Miranda: “Mi papá era un perejil”

El demócrata Sergio Miranda, ex funcionario del radical Julio Cobos y del peronista Celso Jaque, que invitó a Mendoza a la defensora de militares condenados por delitos de lesa humanidad, Cecilia Pando, es hijo del represor condenado Ricardo Benjamín Miranda Genaro. En diálogo con Edición UNCUYO, justificó la visita de esta mujer y defendió a su padre. Su pasado.

Miranda: "Mi papá era un perejil"

Afiche de la asociación en apoyo a los condenados por crímenes de lesa humanidad. Foto: Edición UNCUYO

Sociedad

Unidiversidad

Laura Fiochetta

Publicado el 18 DE NOVIEMBRE DE 2013


No era público el estrecho parentesco de Sergio Miranda con un represor condenado a prisión perpetua por homicidio triplemente calificado en el último juicio por delitos de lesa humanidad que se hizo en Mendoza, hasta que se le ocurrió convocar para mañana a una actividad que tendrá como principal protagonista a Cecilia Pando, la mujer del exmilitar Pedro Mercado y acérrima defensora de los represores de la última dictadura (1976-1983). Los organismos de derechos humanos alertaron sobre esta visita y, luego de una investigación realizada por el periodista de Radio Nacional Rodrigo Sepúlveda, se supo que Miranda, quien había sido director de la cárcel provincial durante el Gobierno de Julio Cobos y exsenador por el Partido Demócrata, es hijo de Ricardo Benjamín Miranda Genaro, jefe del D2 durante 1977. “Hemos confirmado que el ex funcionario es hijo de Miranda Genaro, quien actualmente cumple prisión domiciliaria por razones de salud”, advirtió el periodista a Edición UNCUYO. En tanto que el exfuncionario admitió su filiación con el condenado exmilitar en diálogo con esta publicación. “Mi viejo está con prisión domiciliaria”, dijo primero. “Era un perejil”, remató.

Es que, en principio, Miranda había dicho públicamente que la actividad con Pando era para hablar de la situación de las cárceles en Argentina. De hecho, el acto será mañana martes a las 20.00 pero aún no tiene lugar preciso. Iba a realizarse en el Auditorio Adolfo Calle que pertenece a Diario Los Andes, pero el matutino decidió cancelar esa actividad cuando conoció quien sería la principal disertante. Ahora, con este antecedente desconocido del demócrata, se armó una polémica que trasciende las fronteras locales.

Edición UNCUYO habló con el exfuncionario y este aseguró: “Lo de mi viejo es un capítulo aparte, un tema personal; tiene prisión domiciliaria otorgada por los jueces porque tiene 80 años, cáncer y riesgo de muerte súbita”. Luego de esta descripción, Miranda defendió a su padre: “Fue el único cuya condena tuvo un voto en disidencia”. Cuando esta publicación le recordó que su padre había sido jefe del D2 entre agosto y diciembre de 1977, el demócrata aseveró: “Mi padre era un perejil, el genocida era Videla”.

Sin embargo, la condena a Miranda Genaro, junto a la de otros cuatro represores, fue la siguiente: “prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua, accesorias legales por igual tiempo del de la condena y costas, por ser coautores mediatos, penalmente responsables, de los delitos de: privación abusiva de la libertad agravada por mediar violencias y amenazas (arts. 144 bis inc. 1° y 142 inc. 1° del Código Penal, texto conforme leyes 14.616 y 20.642) y homicidio triplemente calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas y con el fin de procurar la impunidad (art. 80 incs. 2°, 6° y 7°, texto según ley 21.338), por dos hechos en concurso real, en perjuicio de Antonia Adriana Campos de Alcaráz y José Antonio Alcaráz; sustracción de un menor de diez años (art. 146 del C.P., texto según ley 11.179), en relación con el menor Martín Antonio Alcaráz; robo agravado por haberse cometido con armas (art. 166 inc. 2°, del C.P., texto según ley 21.338), por un hecho, en perjuicio del matrimonio Campos-Alcaráz y autor del delito de asociación ilícita (art. 210), todos del Código Penal y en concurso real (art. 55 del C.P.), calificándolos como delitos de lesa humanidad y cometidos en el contexto del delito internacional de genocidio (arts. 12, 19, 29 inc. 3°, 40 y 41 del C.P.; 530, 531 y concordantes del Código Procesal Penal de la Nación)”.


























Ricardo Benjamín Miranda Genaro, jefe del D2 en 1977


En defensa de los militares presos

Además de defender a su padre, Miranda dijo “ser crítico con la dictadura militar”. Aseguró ante la consulta de esta publicación: “Siempre he sido crítico con la dictadura y lo seguiré siendo. Estoy a favor de los juicios”, se defendió.

Pero ¿por qué invitó a Pando? El demócrata, exfuncionario y conductor del programa Zoom, de Radio Nihuil, explicó: “Estamos trabajando en un protocolo para mejorar las condiciones de los presos mayores de 60 años y Pando conoce sobre esa situación”, aseguró. Pero, al decir que “en Mendoza los presos mayores son unas 35 personas”, admitió que “la mayoría está condenado por delitos de lesa humanidad”.

Sobre la disertación de Pando, que será mañana a las 20.00 en un lugar incierto, Miranda prometió: “Yo no voy a permitir que Cecilia se desubique en un comentario”. Es que esta mujer es conocida por sus declaraciones públicas a favor de los represores (y es la titular de la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de la Argentina) e incluso fue condenada a 5 meses de prisión en suspenso por haber agraviado a las Madres de Plaza de Mayo.

En la función pública

Sergio Miranda ha tenido numerosos cargos públicos. Fue senador provincial por el partido demócrata en el período 1999-2003. En ese cargo, se desempeñó como presidente del Bloque Demócrata, secretario de la Comisión de Educación, vicepresidente de la Comisión de Reforma del Estado y presidente de la Comisión Bicameral de Seguridad.

Luego asumió como funcionario de Julio Cobos. Entre fines del 2003 y hasta diciembre de 2004 se desempeñó como encargado de Relaciones Institucionales de la Dirección de Cooperativas y como asesor del Ministerio de Gobierno en los temas de políticas de transparencia, reforma y modernización del estado. A fines de 2004 asumió como director del penal provincial, cargo que ocupó hasta agosto de 2005. Fue duramente criticado por los abogados de derechos humanos Pablo Salinas y Diego Lavado por “los internos sin atención médica”, entre otros puntos.

Con Celso Jaque en el poder fue subsecretario de Relaciones con la Comunidad, tras la alianza con el PD que duró tres meses. Esa alianza se deshizo luego de que se conociera que el subsecretario de Seguridad Carlos Rico, puesto por los demócratas, había sido funcionario de la dictadura y quien, de hecho, hoy está preso.

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