Límite entre sátira y cinismo

Entrevista a Ingrid Beck

Límite entre sátira y cinismo

Sociedad

Especial Día del Periodista

Unidiversidad

Paola Alé

Publicado el 10 DE JUNIO DE 2016

Su condición de mujer, periodista, madre y judía le da derecho a ser una crítica mordaz de la realidad. Es elocuente y clara mientras habla ante un auditorio en el que más de la mitad de la concurrencia son jóvenes. Están esperando algo. ¿Una respuesta, un camino alternativo, un consejo? Todos y todas quienes nos dedicamos al periodismo alguna vez quisimos ser como Ingrid Beck: que nuestro propio proyecto diera resultado y pudiéramos vivir de eso. Algunas compartimos también una visión satirizada de la realidad y también quisimos ser los artífices de un producto como la revista Barcelona, una solución europea a los problemas argentinos.

Ingrid, una de sus fundadoras –junto a Pablo Marchetti y Mariano Lucano–, devela casi “el secreto de la fórmula”: la fiaca. “Empezamos a hacer sátira porque hacer periodismo en serio nos daba fiaca. No queríamos hacer todo ese trabajo de buscar fuentes, chequear; era mucho. Nos juntamos y armamos este proyecto”. Es un proyecto que nació parodiando a Clarín. Incluso su eslogan es una cínica emulación del que ese medio tenía en aquel momento: “Un toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos”.
 

Barcelona: los comienzos

Corría el 2001, “un momento hermoso para quedarse sin trabajo”, recuerda Ingrid. "Nos juntamos en el living de la casa de Mariano (Lucano) y nos pusimos a pegar unos papeles, una cosa horrible. Teníamos dos computadoras y una impresora vieja, fruto de una indemnización de una revista en la que trabajábamos que se llamaba La García, que cerró. Los primeros números los hicimos en ese lugar, sin internet, ni teléfono, sólo con los diarios”.

Esto fue suficiente, porque sólo hace falta la realidad para reírse de ella. Comenzaron entonces a deambular con el prototipo armado a ingenio y pulmón. Querían un formato en papel muy serio, por eso eligieron que fuera sábana, como La Nación, pero era imposible por los costos porque el papel aumentaba todos los días. Entonces quedó el diseño tabloide, como se sigue publicando en la actualidad.

Barcelona tardó dos años en ver la luz. En el comienzo salió como suplemento gratuito en la revista TXT. Nadie, ni sus creadores, ponían las manos en el fuego por la continuidad de esa publicación. “Nunca pensé que íbamos a cumplir 13 años. Al principio no creíamos que durara más de cuatro números; llevamos 360”.

Ingrid dice que no da consejos. Sin embargo, sus experiencias son tanto más válidas que una convencional “bajada de línea”. “Yo no soy ningún oráculo. No me dedico a dar consejos. Lo único que puedo contar es lo que me pasó a mí, yo decidí no laburar ocho horas en una redacción y apostar por mi propio proyecto. Hoy en los medios, el trabajo en blanco, asalariado, no existe. Pero sí hay alternativas, proyectos colectivos, autogestión. Según mis vivencias, creo que se puede tener continuidad en una iniciativa colectiva”.


Fallo contra la libertad de expresión

Nadie dice que esa autogestión sea fácil. Barcelona pasó por momentos complicados, como el juicio que tuvo que enfrentar por la tapa en la que se parodiaba a Cecilia Pando, que perdieron. El fallo dice algunas cosas peligrosas; entre otras, que la tapa que se ordenó levantar de los kioscos de revistas “era de un sarcasmo exagerado” (concepto absolutamente contradictorio, puesto que el sarcasmo lleva implícita la marca de la exageración) y que Cecilia Pando no era una figura pública, siendo que se erigió en la voz de los represores juzgados por crímenes de lesa humanidad. Además, la jueza Susana Nóvile falló en contra de la revista por tratarse de “una mujer casada, católica, y madre de siete hijos”.

La revista satirizaba la acción de protesta en la que, en agosto de 2010, Pando se había encadenado al edificio Libertador.

Representa claro está, un grave peligro para la libertad de expresión. “Quiero que quede claro que no hablamos de Pando por ella, sino por lo que el fallo representa. La Justicia es el fallo más conservador y tradicional de todos. Claramente no tiene perspectiva de género”, afirmó la periodista, y agregó que finalmente han alcanzado la instancia de apelación del fallo de Nóvile.  


Ni una menos

Además de sus múltiples actividades como periodista y directora de Barcelona, Ingrid ha sido una de las impulsoras de la marcha “Ni una menos”, viralizando en las redes sociales la información e instaurando el 3 de junio como una fecha emblemática para luchar contra la violencia machista con marchas y presencia, a través de marcar terreno, de trabajar por la igualdad de oportunidades.

Ella rescata el poder de las redes y está a favor de que las figuras públicas difundan la fecha. “Es importante, aunque algunas asociaciones de mujeres crean que no debe utilizarse como eslogan. Es importante que se instale la frase, eso es un gran logro, todo el mundo sabe qué significa el 'Ni una menos'”.


La realidad supera la ficción

“Sí, el gobierno de Macri nos da tela para cortar a diario, pero ojo, que esto representa un desafío”, dice Ingrid; es que, aclara, la realidad supera a la ficción. “Hoy, muchas de las tapas de los diarios se parecen a la Barcelona, hay que hacer un esfuerzo para superar la realidad”.

Realmente es un esfuerzo, cuando el sarcasmo parece ser la base de los discursos serios. ¿Cómo reírse entonces de una realidad que se ríe primero de nosotros? Hay un camino, el humor inteligente siempre nos da alternativas. Ingrid apela al desparpajo: “No hay temas con los que Barcelona no se meta. La sátira tiene como función hacer visibles las cosas invisibles y ofender, molestar. Nosotros no hacemos chistes. Si satirizamos a los débiles, lo que estamos haciendo es cinismo puro. La primera función del periodismo es la crítica de la realidad”. Y Barcelona tiene en esto un plus: la desenmascara, mostrando que debajo de sus maquillajes es tan ridícula como la sátira misma. La risa es un instrumento para conseguirlo y, en este viaje, el único pasaporte necesario es el de la libertad de expresión. 

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