¿Por qué el #MeToo se diferencia del #NiUnaMenos?

Ambos movimientos luchan por las mujeres víctimas de violencia de género, asesinadas, golpeadas o maltratadas, y son ecos de la nueva era. Latinoamérica tiene las mayores cifras de violencia y femicidios. Argentina es MachoWood, según la perspectiva de Ilan Stavans, periodista de "The New York Times".

¿Por qué el #MeToo se diferencia del #NiUnaMenos?

Marcha #NiUnaMenos en Mendoza. Foto: Axel Lloret - Archivo Unidiversidad.

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Unidiversidad/ Constanza Sanchez Coveperthwaite

Publicado el 22 DE ENERO DE 2018

El movimiento #NiUnaMenos surgió en la Argentina en 2015 y encabeza la lucha contra la violencia de género, con marchas y una permanente presencia de ese hashtag en las redes sociales. Este movimiento social resonó en otros países de América Latina. En Perú y México –entre otros– se modificó la consigna por #NiUnaMás, en referencia a que siete mujeres son asesinadas por día.

Un artículo de The New York Times escrito por el periodista Ilan Stavans remarcó el impacto del movimiento #MeToo en Estados Unidos, Francia, Suecia e Israel, donde –a diferencia de lo que ocurre con las luchas sociales latinoamericanas– se denuncia a los poderosos, pero, sobre todo, las mujeres son escuchadas y apoyadas: “Ninguna revolución cumple su cometido si no desviste a los poderosos”, escribe el autor como parte de ese pronunciamiento.

Stavans explica que heredamos, principalmente de España, una sociedad oprimida por el machismo, muestra algunas cifras de la ONU Mujeres sobre los femicidios y violencias que estas sufren en América Latina e invita a los hombres a cambiar esta realidad.

 

 

 

Sin embargo, en la Argentina,  #NiUnaMenos fue pionera con respecto a otros países de Latinoamérica. Este grito colectivo surgió de la necesidad de decir “basta de femicidios”, ya que en nuestro país muere una mujer cada 30 horas por la condición de su género, tal como lo explican sus precursores.

Un grupo de periodistas, activistas, artistas y miles de personas de distintos ámbitos se unieron a la causa y la sociedad se tiñó del hashtag #NiUnaMenos: organizaciones, escuelas y partidos políticostambién participaron. El primer encuentro público de este movimiento fue el 3 de junio de 2015 en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires. Varias provincias, e incluso otros países, reprodujeron el panorama.

Aun así, Stavans encuentra una referencia común entre ambos lugares del mundo: nuestra sociedad es machista. “La mujer es vista como objeto de conquista (la conquista de América Latina por parte de España fue, después de todo, militar, pero también sexual). Su docilidad forzada es vista como respeto”, asegura el periodista.

El #MeToo denuncia públicamente a los hombres poderosos que han abusado de mujeres en su trabajo y, además –al igual que el #NiUnaMenos–, ha creado una “plataforma”, un apoyo firme para a las víctimas.

 

De qué habla Machowood

Stavans hace referencia a que en América Latina aún no hay exposición pública de poderosos; en la misma línea encontramos el artículo de Luciana Peker para la Revista Anfibia de la Universidad Nacional de San Martín. Esta nota diferencia la industria cinematográfica de Hollywood de la argentina y también de la revolución de las mujeres en la totalidad de la sociedad.

Según el artículo de Peker, cuando hay denuncias de abusos o violencia hacia las mujeres en las filmaciones de Hollywood, estas se suspenden; incluso, los abusadores tienen que dar explicaciones, “salir de pantalla” y pedir disculpas públicamente. En Argentina (Machowood) hacen dudoso el testimonio de la víctima, los abusadores y conductores salen a cámara  a decir que no fue así, se minimiza el abuso y todos critican a la actriz. Finalmente, “el show debe continuar”. 

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