¿Qué hace de Mendoza una zona sísmica?

¿Qué hace de Mendoza una zona sísmica?

Foto: gentileza Mendoza Travel

Sociedad

Mendoza y los sismos

Unidiversidad

Sabrina Cereda, becaria de Prensa de la Facultad de Ingeniería

Publicado el 16 DE SEPTIEMBRE DE 2015

El Gran Mendoza está localizado en una zona sísmicamente activa dentro de Cuyo. Esto se debe a que la región se ubica sobre la placa continental sudamericana, la cual, en su movimiento hacia el oeste, se enfrenta con la placa oceánica de Nazca, justo a lo largo de la fosa oceánica Peruano-Chilena. Esta interacción entre placas ha contribuido durante millones de años a la ubicación de las zonas volcánicas y sísmicas, y a lograr la configuración actual del Sistema Andino.

El doctor Francisco Mingorance, Jefe del Área de Geología de Terremotos y Peligro Sísmico del Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (IMERIS) de la Facultad de Ingeniería, afirma que “los esfuerzos tectónicos compresivos actuantes han favorecido el desarrollo y localización de varias fuentes sismogénicas (fallas activas que generan terremotos) cercanas, que amenazan al Gran Mendoza”. Cada fuente sismogénica potencial cumple su propio “ciclo sísmico”, acumulando energía durante un período de tiempo determinado, unos pocos siglos o miles de años, liberando luego dicha energía mediante un terremoto.
 

Sismo o terremoto

El especialista considera que es de gran importancia para la concientización diferenciar entre un sismo y un terremoto: “Un evento sísmico puede ser menor, puede ser sentido por la población o ser solamente registrado por aparatos sensibles, y sigue siendo un sismo. En cambio, un terremoto es un evento sísmico destructivo, que se da con una cierta magnitud y una cierta localización”.

Para Mingorance, la introducción del concepto en una etapa temprana ayuda a una mejor concientización para el manejo de la emergencia. "Me gusta hablar de terremotos y no de sismos porque en los manuales de procedimiento, de manejo de la emergencia, debería pensarse en un terremoto destructivo, no en un evento menor”, argumenta.
 

Influencia de la actividad sísmica de Chile en Mendoza

Mingorance señala que los mega-terremotos del país trasandino ocurren en la zona de subducción donde la placa sudamericana interactúa con la placa oceánica de Nazca, y allí pueden ocurrir terremotos tsunamigénicos pero que no afectan directamente a nuestra Provincia. “Un enorme terremoto en la zona de subducción chilena no anticipa daño local significativo en el Gran Mendoza, porque esa enorme energía liberada se va a atenuar con la distancia”, advirtió.

“Lo que puede producir daño local son los eventos mucho más chicos y cercanos, que pueden estar asociados con actividad futura de las fuentes sismogénicas que tenemos en las cercanías del Gran Mendoza. Esos eventos van a ser de mucho menor duración pero muy violentos y van abarcar un área mucho más pequeña de daño que lo que hubiera sido un evento chileno en su zona epicentral” explicó.
 

Zonda, volcanes y predicciones

El experto, posgraduado en la Universidad de Tokio, desentrañó algunas de las hipótesis que la sociedad mendocina construye como causas del surgimiento de eventos sísmicos. En el caso de la asociación entre el viento Zonda y la ocurrencia de un terremoto, el geólogo aclaró que “no hay ninguna relación porque el evento sísmico ocurre en la corteza, a varios kilómetros de profundidad, mientras que el otro es un fenómeno meteorológico. Por lo tanto, no hay relación entre uno y otro. Podrá ser una casualidad, pero no tiene nada que ver una condición climática con la ocurrencia de un terremoto”.

Otra de las ideas erróneas está asociada con la relación entre la erupción de volcanes y la actividad sísmica severa. “La actividad volcánica no va a producir un terremoto destructivo como el que ocurrió en 1861 en el Gran Mendoza. Es cierto que libera energía sísmica, pero los eventos son muchos más pequeños”, aclaró.

El experto sostiene que los terremotos no pueden predecirse pero que, a través de la investigación científica, se puede llegar a conocer el comportamiento pasado de una falla activa determinada, evaluar su potencialidad sísmica y estimar el escenario sísmico futuro esperado en un área urbana dada, como el Gran Mendoza y alrededores.

 

Por Sabrina Cereda, becaria de Prensa de la Facultad de Ingeniería