Por qué ganó

La encuesta final se hizo y, de pronto, se deslizó la ficha histórica que faltaba. En este inicio del invierno recordé que se cumplieron 8 años del lanzamiento de la llamada "transversalidad" de Néstor Kirchner. Fue el 25 de mayo de 2007 en un acto en el Teatro Griego Frank Romero Day de Mendoza.

Por qué ganó

Alfredo Cornejo y Laura Montero. La fórmula radical ganadora de las elecciones provinciales de junio.

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Jorge Fernández Rojas / Fotos: Axel Lloret

Publicado el 22 DE JUNIO DE 2015

Un año antes, Kirchner había convocado a los argentinos a una “construcción plural”. Fue lo que Julio Cobos, gobernador en ese momento, tradujo como “la concertación a la chilena”. Ese momento es referencial si se tiene en cuenta que fue el inicio del proceso que llevó al radical a convertirse en vicepresidente de la Nación en 2007, con Alfredo Cornejo como el principal armador político de esa sociedad. 

Ocho años después, anoche, domingo 21 de junio, tras dos períodos de gobiernos peronistas (Celso Jaque y Paco Pérez), Cobos y Cornejo se encontraron en el mismo escenario triunfante. Ambos referentes radicales habían derrotado a un peronismo mendocino que nunca terminó de identificarse con el kirchnerismo genuinamente, y eso siempre lo mostró con debilidades frente a la Casa Rosada.

Parece también el fin de un proceso en el que muchos justicialistas llegaron a pensar que cualquiera podía ser gobernador si se comparaban con Celso Jaque, quien se “encontró” con el gobierno en 2007, cuando ni los propios peronistas creían en él. Tanto fue así que Jaque llegó a poner de vice a Cristian Racconto porque nadie quería acompañarlo.

Parece ser el fin de un proceso marcado por el operador político Juan Carlos Mazzón, quien sacó de su laboratorio electoral a los dos últimos gobernadores mendocinos. La caída de la imagen omnipresente de Mazzón por dentro del pejotismo –y de la misma política mendocina– tiene un origen propio cuando los intendentes liderados por Carlos Ciurca, vicegobernador que reasumirá hoy, intentaron ningunearlo en la construcción electoral, lo cual decantó en el desdoblamiento de las votaciones.

Desde la retrospectiva, queda claro que el peronismo mendocino comenzó a desgranarse con estos movimientos. Primero fueron los intendentes que pretendieron dar una señal de supuesta independencia de la Casa Rosada, anunciando sus propias fechas de votaciones municipales. Terminaron condicionando a Paco Pérez y obligándolo a acoplarse a esa corrida electoral.

Mientras tanto, Cornejo trabajó como operador político para sí y logró aglutinar a toda la oposición, excepto al izquierdista FIT. El desdoblamiento hizo que apurara sus propios tiempos, pero logró que ese aceleramiento no lo afectara en su tejido político.

A la vez, Cobos se puso al servicio de la campaña e hizo lo que mejor sabe: aprovechar su figura convocante, en este caso para contagiar y sostener a dos candidatos propios. Ellos son el ignoto médico Daniel Orozco en Las Heras (que le ganó por cinco puntos a Ciurca) y el experimentado Marcelino Iglesias en Guaymallén.

El ensamble de las piezas fue clave en el armado pergeñado por Cornejo. Y Cobos fue una de esas piezas adaptadas para esta maquinita electoral armada pacientemente por el godoicruceño.

El gobernador electo, así, logró captar la atención de los votantes, que entendieron el mensaje del cambio y le dieron la espalda a esa falsa idea de que aquí puede ser gobernador cualquiera, sin aludir con esto a Adolfo Bermejo, quien, dicho sea de paso, asumió con hidalguía el resultado electoral.

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