Oh! Vamos a volver

A pesar de haber disputado uno de los peores partidos del semestre, Gimnasia es finalista del Federal A tras imponerse a Cipolletti 4 a 3 en la definición por penales con un Viola vestido de héroe que atajó 3 remates.

Oh! Vamos a volver

El Lobo busca volver al Nacional B.

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Gonzalo Nuñez

Publicado el 04 DE JULIO DE 2017

Pasadas las veinte horas del sábado, el Víctor Antonio Legrotaglie se tiñó de blanco y negro gracias a las más de 10 mil almas que fueron a 'bancar' al Lobo en una parada decisiva. Los jugadores salieron a la cancha y el cielo se cubrió de humo, acompañado por bengalas rojas y verdes que la hinchada usó para recibir y motivar al elenco mensana. Cipolletti utilizó sus colores tradicionales –los mismos que Gimnasia–, por eso el Lobo debió vestirse de rojo.

Novelli dio el pitazo inicial y el Legrotaglie rebozó de alegría. Gimnasia volvió a soñar con una final tras el recuerdo de aquella ganada ante Talleres de Córdoba hace tres años. La labor del colegiado fue cuanto menos cuestionable, ya que apenas inició el partido, a la salida de un córner, Cucchi remató desde afuera del área y la pelota impactó en la mano de un defensor del conjunto patagónico. “Siga, siga”, dijo el árbitro. Posteriormente, Werner se escapó y Curbelo salió a cortar bruscamente al 9 de Cipolletti. Novelli decidió amonestar al delantero porque, para él, había simulado la falta.

Inmediatamente después de esta jugada llegó el gol de Cipolletti: una pelota quedó boyando en el área, el central Damián Jara la pateó de chilena y la colocó en el ángulo del arco que defendía Viola. En el festejo el central se quitó la camiseta, por lo que vio la tarjeta amarilla.

El campo de juego fue otro protagonista del la noche. El –no tan verde– césped estaba “quemado” en, por lo menos, el 40 % de su extensión, lo que dificultó mucho el juego de ambos equipos. Su primera víctima fue el paraguayo Palacios Alvarenga, que, después de eludir a dos jugadores y enfrentar a Alasia pateó mordida una pelota que se fue lejos del arco.

Gimnasia tuvo falencias muy serias en defensa: los centrales estuvieron perdidos, los laterales no podían volver, los volantes no marcaron; Cipolletti aprovechó muy bien estas desatenciones y complicó  a Viola en más de una ocasión. Lo de Gimnasia en ataque fue apenas mejor que en defensa: El Mago Oga no apareció y el Lobo se limitó a tirar centros, ya que se veía a Alasia con más de una dificultad para despejar. Cipolletti apostó a salir de contra, pero no pudo concretarlas debido al ya mencionado campo de juego.

Novelli siguió con su noche negra, favoreciendo a ambos lados: a los 26 minutos no cobró una falta evidente sobre Garro e inmediatamente después no le mostró una amarilla a Corvalán, la que lo hubiera sacado del partido, ya que el 6 mensana se encontraba amonestado.

La idea de juego del equipo rionegrino fue más que clara: cada vez que recuperó la redonda, tiró un pelotazo a la zona los defensores rivales, que fueron presionados por Werner y Opazo. Los delanteros recuperaron la pelota y ya se encontraron a escasos metros de Viola para intentar rematar. Para colmo de males, Gimnasia también intentó salir jugando desde abajo y se complicó solo al ser presionado.

Las desatenciones del Lobo fueron de tal magnitud, que en 32 minutos Carrasco envió un cambio de frente defectuoso al sector derecho, Oga y Marín fueron solos a buscar la pelota, ambos se molestaron entre sí y terminaron regalando un lateral a Cipolletti.

La gente comenzó a impacientarse porque Gimnasia no logró poner en aprietos a su rival. El alivio llegó cuando Novelli señaló el final del primer tiempo. El Lechuga Alaniz debió haber abofeteado, insultado y  zamarreado a más de un jugador porque al comenzar la segunda mitad, el Lobo fue un equipo completamente distinto y salió a buscar el empate con el ímpetu que una semifinal amerita.

A los 52 minutos llegó el empate. Tras una jugada elaborada por el sector izquierdo, Yaír Marín conectó un remate fortísimo con una pelota que había quedado rebotando. El 3 caracol había sido uno de los peores rendimientos del primer tiempo, pero vaya a saber uno qué fue lo que le dijo Alaniz en el descanso, porque en la segunda mitad jugó un verdadero partidazo.

Cipolletti sintió el impacto del gol, e inmediatamente salió a intentar poner el marcador a su favor nuevamente, pero los remates de Weiner y Opazo se fueron desviados. Gimnasia estaba envalentonado y puso a su rival contra su arco durante casi todo el segundo tiempo.

A los 65 minutos, Alaniz metió mano en el equipo por primera vez, quitó a Oga y en su lugar puso a Matías “Chimi” Navarro. El 10 del Lobo no estaba teniendo su mejor partido y el chiquitín podía aportar más al equipo mediante su velocidad y gambeta. Además, Cipolletti se estaba sobrecargando de amonestados y el DT tenía en claro que, en esa situación un revulsivo, puede causar estragos a la defensa.

Diez minutos más tarde, Cipolletti tuvo una chance clarísima, pero Viola contuvo con el cuerpo el remate de Opazo. Inmediatamente el arquero sacó la contra, Palacios Alvarenga recibió un pase desde la izquierda que llegó a cortar justo Alasia. Ambos jugadores chocaron violentamente, pero fue el ex-Gimnasia quien se llevó la peor parte y tuvo cierta dificultad para culminar el encuentro.

El Lechuga buscó el segundo gol poniendo a un cuatro delantero. A Palacios Alvarenga, Cucchi y Navarro se les sumó Agudiak, quien ingresó por Garro. Podría haberlo logrado, pero los remates del Chimi Navarro y del mismo Agudiak se fueron desviados.

El segundo tiempo agonizaba y ambos detés metían cambios de cara a los remates desde el punto penal. En Cipolletti ingresó Farías, que ya conocía a Viola tras su paso por Gimnasia, y en el local ingresó Albornoz, un especialista en la materia.

Novelli puso fin a los 90 minutos y el Legrottaglie fue un manojo de nervios. En el arco de Cipolleti estaba Alasia, quien se había consagrado como héroe cuando todavía vestía los colores de Gimnasia tras atajar un penal en la ida y otro en la vuelta en la final del Federal A ante Talleres. Otro que también fue figura en una definición por penales era el arquero suplente del Lobo, Tomás Marchiori, quien había atajado un penal en la tanda ante Quilmes por Copa Argentina. El único que aun debía la materia era Ezequiel Viola. El hombre nacido en Bahía Blanca aprobaría el examen con creces atajando nada menos que tres penales –a Carrasco, Mellado y Farías–. En el quinto remate, Palacios Alvarenga fallaría el suyo, por lo que subsistiría el empate 2 a 2 y deberían patear penales individuales, Weiner y Garay metieron los dos primeros. El otro héroe de Gimnasia fue 17 de Cipolletti, Jorge Gaitán, quien invadido por una descomunal confianza, intentó emular al Loco Abreu ante Ghana y picó la pelota en su remate, la cual se fue por encima del travesaño. Ahora Gimnasia estaba a tan solo un penal de la final. Con un remate fuerte, Corvalán sentenció la serie y los de calle Lencinas otra vez se encuentran en una definición para volver a la B Nacional.  

La primer final ante Mitre de Santiago del Estero será este domingo 9 de julio, mientras que la vuelta en el Legrotaglie será el 16.
 

Formaciones

Gimnasia y Esgrima: Viola; Leguizamón Arce, Curbelo, Corvalán, Marín; Espinosa, Garay, Garro; Oga; Cucchi, Palacios Alvarenga. DT: Darío Alaniz.

Cipolletti: Alasia; Valente, Medina, Jara, Seguel; Carrasco, Giménez, Vilce, Ávila; Werner, Opazo. DT: Henry Homann.
 

Cambios

Gimnasia: 65 min, Oga por Navarro; 78 min, Garro por Agudiak; 88 min, Albornoz por Marín.

Cipolletti: 55 min, Ávila por Mellado; 84  min, Opazo por Farías.
 

Penales

Marcaron para Gimnasia: Albornoz, Leguizamón Arce, Garay y Corvalán. Fallaron: Curbelo, Cucchi y Palacios Alvarenga.

Marcaron para Cipolletti: Valente, Ávila, Weiner Fallaron: Carrasco, Mellado, Farías y Gaitán.

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