Procesos territoriales

Urbanos y rurales.

Procesos territoriales

Foto ilustrativa: archivo Prensa Municipalidad de la Ciudad de Mendoza.

Ciencia y tecnología

Especial Jornadas de historia

Unidiversidad

Gladys Molina (Incihusa-Conicet)

Publicado el 27 DE OCTUBRE DE 2017

La intención de una mesa sobre “procesos territoriales, urbanos y rurales” fue generar una posibilidad de diálogo sobre problemas socio-espaciales de carácter pretérito y contemporáneo. La comprensión reciente del territorio como un producto social, cuya construcción dialéctica interviene de modo activo en la estructuración de las sociedades, abre un amplio panorama de reflexión para las ciencias sociales.

Sobre la dimensión temporal abarcada se podrían distinguir trabajos que analizan los cambios territoriales a lo largo de décadas y siglos. Tal es el caso de los paisajes vitivinícolas y los cambios rurales productivos. En cambio, un buen grupo de trabajos se detiene en procesos más recientes y desentraña la trama de actores que intervienen en la construcción del territorio urbano, como las políticas de vivienda, la intervención estatal y privada en el desarrollo productivo.

Un conjunto de trabajos asociados con el ámbito rural permite destacar que hay coincidencia total entre la modalidad de urbanización sobre las áreas de producción agrícola y el deterioro de la masa verde. El tipo de avance sobre los espacios rurales ha sido del tipo invasión-sucesión-degradación. Es decir, al alejar la lupa se podría arriesgar que el proceso territorial, mirado desde los territorios rurales, ha pasado medio siglo de expansión productiva, medio siglo de competencia urbano/rural y unas décadas de crisis ambiental por no saber resolver las interfases urbana/rural y rural/desierto.

Un segundo grupo de exposiciones, centradas en el paisaje y los procesos ambientales, destaca y confirma los problemas ya mencionados. Como reflexión, se desprende la dialéctica asociada con la renovación de los valores que se ponen al paisaje. El ser humano necesita calidad ambiental, pero se busca ver al paisaje como recurso económico. Esta dualidad se observa en todos los trabajos: lo vitivinícola en el Gran Mendoza y en Valle Uco, las áreas naturales protegidas del sur mendocino, la arboleda y la ciudad forestada. A través del paisaje se agiliza el diálogo interdisciplinario, puesto que fluyen las referencias a lo cultural en el paisaje, lo natural y escénico entra en valor justamente por la mirada humana.

En tercer lugar, un conjunto de presentaciones centradas en ámbitos urbanos se detiene en el impacto de la intervención de los actores que construyen el territorio: vivienda durante el primer peronismo, producción del hábitat urbano, segregación residencial, disputas entre Estado, mercado y autogestión, condiciones que influyen en la calidad ambiental urbana. Estudios de caso sobre ciudades de Neuquén y de Mendoza dejan explícito que el accionar estatal puede y debe arbitrar el rumbo de los procesos territoriales. En efecto, el juego de intereses en cada etapa histórica produce cambios, no siempre previstos y manejables:

  • Procesos de reemplazo de un espacio rural a urbano, por intervención del Estado.
  • Procesos recientes y actuales de generación de hábitat en áreas rurales, por intervención privada.
  • Procesos de construcción y persistencia de territorios rurales marginales, por convergencia de decisiones extralocales.
  • Procesos recientes de degradación ambiental, por reemplazo de lo rural por lo urbano, por ausencia de intervención del Estado.

Desde el punto de vista metodológico, hay que destacar el diálogo interdisciplinar y la amplitud técnica procedimiental de las investigaciones. Se puede mencionar, por ejemplo, la vinculación entre cultura, geografía y urbanismo, centrando el análisis en cuestiones que tocan el tema de la identidad mendocina, diálogo facilitado por una propuesta artística, representación de olivares para incentivar la memoria.

También pudieron observarse estrategias de responsabilidad social empresaria interpretadas mediante un diálogo interdisciplinario entre economía, sociología y política, o la presentación de explicaciones no fácilmente visibles frente a hechos localizados en el territorio. Igualmente, la observación paisajística fue ensamblada con la mirada desde la arquitectura y la historia económica, lo que permitió identificar etapas, momentos clave y momentos críticos que estructuraron y fueron dando forma al territorio y los paisajes.

Por último, algunos trabajos utilizaron procedimientos de observación y análisis documental, de campo, cartográfico y teledetección. Así, el territorio se interpretó como espacio de acción colectiva y apropiación, con características específicas que impulsan la identidad cultural de la comunidad como un recurso local para su desarrollo.