Respuestas para comprender el conflicto palestino-israelí

El periodista y sociólogo Pedro Brieger expuso sus reflexiones sobre una violencia que lleva décadas, genera preocupación a nivel global y no parece tener una solución en el horizonte cercano.

Respuestas para comprender el conflicto palestino-israelí

Sociedad

Unidiversidad

Elizabeth Auster / Foto: Axel Lloret

Publicado el 17 DE OCTUBRE DE 2014


La iniciativa de traer a Pedro Brieger a Mendoza surgió en el momento candente relacionado con Israel y la Franja de Gaza, explicó Carolina Ferraris, titular de la cátedra Historia Contemporánea y de la cátedra libre Derechos Humanos, Nación y Racismo de la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de UNCUYO, desde las que había organizado también la visita de Batia Siebzehner. La visita fue posible esta semana en el marco de la Feria del Libro 2014.

"No es la primera vez que vengo a hablar del conflicto palestino-israelí. Me preguntan por qué este tema, y yo también me lo pregunto, porque hay situaciones de conflicto sin resolver en muchos lugares, y no siempre hay una respuesta acabada para esto", comenzó el periodista y sociólogo, autor de El conflicto palestino-israelí. 100 preguntas y respuestas, publicado en 2010 y que tendrá pronto una edición actualizada. "Las respuestas cambian acorde con las situaciones políticas y con la evolución de los pueblos". Es por eso que antes de 1975 mucha gente no creía que existiera un pueblo palestino, pero algo cambió entonces e impulsó la reivindicación de un Estado propio en un lugar del planeta donde el concepto de "Estado", propio del capitalismo, era ajeno . "Ese año, un primer ministro israelí comenzó a hablar públicamente de que había un pueblo palestino, algo que hasta entonces los israelíes negaban sistemáticamente". 

"Más allá de otras cuestiones, la pregunta puntual es dónde está hoy el eje del conflicto", continuó. "El eje pasa hoy por la palabra 'ocupación'. Israel, desde 1967, ocupa un territorio que, según la legalidad internacional de Naciones Unidas, no le pertenece. Es muy importante en esto Naciones Unidas, porque tiene que ver con el tema de los Estados, es quien reconoce su existencia. En el caso de este conflicto hay una cuestión fundamental. En junio de 1967 hubo una guerra que duró seis días;  desde entonces, Israel ocupa una porción del territorio sirio, del jordano (que Jordania ya no reclama como propio) y del egipcio (que tampoco la reclama)". 

Aportó una breve descripción e historia de la zona en conflicto: "Cisjordania es lo que en los medios en inglés aparece como 'West Bank', Ribera Occidental del Río Jordán, ese río del que habla la Biblia. La Franja de Gaza es una pequeña franja de 14 kilómetros de largo por 6 kilómetros de ancho. En sí, en esos territorios vive una población que se define a sí misma como palestina y que quiere tener un Estado y un territorio en esos dos terrenos que no tienen continuidad territorial, porque en el medio está Israel. En 1967 Israel los ocupó pero dijo que los administraba, lo que daba la idea de algo temporal, de que los devolvería cuando el mundo árabe, que rechazaba su existencia, reconociera el derecho de existir del Estado de Israel. Naciones Unidas sí lo reconocíó como Estado legítimo pero con las fronteras del 4 de junio de 1967, un día antes de que comenzara la guerra". Esa decisión de Naciones Unidas se expresó en la Resolución 242 de noviembre de 1967, por la que el Estado de Israel debía retirarse de las tierras ocupadas y el mundo árabe tenía que reconocer la legitimidad de Israel, lo que implicaba unas negociaciones que nunca ocurrieron.


Religión y desacuerdos

Brieger explicó los componentes religiosos que se ligaban con lo ideológico en el conflicto. "Israel ocupó y anexó formalmente a su territorio en 1967 la totalidad de la ciudad de Jerusalén, que hasta entonces estaba dividida en dos: una parte estaba en territorio jordano y otra, en territorio israelí. En la parte que estaba en Jordania hay un territorio muy pequeño y muy importante: la Ciudad Vieja o Antigua. Está rodeada por una muralla, como muchas ciudades antiguas. Dentro de esa Ciudad Vieja, en un espacio muy pequeño, hay elementos que son muy importantes para el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Para los cristianos están el Santo Sepulcro y la Vía Dolorosa. Para los judíos hay un muro que allí se llama Muro Occidental y que conocemos como Muro de los Lamentos, que se dice que perteneció a un antiguo templo judío; no importa si así fue o no, es lo que creen.  Para los musulmanes hay dos mezquitas muy importantes". El discurso israelí pasó del estratégico al religioso de propiedad, incluyendo tumbas de patriarcas, como la de Abraham, que está a unos kilómetros de Jerusalén. "Convirtieron ese lugar en un sitio sagrado que no se podía devolver, según los sectores más religiosos y nacionalistas".

Los acuerdos de Oslo de 1993 tienen como antecedente la Intifada o "revuelta de las piedras", un estallido que ocurrió entre 1987 y 1988 contra uno de los ejércitos más desarrollados del planeta, que lo reprimió duramente. Era una reacción contra 20 años de "vivir bajo una ocupación de soldados extranjeros, de otra nacionalidad, con otro idioma, que imponen absolutamente todo, que hacen lo que quieren, cuando quieren y como quieren", enmarcada en una dinámica habitual: la ocupación genera resistencia, pacífica o violenta; el ejército ocupante reprime la resistencia, pero al hacerlo la vuelve más virulenta, lo que lo lleva a una represión mayor. Cuando cayó el bloque soviético y la Organización por la Liberación Palestina (OLP) perdió ese apoyo, Israel entendió que era el momento de negociar. El problema con las negociaciones fue que cada parte interpretó lo firmado de una manera distinta. "Algo estaba muy claro: los israelíes reconocían a los palestinos y a Arafat como su líder para sentarse a negociar; los palestinos reconocían al Estado de Israel como un Estado legal y legítimo", explicó Brieger, pero aclaró: "Los palestinos interpretaron que llevaría a la creación de un Estado palestino en los territorios que Israel ocupaba desde 1967 y abandonaría ahora. Los israelíes lo interpretaron como un cese de la violencia palestina y el compromiso propio de retirarse de una parte de ese territorio, pero no de la totalidad". Arafat y Rabin llevaron a sus pueblos dos ideas distintas sobre la futura existencia de un Estado palestino.

"Las negociaciones se estancaron por múltiples motivos; entre otros, porque el 4 de noviembre de 1995 un israelí de extrema derecha asesinó al Primer Ministro", continuó. Lo hizo porque consideraba que Israel se iba a retirar de algunos territorios que eran sagrados para los judíos, que esto era alta traición y que eso ameritaba asesinar, incluso a un primer ministro", recordó el analista. La violencia recrudeció: "El Movimiento de Resistencia Islámico (Hamas) acusó a Arafat de haber mentido, porque los israelíes no se retiraron y no conocían otro lenguaje que la violencia. Hamas organizó una serie de atentados, algunos de ellos suicidas, mataron a algunos israelíes civiles y se exacerbaron los ánimos. La ocupación continuó, en el ínterin murió Arafat, la OLP no avanzó en las organizaciones y Hamas fue creciendo. En Israel crecieron los grupos de derecha radicalizados que sostenían que no se podía negociar con los palestinos y, también, que solo entendían el lenguaje de la violencia".

Sin embargo, hubo avances en la situación política palestina. Detalló Brieger: "Fruto de los acuerdos de Oslo de 1993, los palestinos obtuvieron la Autoridad Nacional Palestina, que no era exactamente un Estado pero tenía un marco democrático; hubo elecciones y ganó Hamas por mayoría. Hubo un enfrentamiento político muy fuerte; la OLP quedó con el control político de Cisjordania y Hamas se queda con el control de la Franja de Gaza. En Cisjordania viven casi 3 millones de palestinos; en la Franja de Gaza viven 1,7 millones. En 2005 Israel se retiró militarmente de la Franja de Gaza pero mantuvo un control absoluto y un aislamiento total del territorio. Sharon reconoció que lo hacían para congelar los acuerdos. Hamas anticipó que Israel entraría nuevamente en terreno palestino en cualquier momento, planteó que la mejor manera de defenderlo era a través de las armas y se preparó para eso. En Cisjordania la OLP consideró que no había que tomar la lucha armada y que había que continuar con la lucha pacífica".


Las razones de la violencia actual

Llegó el momento de referirse a los ataques recientes (la operación que Israel llamó "Margen Protector"): "¿Por qué Israel bombardeó nuevamente la Franja de Gaza recientemente? Porque buscaba cortar definitivamente los lazos entre la Franja de Gaza y Cisjordania. No le importa ese pequeño territorio: no hay grandes recursos naturales, aunque algunos dicen que hay gas; no hay una cuestión histórica importante, como sí en Jerusalén, y además es un dolor de cabeza porque tiene una concentración de palestinos muy importante. En cambio, en Cisjordania (donde está la Ciudad Antigua de Jerusalén, la tumba del patriarca Abraham, de la matriarca Raquel, y donde viven miles de israelíes que han colonizado el territorio en una ocupación que se perpetúa desde hace casi 50 años), Israel fue colonizando el territorio, expandiendo su control, considerándolo como propio. Lo que quiere es separarlos, debilitarlo, continuar con la ocupación de ese otro territorio. Si los palestinos están divididos, el sueño de tener un Estado palestino en los dos territorios va a morir definitivamente. Eso es lo que se buscaba con el ataque, algo que va más allá del tema moral, de las muertes y de lo que plantea Hamas en su plataforma ideológica".

"No sé cuál es la solución. Lo único que me atrevo a decir es que no habrá ninguna mientras Israel ocupe esos territorios. Alguien preguntará si hay una solución posible en caso de que se retire. No lo sé. Los antecedentes históricos ayudan", dijo el periodista, y mencionó a Argelia como ejemplo de liberación después de 150 años de ocupación. Lo que Israel no quiere ver, además, es que en el mundo interconectado de hoy, que reconoce los derechos humanos y rechaza los crímenes de lesa humanidad, no se puede imponer semejante violencia impunemente. "Creen que pueden hacerlo porque tienen el apoyo de la primera potencia mundial, Estados Unidos. Creen, de una manera mágica e ilusoria, que ese gran imperio durará por siempre. No han mirado bien la historia para ver que los imperios pueden ser poderosos pero también se desmoronan. Quizás tarden cientos de años y todos queremos soluciones a corto plazo, pero la historia es larga".

Edición UNCUYO preguntó a Pedro Brieger sobre el rol que jugaba el Estado Islámico en el conflicto, una preocupación presente entre la población israelí. El analista respondió: "Es difícil de determinar porque es un movimiento incipiente. Creo que puede tener alguna influencia en los movimientos palestinos, especialmente en la Franja de Gaza, por la desesperación de no poder encontrar una solución política definitiva al conflicto. También es verdad que la negociación con la OLP hace que Hamas pueda estar tironeado entre los sectores más radicalizados y la negociación. Hoy puede tener influencia en los grupos más marginales entre los palestinos". 

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