Sheila Ayala, de 10 años, fue buscada intensamente durante cuatro días en San Miguel hasta que fue encontrada muerta en la casa de uno de sus tíos, que luego confesaron el crimen. Leonela Ayala y su marido Fabián González Rojas se encuentran detenidos y están siendo indagados. La tía había encabezado la búsqueda de la nena en los medios de comunicación afirmando que creía que la habían secuestrado.

Poco antes de las 20 horas de ayer, jueves 18, la hermana del padre de Sheila y su pareja, de 25 y 24 años respectivamente, reconocieron ante efectivos de la Policía Bonaerense haber asesinado a su sobrina cuando peritos requisaban su departamento. El cuerpo estaba escondido entre dos paredes y en el departamento se encontraron bolsas y cintas sobre un colchón, compatibles con las que se usaron para envolver el cadáver de la nena.

La hipótesis principal de los investigadores es que Sheila habría sido víctima de un ataque sexual y que habría muerto por asfixia, según remarcó Infobae.

La niña estaba siendo buscada desde el domingo. Una testigo declaró que escuchó que Sheila le contestó a una mujer: "Ahora voy, tía", y esa fue la última vez que la vieron. Ese mismo día, su tía, quien confesó haberla matado, informó en su cuenta de Facebook que Sheila estaba desaparecida y repitió el pedido ante los medios de comunicación. "No entiendo por qué ella se podría escapar, si no le faltaba nada", dijo frente a las cámaras, y quiso desviar la investigación afirmando: "Nosotros creemos que hay una deuda de droga y por eso la secuestraron". 

Sobre el otro asesino, González Rojas, se sabe que es paraguayo y que tiene antecedentes penales, ya que en 2013 fue detenido por robo agravado. Algunos vecinos comentaron que "se pasaba todos los fines de semana drogado" y que maltrataba a su esposa. Tienen tres hijos en común: una niña de 9, otra de 7 y un varón de un año y cuatro meses. Además, Leonela está embarazada, a poco más de un mes del parto. Ante la Justicia, declararon que estaban drogados y alcoholizados. 

La menor fue hallada a metros de donde había sido vista por última vez, en un basurero junto al predio donde vivía. La noticia generó incidentes en el barrio Trujuy, ya que los vecinos comenzaron a lanzar piedras y la policía respondió con balas de goma. En medio de las corridas, la Policía se llevó a los dos tíos.