Poder Judicial Nacional, en la mira

Para el epistemólogo y docente de la UNCUYO, analiza el rol de la Corte Suprema y critica la falta de independencia política de este poder, clave para ejerce la democracia de una forma saludable. Algunos ejemplos.

Poder Judicial Nacional, en la mira

Foto ilustrativa tomada de udeoberistain.edu.gt

Sociedad

Otras Miradas

Publicado el 07 DE JUNIO DE 2017

No existe "la justicia", sólo existe el Poder Judicial: una institución compuesta por seres humanos, necesariamente diferente al valor abstracto de lo idealmente justo. Ello, ciertamente, no excusa que hoy el Poder Judicial -a nivel nacional- no aparezca con la independencia necesaria ni se comporte a la altura de las circunstancias. No es todo el Poder Judicial, quizá tampoco la mayoría; pero sí una parte importante (que incluye a la Corte Suprema) se comporta de manera poco transparente.

Esto, lamentablemente, no es nuevo. Pero hay que advertir que se está intensificando, en vez de corregirse. Ya no sólo se trata de que el poder gubernativo de turno se autoinmunice operando sobre el Poder Judicial, sino que también se usa ahora para atacar adversarios políticos.

El sonado caso del "2x1" lanzado desde la Corte Suprema, mostró la situación en su máxima visibilidad. La jueza que votó a favor, había sido "perdonada" por el Ejecutivo para quedarse más allá de la edad límite; los otros dos jueces de "voto positivo" fueron impulsados desde el actual gobierno. Fue una situación por demás evidente, más allá de que luego el macrismo advirtiera que la sociedad entera se ponía en contra de la decisión, y por ello se plegara a la postura opositora.
 
Una declaración presidencial fue también muy elocuente en este sentido, y pasmosamente no destacada por el periodismo: señaló que si los jueces no hacen lo que debe hacerse, habrá que poner otros que sí lo hagan. En buen romance: deberán hacer lo que el gobierno juzga bueno, o serán destituidos y reemplazados.  Lo cual va en coherencia con las denuncias hechas por Carrió en su momento, respecto a que Angelici -amigo del presidente desde el club Boca Juniors- opera sobre los jueces en Comodoro Py.
 
Ejemplos públicos de presiones sobre miembros del Poder Judicial, no han faltado. Baste señalar las interminables andanadas mediáticas -no carentes de brutales adjetivaciones y supuestas acusaciones- contra la Procuradora General de la Nación, Gils Carbó. O el monumental ataque periodístico a Casanello y a Rafecas -que no se avenían al Ejecutivo-, apelando a los hoy consabidos "carpetazos", realizados en base a información confidencial de servicios de inteligencia, la cual no se entiende por qué esos servicios disponen respecto de quienes no son un peligro para la seguridad nacional.

Otro caso sonado es el del Consejo de la Magistratura, donde tras la renuncia que debió hacer la mendocina Fernández Sagasti (FpV) su sitial debía ser cubierto por alguien del mismo color político, pero una curiosa maniobra de acuerdo entre el gobierno y el massismo llevó a que la suma de ambos se autodeclarara "mayoría" y entronizara a Tonelli, miembro del oficialismo.

Ahora, "casualmente" se otorgó a Bonadío la causa judicial contra la ex-presidenta Cristina Fernández, con la carátula grandilocuente de "traición a la patria" por el acuerdo con Irán para esclarecer el atentado a la AMIA. La parcialidad de Bonadío en contra de Cristina Fernández es obvia, y de hecho fue una vez señalada por una de las Cámaras Federales. Pero además, Bonadío llegó a su cargo por favores mutuos con Corach, en tiempos del menemismo, y en ese lugar fue parte del encubrimiento posterior al atentado. Por ello, Bonadío se enfrentó con Nisman (encargado por Néstor Kirchner de investigar el caso), y Nisman le inició acción judicial por amenazas. Nada menos. Ese es el juez que -con obvia bendición de la Corte, se vio la fotografía de Bonadío reunido con Lorenzetti- va a juzgar sobre una denuncia hecha por Nisman, y que tiene que ver con el atentado a la AMIA. Es el disparate total.
 

La degradación y manipulación del Poder Judicial llevan a la deslegitimación del mismo, y a la descreencia social en las instituciones públicas. Es una degradación que no comenzó con este gobierno, pero que lamentablemente se mantiene y agudiza. No comentamos el error de creer que si alguna irregularidad nos favorece, lo mejor por hacer es apañarla. El pozo que se va abriendo -como otros, por ej. el de la enorme deuda externa- es de aquellos en el que vamos cayendo a todos a la vez.. La memoria del año 2001 bien nos lo muestra.-

 
 

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