendo un sinnúmero de acciones con motores que funcionan con combustibles sólidos en diferentes lugares del país, en particular en Buenos Aires y Córdoba, y se está trabajando sobre sensores remotos que son satélites de observación de la tierra, que permiten tener imágenes del territorio argentino, sea para el uso de la agricultura, minería, etcétera. También se están confeccionando materiales de usos espaciales, electrónica espacial, entre otras. Por otro lado, para el Congreso se estableció una sección de educación espacial donde se ven todo lo que son programas de divulgación en la temática especial. Es decir, si bien es un congreso de la especialidad, es bastante completo, engloba una cantidad de otras áreas que están relacionadas con el desarrollo espacial.

¿Dónde se estudia ingeniería espacial?

En el país se estudia ingeniaría aeronáutica y luego las personas se pueden especializar en materia espacial. Ha habido a lo largo de los años varias especializaciones y posgrados realizados por la Universidad Tecnológica Nacional y otras universidades en ingeniería aeroespacial. Es una disciplina para la cual uno se va formando, vas a encontrar que hay ingenieros mecánicos que se han formado en temas espaciales, o por ejemplo, ingenieros electrónicos. Sin embargo, existe una gran mayoría de ingenieros aeronáuticos, más que nada porque hay una afinidad de materiales y medio ambiente entre las materias en las cuales se comparte la atmosfera, ni más ni menos.

¿Se está trabajando en algún tema en particular en conjunción con el Gobierno de la provincia?

En realidad ha habido mucho apoyo. Nosotros nos hemos sorprendido porque en congresos anteriores ha habido nula presencia de los gobiernos provinciales. En el caso de Mendoza hubo mucho interés, yo calculo que en parte es por el gran protagonismo que tiene Mendoza en diferentes proyectos espaciales. Por ejemplo, podemos mencionar la existencia del Observatorio Pierre Auger ubicado en Malargüe, o también la antena de estudio del espacio profundo que la Agencia Aeroespacial Europea acaba de inaugurar en Mendoza (en diciembre del 2012), además de una antena para comunicaciones espaciales con una Estación de la Agencia Espacial China que se está haciendo también en Mendoza, entonces, todo esto demuestra de alguna manera que hay un interés de la provincia por colocar estos proyectos acá.

A veces uno dice: “El espacio, ¿de qué manera me afecta?”. Sin embargo, no se percata de que el desarrollo espacial implica construcción de sistemas, obra civil, generación de trabajo para técnicos e ingenieros de la provincia, ya que en la mayoría de los casos las agencias internacionales emplean a las personas del lugar. Esto es algo muy bueno porque representan fuentes de trabajo especializadas con buenos sueldos que se quedan acá en Mendoza.

De hecho, Mendoza es una provincia que tiene un gran acervo en términos espaciales. El pionero espacial de la Argentina, Teófilo Tabanera, mendocino, habló en su momento con Ireneo Cruz, fundador de la Facultad de Filosofía y Letras y rector de la Universidad de Cuyo durante los años 50, y lo convenció para crear el Instituto de Aeronáutica en esta Universidad que, si bien tuvo una vida muy breve, fue el primer instituto aeroespacial de Latinoamérica. Entonces, son algunas cosas históricas que de alguna manera conectan al pasado con algo que está sucediendo ahora, que a su vez conectan a Mendoza con el espacio.

¿Qué función cumple el conocimiento del espacio en la realidad práctica?

El conocimiento del espacio en Mendoza repercute, por ejemplo, en la lucha antigranizo. La lucha antigranizo empieza en la provincia a través de cohetes. En un principio se ocupaban cohetes pequeños que servían para inyectar las nubes con ioduro de plata, en un método parecido al que se usa hoy pero con cohetes; posteriormente se descubrió que la siembra con aviones era mucho más económica y más precisa, por lo que el uso de cohetes se descontinuó.

Sin embargo, en Mendoza se lanzaron, no cientos, sino miles de cohetes antigranizo, que se llamaban CLAG (cohetes de lucha antigranizo) y luego CLAG2. Se lanzaron miles de cohetes que se fabricaban aquí; luego, durante muchos años se utilizaron cohetes de fabricación rusa y posteriormente se utilizaron aeronaves, debido a su menor costo y mayor precisión en el trabajo. De alguna manera, hay una conexión entre la propulsión de cohetes y la lucha antigranizo.

Por otra parte, también está el tema de los satélites, que son útiles por la información que brindan acerca del estado de las nubes. En el tema de la agricultura es absolutamente fundamental hoy en día el uso de satélites. Entonces, muchas veces uno dice: “Bueno, el tema espacial, ¿en qué me puede afectar a mí?”, pero no se da cuenta de que, desde los GPS que uno usa para saber en qué calle se encuentra hasta el partido de futbol que uno pudo ver transmitido en directo desde Europa, toda esa información pasa por los satélites. La gente lo toma como algo de todos los días, pero en realidad uno no piensa que cuando habla con un familiar que está al otro lado del planeta lo está haciendo gracias a los satélites artificiales.

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