Medicinas alternativas, una tendencia que crece

En los últimos años, en parte por la inclinación hacia prácticas naturistas y en parte por escapar del ciclo consulta-estudios-remedio, estas terapias han ido ganando popularidad y son cada vez más los médicos que las eligen como especialidad.

Medicinas alternativas, una tendencia que crece

Foto: gentileza ayurvedabahia.files.wordpress.com

Facultad de Ciencias Médicas

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Luis Francisco Leiva, becario de Prensa de la Facultad de Ciencias Médicas

Publicado el 08 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Muchas veces escuchamos de las personas, y sobre todo de nuestros pares, que el proceso salud-enfermedad se atiende de 8.00 a 21.00, en un consultorio donde hay un diploma, un guardapolvo, un estetoscopio y quizás un termómetro. También escuchamos que el saber médico no tiene comparación y que su aplicación es el camino más apropiado para la cura de las enfermedades. Y cuando uno se apoya en otros paradigmas es inmediatamente desprestigiado.

Sin embargo, la experiencia –diría el filósofo escocés Hume– muestra otra realidad. Los factores que determinan el triunfo de la salud sobre la enfermedad no se limitan a remedios ni a estudios complementarios, sino que también abarcan características individuales de los pacientes: factores inmunitarios, metabólicos, genéticos, hábitos tóxicos y alimentarios, la energía corporal y, principalmente, el estado mental de quien tiene el padecimiento. Este último es uno de los condicionantes del efecto placebo, hoy avalado por la ciencia.

¿Por qué entonces, cuando el paciente, que sufre, ama, piensa y sueña, consulta por terapias alternativas, psíquicas y complementarias, la respuesta de los profesionales tiende a desmerecerlas? Pues bien, lo que más asusta a la gente es lo contrario a sus hábitos. Sin embargo, la historia reivindica a estas últimas ya que, otrora, las civilizaciones curaban sus dolencias con tratamientos que hoy son "no convencionales".

¿Qué pasó?

Las vicisitudes de la medicina son difíciles de explicar. El éxito de los antibióticos, el auge de la industria farmacéutica, el admirado papel del médico y la rapidez con que las terapias actuales alivian las dolencias, fueron rezagando a las demás prácticas. Pese a esto, son muchos los que hoy en día reivindican prácticas antiguas. Actualmente, las medicinas alternativas están recuperando parte del terreno perdido, no para desplazar a la medicina contemporánea sino para posicionarse como una opción para quienes la soliciten.

Surge entonces la pregunta: ¿Qué es la medicina alternativa? Inmediatamente pensamos en "sanadores" y corbatas. Y es aquí donde es menester escapar a la errónea idea de que está relacionada con curanderos y compositores.

Cuando se habla de medicinas alternativas se hace referencia a un grupo de terapias que afirman tener la capacidad curadora de la medicina convencional pero que no tienen un sostén científico completo. Entre sus ramas encontramos la medicina oriental (que no existe para el nipón ni el chino), la acupuntura, la terapia musical, la osteopatía, la naturopatía, la homeopatía, la psicología analítica y la medicina aiurvédica –que forma parte del sistema de salud de la India–, entre otras.

¿Por qué entonces, si no tienen un sustento científico, deberíamos acudir a ellas o dedicarnos a su estudio? Entre sus múltiples ventajas encontramos que sus técnicas son menos agresivas para el cuerpo y tienen menos efectos secundarios, permiten al paciente proponer en cierta forma su propia solución, son económicas y dan lozanía a los pacientes al no enfocarse en un solo órgano o sistema. Además, sirven para prevenir enfermedades, se usan como terapias paliativas y permiten conocer las diversas maneras de curar según etnias, culturas, épocas, creencias y paradigmas, lo cual alimenta el espíritu de estudio.

¿Por qué, si son tan fructíferas, no cuentan con la aprobación del mundo médico y generan tanta controversia? Porque sus productos no cuentan con los controles de calidad de los medicamentos actuales, sus efectos actúan lentamente sobre los síntomas que causan la enfermedad y tienen una eficacia menor para aliviar problemas agudos. Por otro lado, las dosis varían de un terapeuta a otro y no son válidos en casos de emergencia.

Sin embargo hoy, por necesidad o moda, sabemos que no son prácticas tan secretas u ocultas. Distintas encuestas hechas por el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa de EE.UU. y la BBC arrojaron que cerca del 40 % de la población estadounidense y británica recurre a ellas temporal o permanentemente; que, además, ambos tipos de prácticas no son antagónicas sino que existen límites difusos entre ellas y en repetidas oportunidades estas "dos medicinas" han terminado por complementarse.

Hablar bien de estas terapias no es un felonía a la ciencia ni a lo que los médicos estudiaron en la facultad. Si ubicamos la mente y el raciocinio por encima de todo lo demás, sin dar lugar al espíritu o, en sánscrito, al akasha, terminamos criticando y acabando con todo. Los médicos no tienen el derecho de privar al hombre de su libertad. La medicina convencional, que es bella y apasionante, no es apodíctica y los pacientes deberían siempre tener una segunda opción real.

 

¿Cuáles son las terapias alternativas más utilizadas?

Psicología Analítica

Las observaciones realizadas hace casi 100 años por Carl Gustav Jung sobre la psique humana continúan tan actuales como en aquellos tiempos. La necesidad del hombre, arquetípica, de conocer y relacionarse con los aspectos ocultos del alma se manifiesta hoy en los pacientes que concurren a la consulta con síntomas psíquicos o físicos de difícil resolución o refractarios a los tratamientos habituales. La psicología analítica contempla esta dimensión, hoy olvidada en los consultorios, y nos proporciona las herramientas terapéuticas necesarias para guiar al paciente hacia el desarrollo completo de su personalidad, es decir, hacia la individuación.

Homeopatía

Fue creada en el siglo XVIII por Samuel Hahnemann y propone que "lo similar cura lo similar". Propone como medicina una alternativa en el enfoque terapéutico del paciente. El foco está dirigido al paciente y a su individualidad, a su modo de ser, de sentir y su particular forma de enfermar.

Se ocupa tanto del plano físico como del mental, sin dejar de lado el emocional. El tratamiento es sistémico e integral y sus remedios son diluciones muy pequeñas de la sustancia que en grandes cantidades enferma. Al estar tan diluidas, no presentan efectos adversos ni contraindicaciones.

Osteopatía

Fue creada por Andrew Taylor Still, médico y sacerdote, hace 130 años. Es un método terapéutico suave, que busca detectar irregularidades en los distintos sistemas del cuerpo (articular, muscular, nervioso, visceral y los líquidos corporales) al considerar que todos trabajan conjuntamente y por tanto, la afección de un sistema puede alterar el funcionamiento de los otros.

El terapeuta sentirá con sus manos las tensiones o bloqueos del paciente y, a través de manipulaciones articulares y técnicas de movilización y estiramiento, permitirá la liberación y la movilidad del sistema muscular, óseo, articular y de los líquidos en general, para estimular la autocuración del paciente.