Seguir ayudando: los comedores ahora reparten viandas

Adaptaron sus métodos a la cuarentena obligatoria. Pocas donaciones y otras dificultades que enfrentan para brindar su servicio. Cómo colaborar.

Seguir ayudando: los comedores ahora reparten viandas

El merendero Lechucita Encantada, en tiempos en los que podía recibir a niños y niñas en sus instalaciones. Foto: Unidiversidad

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Aislamiento obligatorio

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Mariano Rivas

Publicado el 27 DE MARZO DE 2020

La vida de quienes llevan adelante comedores y merenderos es sacrificada, pero eso se acentúa en el contexto actual, en el que los movimientos están restringidos por la cuarentena obligatoria. El testimonio de Isabel Bustos es un fiel reflejo de lo que sucede en estos establecimientos: “Recién llegamos de buscar alimentos que me han ido donando. Yo mucho no me puedo mover, tengo diabetes e hipertensión, así que estoy entre las personas con riesgo”. Según la mujer, se organizan a pulmón para poder brindar alimento a niños y niñas que, en algunos casos, no tienen otra forma de comer.

Exceptuados por el Presidente de la cuarentena obligatoria pero imposibilitados de recibir personas en sus instalaciones, quienes manejan los comedores están implementando la modalidad de viandas. “Hemos tenido abierto el lugar, aunque solo armando bolsones. Las familias vienen y lo buscan”, indicó Isabel, que maneja un merendero que lleva su nombre en Las Heras. Lo mismo señalaron a este medio desde el Merendero Corazones Felices, de Guaymallén.

Más allá de la ausencia de los niños y niñas, y de la consiguiente imposibilidad de reunirse y compartir momentos, la cuarentena afecta otras actividades, y esto hace más difícil conseguir los alimentos a repartir. La mayor parte del mundo productivo se para, pero las necesidades siguen ahí y acaso se ven reforzadas en el caso de quienes menos tienen.

“La cuarentena nos agarró muy de repente y quebramos stock: no tenemos mercadería”, sostuvo Iris Puchetta de Videla, que está a cargo del Merendero Lechucita Encantada, ubicado en las Heras.

Puso un merendero para "contaminar" el ambiente de los narcos

Se llama Iris y vive en el barrio Sismo V, en Las Heras. Un día, su esposo Antonio empezó a adelgazar y su pierna se le hinchó. No sabían qué tenía, pero el hombre tuvo que dejar de trabajar. Apremiado, su hijo, que todavía no cumplía los 16 años, quiso ayudar a su familia.

 

Poca ayuda oficial

El Merendero Isabel ya abastece a 278 niños y niñas de 91 familias. La comida la consiguen a través de donaciones particulares. “Ni el municipio, ni el Gobierno (provincial), ni ninguna entidad nos ayuda con nada”, manifestó Isabel.

Iris apuntó lo mismo: “De parte del municipio de Las Heras, no estamos recibiendo ninguna ayuda”. La mujer contó que también trabaja en dos merenderos en Guaymallén, y que en ese departamento el Gobierno municipal sí colabora con mercadería.

En Corazones Felices reciben muy pocas donaciones. En su caso, la Subsecretaría de Desarrollo Social, según contó la encargada del comedor, les proporciona frutas como naranjas y kiwis para entregar a los niños.

“Hacemos las viandas, sale uno de mis hijos y las reparte como podemos. Un poco de leche, unos postres hechos con leche y maicena, unas tortitas… eso es lo que nos está alcanzando por ahora”, señaló por su parte Iris.

Los merenderos, hoy más que nunca, se sostienen con donaciones particulares. Los teléfonos para comunicarse y ayudar son los siguientes:

  • Merendero Isabel (Las Heras): 261 561 9271
  • Merendero Lechucita Encantada (Las Heras): 261 706 6009
  • Merendero Corazones Felices (Guaymallén): 261 678 7807

La otra cara de la economía, productores que ofrecen alimentos sanos y a domicilio

No especulan como las grandes cadenas alimenticias porque forman parte de otra economía, la economía social. La mejor muestra de eso es que, en medio de la pandemia, distintas organizaciones de productores mendocinos ofrecen alimentos sanos, a precios accesibles y, en algunos casos, los llevan a la puerta de la casa.

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