Campesinos chilenos sin soberanía alimentaria

Desde el once de mayo el Senado chileno aprobó la venta de las semillas a la empresa norteamericana Monsanto que podrá tener las patentes de las múltiples variedades que existen en Chile y cobrarle a los agricultores por usar la marca, por ejemplo la palta y la quinua. El convenio impide que los campesinos guarden las semillas y resguarda los derechos de las empresas trasnacionales.

Campesinos chilenos sin soberanía alimentaria

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Unidiversidad

Red Eco

Publicado el 03 DE JUNIO DE 2011

Esta información está siendo conocida a casi un mes debido a que los medios chilenos no informaron sobre esta decisión, sólo las voces de alerta de comunidades campesinas en los medios alternativos y organizaciones como la Vía Campesina, que en su portal indica que "esta ley aprobada en el Congreso chileno favorece solamente a las corporaciones multinacionales como Monsanto y otras, que lucran con el patrimonio y la riqueza genética de los pueblos" hicieron posible que hoy esta noticia sea conocida.
Este modo de implementar las políticas públicas de Chile es preocupante, ya que implica que gran parte de su población empiece a depender de las empresas multinacionales; la introducción semillas modificadas genéticamente, que en la actualidad son motivo de un fuerte debate científico por los efectos a la salud de las personas y porque está demostrado que cuando se instalan en una zona acaban con la variedad de especies. Lo cual es preocupante para la soberanía alimentaría no solo de los campesinos e indígenas chilenos, sino también para los consumidores urbanos ya que por ejemplo en Chile existen 297 variedades nativas de papas, número que se ve amenazado por este convenio.
Desde el momento en que se comienzan a utilizar las semillas transgénicas se debe necesariamente utilizar el herbicida "Roundup", que investigaciones como las del profesor Andrés Carrasco, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) verifican los efectos negativos de su principal componente el "glifosato" en la salud humana, pero también en los suelos y variedad de seres vivos.
Este convenio que se hace con Monsanto viola el convenio 169 que Chile tiene con la OIT ya que allí está explicito que se debe respetar el derecho de los pueblos indígenas y la alimentación es el derecho básico para poder vivir. Los campesinos e indígenas según este convenio tendrían que haber sido consultados antes de tomar esta decisión que los afecta directamente, pero como es habitual gana siempre la presión de grandes consorcios económicos que quieren que las tierras fértiles del mundo produzcan alimentos transgénicos.

¿Que implica el convenio?

Para tener en claro imaginemos un pueblo donde los campesinos ya no podrán ser dueños de almacenar bajo sus formas de conocimiento las semillas que desde nuestros antepasados han modificado a través de técnicas ancestrales y que nos legado tanto para el consumo como para medicina, así como también ya no son dueños del legado de las diferentes formas de cultivos dependiendo del clima. Todo este conocimiento de siglos de experiencia por estar en contacto con la tierra son cedidos a Monsanto para que esta empresa una vez que manipula genéticamente las semillas se las venda.
Falta la promulgación oficial del Presidente Sebastián Piñera, pero teniendo en cuenta el manejo de otro recurso natural que también es básico para la existencia humana como el agua, que hoy se encuentra bajo propiedad de la empresa privada Endesa con 83%, que ha desarrollado proyectos Hidroeléctricos a lo largo de Chile como Hidroaysén, que son rechazados por la ciudadanía chilena, rechazo que se hizo visible a través de una multitudinaria protesta el domingo 29 de mayo, es muy probable que rectifique el acuerdo a que se niegue a hacerlo.