Próvolo: los familiares de las víctimas, entre la esperanza y el dolor

Las madres y padres de los exalumnos siguieron el inicio del juicio desde la puerta de tribunales. Dijeron es un logro, pero que nada reparará el daño que les causaron a sus hijos e hijas.

Próvolo: los familiares de las víctimas, entre la esperanza y el dolor

Mariana, madre de uno de los exalumnos del Próvolo, dijo que el proceso de investigación fue difícil para todas las familias. Foto: Ariella Pientro

Sociedad

Abusos en el Instituto Próvolo

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 05 DE AGOSTO DE 2019

Los familiares de los exalumnos del Instituto Próvolo vivieron con sensaciones encontradas el primer día del juicio contra los tres acusados de abusos sexuales y corrupción de menores. Por un lado, aseguraron que el proceso es esperanzador, que puede significar un nuevo comienzo para los chicos y chicas, pero también dijeron que aún no sanaron las heridas, que los dos años de la investigación significaron ataques de pánico, llantos y noches sin dormir, y que nada podrá reparar el daño que les hicieron.

A las 8.30 ingresaron al Palacio de Tribunales los acusados: los sacerdotes Nicola Corradi (83), Horacio Corbacho (59) y el exjardinero Armando Gómez (49). Poco después se inició el debate, que luego de medio día pasó a cuarto intermedio hasta mañana (martes).

Día 1 en el juicio por los abusos en el Próvolo

A puertas cerradas a la prensa y con traducción simultánea en lenguaje de señas ante la presencia de las víctimas y sus familiares, empezó este lunes en la provincia el juicio por abusos sexuales cometidos en el Instituto Antonio Próvolo para niños hipoacústicos de Luján, contra los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi y el jardinero Armando Gómez.

El tribunal, presidido por Carlos Díaz, resolverá mañana dos presentaciones de la defensora oficial de los imputados, Alicia Arlotta, que pidió que los exalumnos vuelvan a declarar, pese a sus testimonios están grabados, ya que se hicieron en Cámara Gesell.

Justamente, uno de los pedidos de los familiares y de los abogados querellantes, Sergio Salinas y Oscar Barrera, es evitar la revictimización de los chicos y chicas.

En imágenes: así fue el inicio del juicio por abusos en el Próvolo

Este lunes comenzó el juicio contra los primeros tres imputados por la causa del instituto Próvolo. Serán juzgados los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y el exadministrativo y jardinero Armando Gómez (49), acusados de cometer 28 delitos de abuso sexual y corrupción de menores contra 20 exalumnos de la institución, dedicada a la educación de niños y niñas sordos en todo el mundo.

 

Pedido de justicia

Mientras esto sucedía en el interior de Tribunales, familiares y amigos que forman parte del Colectivo de Sobrevivientes del Próvolo se instalaron en las escalinatas del Palacio Judicial. Colgaron carteles en los que se podía leer “Basta de Abusos” y dibujos que representaban a los chicos y chicas.

Cecilia, Mariana y Ariel son madres y padre que confiaron en la institución y que creyeron encontrar en ella la posibilidad de una verdadera integración social para sus pequeños. Por el contrario, no solo no aprendieron a leer ni escribir, sino que con el tiempo se animaron a denunciar que sufrían  abusos y malos tratos.

Los tres consideraron que llegar al inicio del juicio es un logro, sobre todo porque en los primeros meses no solo no los escucharon, sino que muchos dijeron que estaban fabulando. Por eso, entendieron que el proceso y sobre todo la condena que esperan para los acusados les dé algo de paz y les permite a los chicos y chicas empezar una nueva vida.

Próvolo: por planteos de la defensa, el juicio continuará el martes

Los integrantes del Tribunal Colegiado que llevan adelante el primer juicio por abusos en el Instituto Próvolo decidieron pasar a un cuarto intermedio hasta mañana para decidir respecto de dos planteos que hizo la defensora de los dos sacerdotes y el jardinero acusados.

 

Un proceso complejo

Cecilia contó que en los dos años y medio que duró la investigación, pasaron por momentos muy duros puertas adentro de su casa, porque su hija tenía continuos ataques de pánico y de llanto, y que esa situación de angustia se incrementaba cada vez que tenía que declarar. La mujer dijo que también fueron momentos difíciles para los adultos, porque confiaron en una institución, porque algunos tenían una relación de cercanía con los sacerdotes, que hasta almorzaron alguna vez en su casa.

Cecilia comentó que fue difícil el proceso de investigaciòn, ya que su hija tenía continuos ataques de pánico y llanto. Foto: Ariella Pientro 

“No se vuelve para atrás el daño que les hicieron, hay muchas familias destruidas, pero queremos creer en la Justicia y que eso signifique un nuevo comienzo para todos”, fueron sus palabras.

Cecilia comentó que durante los dos años de la investigación se sintieron “abandonados” por la Iglesia Católica y que el momento más difícil fue cuando enviaron a dos sacerdotes para hacer una investigación. Esta investigación solo puso la lupa en los exalumnos, nunca en los acusados.

Otra mamá, Mariana, comentó que el inicio del proceso le causó nerviosismo, pero que a la vez espera que los acusados sean condenados y que paguen por el daño que les hicieron.

La mujer confesó que una de las cosas más dolorosas del proceso fue que dijeran que los exalumnos inventaban. Sostuvo que hay un gran “cinismo” por parte de muchos trabajadores del lugar, porque cree que es imposible que no se dieran cuenta de lo que pasaba.

Próvolo: juzgan a dos curas y a exempleado por 28 hechos de abuso y corrupción

El lunes a las 8.30 comenzará el juicio contra los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59) y el administrativo y jardinero Armando Gómez (49), acusados de cometer 28 delitos de abuso sexual y corrupción de menores contra 20 exalumnos del Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, una institución dedicada a la educación de niños y niñas sordos en todo el mundo.

Mariana comentó que preguntarles a sus hijos qué pasó y cómo de forma explícita fue uno de los momentos más difíciles, porque tuvo que hablarles claro y ellos debieron contar cosas que no tendrían que saber ni vivir los pequeños a esa edad. Dijo que fue un momento tremendo cuando declararon en Cámara Gesell, y que quedaron muy afectados después de recordar cada uno de los vejámenes.

Ariel compartió esos sentimientos encontrados. Aseguró que llegar al juicio es un logro, pero también destacó que el proceso será difícil y que los niños y niñas sufrieron daños irreparables.

Pese a esas sensaciones encontradas, los tres contaron que sus hijos e hijas hoy están mejor, que avanzaron educativamente en poco tiempo y que, a diferencia del período en el que estaban en el Próvolo, la mayoría aprendió a leer y a escribir.

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