Paul McCartney en Argentina: crónica de una noche de 6 décadas

Unidiversidad fue testigo del retorno del ídolo "beatle" al país. Pasado y presente en un extenso repertorio de música plagado de clásicos y algunas novedades.

Paul McCartney en Argentina: crónica de una noche de 6 décadas

El mítico "beatle" visitó Argentina con su banda por cuarta vez. Foto: Télam.

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Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 25 DE MARZO DE 2019

“Cuando envejezca y pierda mi cabello dentro de muchos años, ¿seguirás mandándome cartas de San Valentín? (…) ¿seguirás necesitándome y seguirás alimentándome cuando tenga 64?”, se preguntaba un joven muchacho mientras sonaban los acordes de piano de "When I’m sixty four". Se llamaba Paul McCartney y tan solo tenía 24 años. A esa edad, junto con otros tres músicos salidos de Liverpool, grabó y publicó Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, un álbum que, por dar un ejemplo, la revista RollingStone colocó en el primer lugar en su ránking de los mejores de todos los tiempos. Este sábado, a sus 76 años, llegó a la Argentina y deleitó a 60 mil personas con casi tres horas de show.

No perdió su cabello, pero sí le salieron canas. Su voz, por otro lado, deja entrever el paso del tiempo, pero todavía resiste. Cuando él y su banda salieron al enorme escenario del Campo Argentino de Polo y sonó el primer acorde de "A hard day’s night", niños, niñas, adolescentes y adultos comenzaron a gritar por igual. El pogo en ese momento fue digno de un recital de hard rock. Por suerte para los más grandes y más chicos, durante el resto del concierto la agitación se calmó, salvo alguna excepción.

“Hola, Argentina, ¡qué buena onda! Buenos Aires, hola, estoy feliz de volver", dijo Paul en un digno castellano. Cada tanto se pasaba al inglés, como cuando avisó que iba a tocar “unas canciones viejas, otras nuevas y algunas del medio". Y así fue.

Foto: Infobae

El ídolo y su banda, que sonó ajustadísima, se despacharon con canciones de The Beatles, Wings y las que forman su repertorio solista. Fue, quizás, el setlist más variado si se lo compara con el de sus tres visitas anteriores al país (1993, 2010 y 2016), aunque los temas que el grupo surgido en Liverpool publicó entre 1963 y 1970 tuvieron preponderancia.

El viaje de 38 canciones comenzó con paradas como "All my loving", de la época de la beatlemanía, y del último disco beatle, como "I’ve Got a Feeling", quizás de las más demandantes de la noche para las cuerdas vocales de McCartney. Pero el cantautor sigue componiendo, y prueba de ello fueron "Who cares", "Come on to me" y "Fuh you", cortes de difusión de su último disco (Egypt Station), que no faltaron e hicieron bailar a la audiencia.

Foto: Télam

Quien escribe fue testigo de cómo una persona que estaba a su lado en el campo delantero rompió en lágrimas cuando sonó "Maybe I’m amazed", esa carta de amor que McCartney compuso para su entonces esposa Linda, fallecida en 1998 por cáncer de mama. Caras y voces que reflejaban emoción se vieron en todo el público a lo largo de las 38 canciones del recital. Es que ver a Paul McCartney es presenciar historia pura de la música popular; es estar en persona frente a aquel músico que tu mamá o tu tía, siendo niñas todavía, se ponían a escuchar entre las sábanas a escondidas y sin permiso, cuando ya era la hora de dormir, allá por la década del 70.

Canciones con hasta seis décadas de diferencia entre ellas pasaban una detrás de otra. "In spite of all the danger", publicada hace 61 años, cuando los Beatles todavía ni siquiera se hacían conocer por ese nombre, fue otro momento destacado de la noche.

Foto: Infobae

Promediando el concierto, se apagaron las luces y McCartney quedó solo en el escenario con su guitarra acústica. La plataforma se elevó y, mientras algunos y algunas le gritaban “Dios”, el músico anunció en inglés y en español que la siguiente canción trataba sobre derechos civiles. "Blackbird" (1968) es una sutil referencia a una mujer afroamericana que lucha por la igualdad y constituyó, tal vez, el momento más emotivo en el Campo Argentino de Polo.

Hubo homenaje a los Beatles fallecidos: para John Lennon, fue "Here today", ideada por McCartney como un diálogo que nunca tuvo con Lennon, uno que el asesinato de este último impidió. Ukelele en mano, le llegó el turno a George Harrison. En su caso, el recuerdo vino en forma de "Something", pieza compuesta por Harrison a la que Frank Sinatra solía llamar “la mejor canción de amor jamás escrita”.

Foto: Télam

Después de sentarse en el piano e interpretar las infaltables "Let it be" y "Hey Jude" (con su eterno “na-na-na-na” final coreado a pleno pulmón por todos los presentes), el ídolo se fue. Pero nadie dudaba de que iba a volver para una más, que terminaron siendo seis: primero fue la inocente "Birthday"; luego, "Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)", que anunció que se venía el final del show, seguida por la metalera "Helter Skelter".

La despedida fue todo lo que se podía pedir: las tres últimas canciones del medley del álbum Abbey Road. La conmovedora "Golden slumbers", seguida por "Carry that weight" y, por supuesto, rematadas por "The end". “Y al final, el amor que te llevas es equivalente al amor que das”, fue el último mensaje que nos dejaron los Beatles en su corta y magnífica vida como banda y una perfecta conclusión para la noche. En medio de la ovación, McCartney agradeció y se despidió con un “Nos vemos en la próxima”, invitándonos a soñar con, al menos, un regreso más.

Foto: Christian Bochichio / Teleshow

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