"El aborto no es un pecado ni una práctica culposa"

La Red PAR Mendoza se expresó sobre la decisión del papa Francisco de autorizar a los sacerdotes a perdonar "el pecado del aborto".

"El aborto no es un pecado ni una práctica culposa"

Sociedad

El Papa y el aborto

Unidiversidad

Publicado el 02 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Las integrantes locales de la Red PAR (Periodistas Argentinas en Red por una Comunicación no Sexista) emitieron un comunicado respecto de la decisión del papa Francisco de conceder a los sacerdotes la absolución del "pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos de corazón", durante el Jubileo de la Misericordia que comienza el próximo 8 de diciembre y se celebrará hasta el 20 de noviembre de 2016.

Las mendocinas que componen esta red dijeron textualmente:

En principio, es necesario desarticular un discurso que es parcial –el de la Iglesia Católica– y que se presenta en los medios y ámbitos públicos como universal. También resulta importante separar los preceptos religiosos particulares de las políticas públicas que, dentro de un Estado, deben incluirnos a todas y todos. Habrá personas de la comunidad católica conformes con las decisiones; otras, también católicas, que no lo estén. Y hay muchas otras personas que profesan otras tantas religiones y filosofías que tendrán sus diversas opiniones. La pluralidad queda obturada y ocultada frente a un posicionamiento que aparece como único y verdadero, cuando no lo es.

Distintas organizaciones sociales, de mujeres, de periodistas comprometidos/as con una mirada de género, coinciden en que interrumpir un embarazo no deseado es un derecho. Por ejemplo, la organización Católicas por el Derecho a Decidir sostiene que “ser madre es una decisión que se reafirma de manera permanente, que se toma cuando sentimos que estamos preparadas. Si esa decisión es libre, oportuna e informada, se crean las mejores condiciones de salud, protección y bienestar para la mujer y la criatura por venir. En cambio, si la maternidad es forzada, es probable que la mujer haga lo posible e incluso lo imposible para interrumpir ese embarazo. En el caso del aborto, la mujer decide, elige”. Se trata de que las mujeres tengamos la posibilidad de ejercer soberanía sobre nuestros propios cuerpos y vidas, de que frente a un embarazo inviable podamos ejercer, libremente, nuestro derecho a decidir.

Por tanto, desde un punto de vista laico y de género, el aborto no es “un pecado”  ni una práctica “culposa”. Es una cuestión de derechos humanos y de derechos sexuales y reproductivos. El problema del aborto es que está penalizado. Esa condición empuja a la clandestinidad a mujeres, niñas y adolescentes quienes –a su vez– quedan supeditadas a su condición socioeconómica para poder salvar sus vidas: aquellas que tienen recursos pueden acceder a la práctica en condiciones de salubridad, mientras quienes no los tienen, pierden sus vidas.

En Argentina se calcula que abortan 500 mil mujeres, aproximadamente, por año. También, la mortalidad de mujeres por abortos inseguros sigue siendo muy alta en el país. La realidad nos dice que la maternidad forzada es una clara violación a los derechos humanos de las mujeres.

En este contexto, promovemos y propiciamos los debates serios de cara a la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. En esto, los medios de comunicación tienen un importante rol en cuanto al abordaje del tema y pueden colaborar de manera responsable, dejando de lado las posturas dicotómicas que no hacen más que distorsionar el problema. Hace falta dar cuenta de la multiplicidad de factores que se ponen en juego cuando nos referimos al derecho de las mujeres a decidir con autonomía y libertad.