Que digan dónde están

En una histórica oración ecuménica por la justicia en el Campo Las Lajas, la referente del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), Elba Morales, el Rector de la Universidad Nacional de San Luis, José Luis Riccardo y todos los organismos de derechos humanos de la provincia, exigieron medidas concretas para el hallazgo de los posibles enterramientos clandestinos en esa base de la Fuerza Aérea. Ni el susto ni el cansancio lograrán frenar la lucha por el descubrimiento de los restos de los detenidos-desaparecidos.

Que digan dónde están

Foto: Eva Guevara

Sociedad

Unidiversidad

Eva Guevara

Publicado el 29 DE MARZO DE 2013

Las palabras de Elba Morales, referente del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos, tuvieron eco entre los cerros donde se ubica el Campo Las Lajas, de la Cuarta Brigada Aérea, dos kilómetros al norte del barrio Municipal de Las Heras. 

“Este lugar tiene un enorme significado”, dijo. Y continuó tras apenas una pausa necesaria para que tomara envión todo el coraje de la lucha de los organismos de derechos humanos, que es una lucha contra viento y marea: “Es el último centro clandestino de los que descubrimos, el más oculto, el más protegido por el pacto de silencio. Lo denunciamos en el Poder Judicial en el año 2004. Desde entonces, han pasado demasiados años, aun para los tiempos de la justicia que tienen fama de lentitud: con dos imputados del sector de inteligencia de la Fuerza Aérea, la causa fue parcialmente elevada a juicio oral”. 

En efecto, uno de los imputados es Juan Carlos Alberto Santamaría, quien se desempeñó en el rango militar de comodoro. Fue jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea. según consta en testimonio en causa 85742-A registrada en la Secretaría de Derechos Humanos, y desde finales del año pasado se encuentra procesado y bajo arresto, según confirman los abogados del MEDH Pablo Salinas y Viviana Beigel, presentes en el acto celebrado el pasado jueves 28 de marzo, junto a las directoras de Derechos Humanos de Las Heras, Rosi Muñoz y de Capital, Luz Faingold. 

Se trató de un acto ecuménico, es decir, de una confluencia de personas y militantes de diferentes comunidades cristianas que no solamente se toleran y respetan, sino que además estrechan lazos y asumen un compromiso concreto y a la vez indispensable para una sociedad más justa. Allí estaban Vicente Reale, sacerdote católico; Manuel Olalla, de la Iglesia Bautista del centro de Mendoza; Nassir Assan, laico de la Iglesia Metodista Argentina en Mendoza, Mustafá El Khayat, imán del Centro Islámico de Mendoza.



También estaba  el Rector de la Universidad Nacional de San Luis, universidad que ha hecho de ese compromiso concreto e indispensable, una cuestión de relevancia institucional, mediante un convenio de colaboración que implica también al Juzgado Federal bajo cuya jurisdicción se encuentra ahora la base aérea Las Lajas. Es que esa universidad busca los restos de su ex rector, Mauricio López, detenido-desaparecido durante la dictadura militar.

La primera en  tomar la palabra fue Elba Morales. No  tardará mucho en aludir a Mauricio y ubicar a los presentes en el objeto de la causa. Señalando con su brazo, detalla: “Donde están los restos de los corrales viejos y en una de las piecitas, detrás de esta casa, hay una pieza de material ahora, pero antes había una piecita de chapa. Había personal que custodiaba y militares que realizaban los traslados, era mucha la gente que trajinaba entre la Cuarta Brigada y el Cerro. Había conservación de caminos, eliminación de residuos, o sea que funcionaba un minicuartel, una pieza importante en la organización represiva de la subzona de la 33. Había muchas actividades, órdenes escritas, movimiento de aviones, de vehículos, todo minuciosamente registrado como es propio de toda operación militar”.

“Los secuestrados en otras instalaciones militares y policiales eran retirados de esos edificios con diferente destino; sin mucho esfuerzo de razonamiento, podemos concluir que desde aquí, desde esta inmensidad sin testigos, no eran retirados. Que cuando llegaban a este lugar, era definitivo.Y es aquí donde los estamos buscando, por medio de una pericia que trabajamos conjuntamente con la Universidad de San Luis. Está demostrado en la causa judicial que pasaron por este centro, seguramente aquí quedaron. Mauricio López, un intelectual, militante del ecumenismo de los derechos humanos, secuestrado de su casa de Mendoza el 1º de enero de 1977, en junio y julio de ese mismo año, estaba aquí, en la piecita de chapa. Allí atrás.Continúa desaparecido”.

“Osvaldo Zuin, un joven actor de teatro, militante del PRT o de la juventud guevarista, salió de Mendoza por Córdoba cuando fueron secuestrados los integrantes de su grupo en mayo de 1976. Herido y detenido en Córdoba un año después, estuvo en La Perla, y fue traído a éste lugar donde se encontraba junto a Mauricio López, en el invierno del 77. Y está desaparecido”.

“María del Carmen Marín, una joven mendocina que militaba en Montoneros en provincia de Buenos Aires, secuestrada en Mendoza en julio junto a un compañero de Quilmes, Juan Ramón Fernández de sobrenombre Chaelo, los trajeron a Lajas. María del Carmen mordió una cápsula de cianuro para evitar las atroces torturas a las que estaban sometiendo a Chaelo en la carpa; lo que desató la furia de los represores porque ella murió ahí. En venganza, fueron en busca de su padre, Carlos Armando Marín, y aquí lo golpeaban y lo insultaban. A Chaelo lo ataron a ese mástil y unos días después se lo llevaron en avión a Buenos Aires, donde pasó por la Esma y fue visto por última vez en la Brigada de Quilmes. Los tres están desaparecidos. Y en la piecita de chapa había entonces otros dos prisioneros cuyos nombres aún no hemos rescatado”. 

“Para el mes de noviembre de 1976 ya estaba funcionando a pleno el centro clandestino. A carpa llena. Los dos sobrevivientes torturados en este lugar fueron trasladados, uno a La Perla, en Córdoba, el otro a Granja La Amalia, en San Luis, mientras que Chaelo a la Esma y luego a la brigada policial. Aquí vemos claramente el accionar conjunto de Fuerza Aérea, Ejército, Marina y policía; se trató de una sola organización con muchos eslabones que aplicó el terrorismo de Estado mediante un plan sistemático, en asociación ilícita, de las tres armas y fuerzas policiales”. 

“En estos días de juicio por todo el país, por los delitos de la dictadura, se escucha un reclamo fuerte y coincidente: que nos devuelvan los restos de aquellos que mataron y ocultaron. Hoy convocamos a los militares en este nuevo tiempo de civilidad y democracia, para que tomen distancia de aquel pasado ignominioso que no les pertenece y tomen la fuerte decisión de no ser más las fuerzas armadas en el país de los desaparecidos. Es así que convocamos al señor Jefe de la Cuarta Brigada Aérea, a sus oficiales y sus superiores, para que ordenen una investigación que determine dónde se encuentran los enterramientos humanos que otros hicieron.y que usted, señor Jefe, no debería ni involuntariamente seguir ocultando en el predio de su brigada. Aquí están presentes familias, comunidades religiosas, universidades, en fin, hay una ciudadanía que espera su respuesta”.



El segundo en tomar la palabra fue José Luis Riccardo, Rector de la Universidad Nacional de San Luis, quien sinceró que no es fácil, emotivamente hablando, representar a Universidad a la que Mauricio López dedicó su tiempo, su esfuerzo y su vida, y estar allí, frente a una acto tan significativo como el que se realizó en Lajas, que es una verdadera “tierra recuperada por la majestad de la justicia, esa en la que todos queremos descansar y creer”.

El rector prosiguió diciendo: “Esa tierra fue usurpada por quienes usurparon la voluntad del pueblo, para perseguir, cometer crímenes, violentar la voluntad popular, delito que es la máxima traición a la Patria y que, junto con la persecución, no prescriben, ni prescribirán nunca, no por su categoría legal o jurídica, sino porque no prescriben en la memoria de los luchadores, de los militantes, de las organizaciones que buscan y seguirán buscando justicia y verdad”. 

Riccardo señaló que es un orgullo para la Universidad de Mauricio López estar junto a Elba Morales, al MEDH y al servicio de esta causa: “Una causa que ha permitido, luego de 30 años, lograr la condena de los responsables por crímenes de lesa humanidad en Cuyo por primera vez en San Luis, por la que venimos a reclamar, una vez más, la justicia. Y porque venimos a reclamar a las instituciones de la Nación, a las Fuerzas Armadas, venimos también a exigir respuestas, o sea la verdad, la aparición de los cuerpos de los compañeros, entre ellos, el de Mauricio López”. 

Agregó: “Hablar de Mauricio López me excede, en este encuentro ecuménico nos enorgullece recordarlo como un militante activo del pensamiento y la acción ecuménica. Solo puedo decir que lo que resume el sentir de Mauricio era que él creía y luchaba por un mundo más justo, donde la libertad, la fraternidad y la justicia para todos fuese una realidad. Sabemos que en la justicia federal de Mendoza se está reclamando desde hace mucho tiempo la agilización de las causas, pero también sabemos que se está trabajando, como se puede, con los elementos que existen, con el fin de determinar los posibles enterramientos, lo cual es muy difícil por los pactos de silencio que tanto deseamos que se rompan, aún así se sigue trabajando contra viento y marea”.

Finalmente el rector afirmó: “La Universidad Nacional de San Luis está orgullosa del legado de Mauricio López, que sigue siendo una bandera de la tolerancia flameando en encuentros como este, que es un encuentro para la esperanza”. 



A continuación habló Silvia Ontivero, ex presa política, quien instó a romper con los pactos de silencio aún vigentes desde la dictadura cívico-militar. “Le hablamos a tantos civiles que participaron, quizás un chofer hoy pueda ayudarnos, alguien de aquí de la zona, alguien que haya visto pasar, que haya escuchado o visto bajar algo de un avión. A esos tenemos que apelar y lograr que la gente hoy colabore y se involucre, como estamos todos, en nunca decaer hasta que el último compañero desaparecido pueda ser homenajeado, ya recuperados sus huesos, lo que podamos recuperar de ellos, que su familia lo tenga en un lugar donde poder llevarle flores. Que no piensen quienes implementaron este horror en el país que nos vamos a cansar o asustar, porque están nuestros hijos ya trabajando, y cuando nuestros hijos le den posta, que ya se la han dado, estarán nuestros nietos y después, nuestros bisnietos. Acá, a dónde vayan los iremos a buscar y cuando callen, vamos a tratar de que otros hablen”.

Silvia agradeció especialmente la labor de Elba junto a Pocha Camín y a Alieda Verhoeven, quien falleció el pasado 22 de febrero y fue la compañera de Mauricio López: “Quiero decir que Elba fue la primera persona que me atendió cuando salí de la cárcel, fue la primera persona que yo vi que juntaba papelitos y testimonios y armó con todo ello un edificio tan indestructible, que hoy puede pararse acá como lo ha hecho y decir con esa valentía y emoción que aquí fue, que aquí los tuvieron, con una seguridad que ni el pacto de silencio pudo destruir”.

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