Ni "rentismo" ni asistencialismo

El secretario técnico del Programa Iberoamericano de Cooperación en Gestión Territorial, Rafael Echeverri, disertó en la UNCUYO sobre las políticas públicas, el papel clave de la universidad y la importancia de los observatorios.

Ni "rentismo" ni asistencialismo

Foto: Prensa de Rectorado

Sociedad

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 02 DE OCTUBRE DE 2014


“Ni rentismo, ni asistencialismo, ese es el lema de las políticas públicas modernas”. Rafael Echeverri, secretario técnico del Programa Iberoamericano de Cooperación en Gestión Territorial, compartió esta reflexión durante una exposición que realizó en la UNCUYO y recalcó el papel preponderante que tienen las universidades, tanto en el proceso de elaboración como en el de seguimiento y evaluación de las políticas públicas.


Echeverri fue la voz autorizada en el primer encuentro sobre "Universidad y Políticas Públicas: aportes teóricos y metodológicos para el diseño de las políticas públicas", que se concretó en uno de los cilindros del Centro de Comunicación e Información de la UNCUYO (Cicunc).

Al colombiano, que desempeñó números cargos en su país, desde viceministro de Agricultura hasta director del Departamento de Estadísticas, lo escucharon alumnos, profesores, investigadores y funcionarios. 

Actualmente es secretario técnico del  Programa Iberoamericano de Cooperación en Gestión Territorial, un ámbito en el que participan doce países, cuyo principal objetivo es construir un nuevo escenario que les permita compartir teoría y práctica sobre sus políticas públicas.

Echeverri explicó el lema de las políticas públicas modernas, el que dice que no son rentismo ni asistencialismo. Dijo que el primer término es igual a tener empresarios que en su función de costos incluyen los subsidios del Estado, o sea, que no piensan que por sí solos deben lograr un equilibrio; el segundo está referido al grupo de ciudadanos que supone que la solución de sus problemas vendrá de la mano del asistencialismo. Ambas ideas, comentó, suelen ser defendidas e impulsadas por políticos que piensan más en los votos que en el bien común.

El especialista aseguró que América Latina está frente a una gran oportunidad y a un desafío en materia de políticas públicas, porque la temática está en formación desde la realidad de los procesos sociales y políticos y no desde una élite o desde las recetas de organismos internacionales, a los que, aseguró, debemos muchas de las estructuras institucionales que tenemos.

Echeverri comentó que los organismos internacionales no le dieron importancia al tema de las políticas públicas, por eso no tienen un manual, una guía –como para otros cientos de temas–, por lo que el desafío es elaborarlo con los propios actores y a partir de su propia realidad. Dijo que están los hechos y que ahora es necesario “ponerles teoría”.

Para dejar las cosas en claro, el disertante señaló que no se puede confundir lo político con el Estado y con la política pública. Al primer concepto lo definió como la necesidad de construir, por medio de la democracia, distintos mecanismos para gestionar el conflicto en forma razonable. Señaló que de la estructura política se desprende el Estado de derecho basado en un pacto, es decir que la sociedad en su conjunto delega el poder en el Estado. Recalcó que justamente para cumplir con ese pacto es que se desarrollan modelos, decisiones, líneas de acción, herramientas, que son las políticas públicas.

Son esas herramientas sobre las que los países latinoamericanos están compartiendo experiencias. Señaló que el primer paso era reconocer las transformaciones en el Estado, como el incremento de poder de la sociedad civil, la enorme presión ejercida por el mercado y el poder de los medios masivos de comunicación, que pueden manipular opiniones, mensajes y que “nos ponen a hablar y a interpretar como el poder quiere”.

Otro de los cambios que para Echeverri es indispensable tener en cuenta cuando se analizan las políticas públicas es el paso de la centralización a la territorialización, ya que cada vez son más las competencias y los recursos a nivel regional, una verdadera puja de poder entre lo local y lo nacional.

El especialista colombiano recalcó que era imprescindible considerar estos nuevos escenarios, ya que indefectiblemente se replicarían en nuevos modelos de políticas públicas, es decir en nuevas herramientas, líneas de acción, dirigidas al fin último del desarrollo.


El papel de la universidad

El ex consultor de la Cepal planteó durante el encuentro organizado por el Área de Políticas Públicas (APP) de la UNCUYO el papel clave que tiene la universidad en esta temática y recalcó que, como gestora de conocimiento, era una aportante fundamental para lograr procesos de modernización del Estado.

Echeverri dijo que la universidad debía mantener siempre su espíritu crítico, ya que seguía teniendo ese papel fundamental de reflexión, de ir más allá de lo inmediato, de construir un pensamiento profundo, una postura ética y social para el beneficio de todos. “El día en que la universidad pierda su capacidad de dudar, de criticar, va a perder su capacidad de generar conocimiento”.

El experto también planteó el papel central de la universidad en relación con las políticas públicas. Primero, porque forma a quienes toman decisiones, les da una impronta y, segundo, porque es un actor clave en los procesos de planificación, de seguimiento y de evaluación del impacto de las mismas.

En este punto aplaudió la iniciativa de la UNCUYO de potenciar los observatorios, especialmente el de políticas públicas, porque aseguró que funcionan como un pivote entre lo que ocurre en el Estado, la sociedad y las reflexiones que puedan aportar los especialistas.

Echeverri remarcó que, a través del observatorio de políticas públicas, la UNCUYO podía contribuir a apoyar los procesos públicos y también constituirse en el espacio desde donde se exija una rendición de cuentas, en representación de la sociedad. 


Construir a largo plazo

Uno de los factores de la política pública que marcó Echeverri fue la sostenibilidad. En este sentido, dijo que en América Latina se iban generando procesos más permanentes, a largo plazo, con un comportamiento regular, aun cuando fueran a cambiar los actores políticos.

Echeverri comparó la construcción de una política pública sostenible con la de una catedral, que tarda 150 años en levantarse y donde cada uno de los actores crea y hace posible una parte: los cimientos, las paredes, el techo.

El especialista dio como ejemplo el proceso que lleva adelante Mendoza respecto del ordenamiento territorial. Consideró que, más allá de las marchas y contramarchas y de los cambios de funcionarios, se logró elaborar un plan, una ley y continuar las etapas previstas en la norma.

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